Martes 14 de junio de 2011
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Editorial y opiniones
Economía de palabras
El balance del diablo
14 jun 2011
Por: Humberto Vacaflor Ganam
Una cosa estuvo haciendo de manera correcta el gobierno de Evo Morales desde 2006: prohibir el ingreso ilegal de automotores al país.
La medida se mantuvo desde entonces como una rara ave en el jardín de todas las demás decisiones del Gobierno.
Mientras se mantenía esa prohibición, se derrocaba al Tribunal Constitucional para aprobar una constitución ilegal, seguían creciendo los cocales ilegales, seguía ingresando la ropa usada, los avasallamientos de explotaciones mineras eran virtualmente autorizados, las tomas ilegales de tierras cubrían todo el oriente, las autoridades electas eran derrocadas de manera grosera por la justicia masista, se autorizaba la compra de bienes del Estado a inversionistas venidos desde el río Orinoco, los medios de comunicación eran acosados, sino comprados también por los del Orinoco, los periodistas estaban en capilla…
Pero la prohibición sobre los autos seguía vigente. Era el único contacto del Gobierno con la legalidad. Ahora se sabe que no se cumplía esa prohibición, porque el país se llenó de esos autos, pero la medida estaba en vigencia; sólo formalmente, pero en vigencia.