Martes 14 de junio de 2011
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Durante una semana tuve que dejar de escribir por recrudecimiento en mis órganos visuales, pero felizmente fui atendido por mi comadre Macacha quien luego de examinarme me dijo: “No se preocupe, compadre, porque su verdadero mal está en los pies que se le entumecen con el frío y no le permiten continuar con su ejercicio diario de escritor y periodista…” Preocupado por su diagnóstico le pregunté si ella creía que escribo con los pies, y ella me aseguró que ningún periodista puede escribir crónicas interesantes mientras sus pies están fríos.
Puso mis pies en agua muy caliente, procedió al pediluvio y luego los frotó con unas pomadas que ella fabrica en su casa y luego los abrigó con unas medias de “kaitu” y me condujo hasta mi escritorio para decirme: “¡Hala! Póngase a escribir una crónica acerca de la necesidad de que el Estado Plurinacional, Multicolor y folclórico establezca un nuevo signo monetario para todas nuestras transacciones internas y externas: la Cocaína”.
Con los pies calientes y la cabeza fría, recordé que cuando se anunció la amnistía al contrabando de vehículos que ingresaban al país, contrabandistas poderosos aumentaron su actividad, denunciándose en el exterior que los llamados “vehículos chutos” algunos fueron pagados no con dólares como antes se hacía sino con kilos de cocaína fabricada y refinada en nuestro país.
