Lunes 13 de junio de 2011
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A 29 de mayo de 2011, los gobernantes chilenos presididos por don Sebastián Piñera, mostraron seguir –al mundo civilizado- un comportamiento denominado de “línea dura” en lo referente al mar para Bolivia. En efecto, veamos en qué consiste la línea dura adoptada.
LA LÍNEA EN CUESTIÓN
A más de un siglo de la Usurpación de Antofagasta, el principal tenor del coro chileno son Sebastián Piñera exige el respeto al tratado de 1904 que “delimitó las fronteras entre ambos países después de la guerra del Pacífico (1879-1883) (1). Y todavía Andrés Allamand afirma que Chile “es un país que tiene en su posición todo el amparo del derecho internacional, tiene fuerzas armadas prestigiosas, profesionales y preparadas para hacer respetar los tratados internacionales”. Los gobernantes chilenos –de esta manera- tienen la convicción de haber pagado una ocupación indebida y que sola la fuerza puede imponerse, ahora. Muy a pesar de la convicción señalada, significa mucho que Chile siempre quiso solucionar el mar para Bolivia, con cesiones de territorio, canjes, tratados comerciales, etcétera, bajo el pretexto manido de diálogo sincero y fraternal.