Muchas veces escuchamos hablar sobre el Síndrome de Estocolmo y otros síndromes a veces algunas personas desconocen que son éstas anomalías humanas, para una simple referencia ilustrativa diremos que el más conocido (Síndrome de Estocolmo) consiste en lo siguiente:
SÍNDROME DE ESTOCOLMO
El Síndrome de Estocolmo es una reacción psíquica en la cual la víctima de un secuestro, o persona retenida contra su propia voluntad, desarrolla una relación de complicidad con quien la ha secuestrado. En ocasiones, dichas personas secuestradas pueden acabar ayudando a sus captores a alcanzar sus fines o a evadir a la policía.
Están en boga una serie de conductas relacionadas a éste tipo de anomalía en el comportamiento humano y a nosotros como bolivianos, nos corresponde generar éste nuevo “síndrome” que consiste en lo siguiente:
En el ejercicio de la profesión, he visto en reiteradas ocasiones algunas conductas delictuales que me llamaron la atención por ser contradictorias y absolutamente irracionales y es así que en una de esas ocasiones fui convocado (por un cliente) a dependencias de la entonces Policía Técnica Judicial, en la que se hallaba detenido éste sujeto y ocurrió lo siguiente:
Ante la evidencia de existir suficientes elementos probatorios respecto a que delataban la comisión del delito de robo, este señor (el delincuente), se avenía a un acuerdo transaccional ante la pretensión del denunciante a que devuelva lo robado, actitud asumida por la víctima para evitarse juicios dilatorios, tediosos y onerosos; sin embargo, pese a ser autor del delito y estar detenido, para arreglar el problema y salir en libertad, éste, aún tenía el descaro de “poner sus condiciones” entre ellas no quería devolver la totalidad de lo robado aduciendo una serie de subterfugios, además exigía garantías trasuntado en un documento con multas y demás condiciones, y a cambio de ello solamente quería devolver un 80% de lo robado.
Lo extraño y absolutamente censurable es que “se negaba devolver lo robado” a sabiendas de haberlo hecho y muy a pesar de tener en su poder los dinero apropiados, en la imposición de su pretensión adoptaba una actitud desafiante y aducía que si no quería no los devolvía, sin importarle quedarse entre rejas y según él “podrirse en la cárcel”.
Ésta también es una reacción psíquica en la cual el sujeto activo de un delito, desarrolla algunas veces, un comportamiento de manera contradictoria a lo que la víctima espera razonablemente, porque el delincuente llega a tener dominio de la relación aprovechando la debilidad de la víctima, y es eso lo que acontece con nuestro vecino país, sabe que ha robado, sabe que, lo que tiene no le pertenece; no obstante, se niega a devolver y para imponerse en sus pretensiones dilatorias aún tiene el descaro de poner sus condiciones, pide una “compensación”.
Estas conductas aunque Ud. no lo crea, las hemos visto más de una vez en dependencias de la Policía, la Fiscalía y hasta en los Tribunales.
A partir de hoy, llegamos a conocer en qué consiste el síndrome del chileno, porque ésta figura y comportamiento que asumen algunos delincuentes relacionados al delito de robo, poseen y adoptan éstas circunstancias.
- El autor del hecho trata de proteger lo que, según él, le ha costado (Sacrificio) obtener, por ello se arma, equipa sus sistemas de defensa, esgrime y redunda en argumentos que tienden a justificar su conducta para defender lo mal habido.
- Los delincuentes se presentan como arrepentidos, luego asumen personería y legitimación para establecer una mesa de negociación.
- A veces la víctima por su grado cultural, comprendiendo las consecuencias y perjuicios de un proceso judicial, realiza el acercamiento con los delincuentes, una reacción que tiende a desarrollar un acuerdo transaccional con su agresor basado en convicciones religiosas y empapado de la realidad social (Falta de empleos); empero, se sorprende cuando éste quiere negociar la devolución de lo robado pretendiendo imponer sus condiciones, a veces opta por acercar éstas a riesgo de no llegar a recibir nada (peor es Nada).
- Este tipo de conductas a veces se hacen más fáciles para el delincuente, ya que producto de su habilidad y astucia advierte rápidamente sobre la debilidad de su víctima, por las concesiones que le hace de no querer degenerar en juicio. Se hace más soportable para la víctima perder algo a cambio de erogar mayores sumas de dinero en juicio y que a la postre el beneficio sea ínfimo, ello también porque mucha gente no confía en su sistema de administración de justicia y las corruptelas vigentes.
(*) Abogado
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.