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Milonguita
Acodadas en la barra
de un bar por la estación
terminal de colectivos
charlamos mi hermana y
yo de bueyes perdidos...
digo algo de unos versos
que se andan escribiendo
y su cara se ilumina,
me recuerda momentos
muy antiguos, encanto
de niña ante el relato:
así que también de eso
puede hablar la poesía,
dice cuando le cuento
que tengo mis visitas
Sí, digo, gente de antes
nítidos y vestidos
de domingo, como eran
o con lo mejor puesto
en trotecito lento
vienen a recordarme
que yo también, sabés,
me vuelvo gente de antes
Ensombrece su cara
y siento que pasa el ángel
de la muerte, es decir
el tiempo, vuelto puro
resplandor y recuerdo
al principiar y después
noche, sólo silencio
Mi padre me enseñó
hace ya algunos años
a caminar tranquilos
por el pequeño y amable
cementerio del pueblo,
parándonos en frente
de las tumbas con cierta
rememoración, era
la gente de su vida
y para mí un eco
Pero me voy volviendo
yo también, cosa tierna,
Leer más
la fila de los que entran
al umbral de recuerdos
tan soleados y dulces,
no da miedo quisiera
decirle a mi joven
hermana, así nomás
te llega con anuncios
extraños al principio
y luego, hay una fe
que celebra el polvo
en reverbero, esto
fuimos para seguir
siendo en la única
memoria que cuenta...,
allí donde nos dimos
como ahora, vos y yo
Bolivia
Tan sutil
airecito de sikus
el sabor
de esta chicha dorada
viene y va
en totuma tan fina
pesa menos
que si fuera cristal
Dan un giro
avanzando livianas
y otro giro
ahora al revés. Polleras
que en círculos
como anillos de astros
hacen cielo
y al son graves trompetas
Vienen diablos,
los morenos y un ángel
vencedor
Belleza de dos mundos
con aritos
y larga cabellera,
los charangos
los piecitos desnudos
de las niñas
bailando el asfalto
Tan sutil
porque saben qué hacen
Virgencita
de la Copacabana
Bajo Flores:
presente! Laferrere:
sí, presente!
Villa Celina: cómo
no: presente!...
Y así cincuenta cuadros
de bailantes
pasan por la enramada
La Patria es
Grande, y muy sabrosa
en la calle
esta chicha dorada
Ya lo sabe:
por Pompeya en octubre
miles de almas,
no lo dicen los diarios
sotto voce
chicharrón y picante
gente amable
los Bolitas le muestran
otra estética
Tan lejos y tan cerca
casa nuestra
si yo no lo supiera
ellos saben
dónde está la grandeza.
Canción resuena siempre
El destino común
es aquello que vuelve,
a veces es la fe
quien va adelante o es
filo de la razón
que hiere pero otorga
un soberbio estado
de claridad que aquieta,
controla horror y sueño,
mas su destino es caer
tocada por su propio
filo y el desorden
que nunca es presa, es
trampa el orden, su ingenua
intención de encerrar
en un vaso el océano
Si se dieran lugar
cediendo como la voz
a la lengua y ésta
al misterio aunque alce
ladrillitos, casa o
nido de intimidad
donde se entienden, uno
a otro así debidos
lo pequeño y lo infinito
La balanza siempre está
a la vista, allí,
en la risa de un niño
o en el llanto o trino
de lo que muere y nace
y sobre todo ¡buen
día! aquí, en la mano
tendida. Intentamos
con la ley poner coto,
afán desmesurado
de ser donde perdemos
nuestro ser por jerarquía
Está bien, si imantada
por la fe nos uniera
la vara de esta ley
que separa y ordena,
sostenidos por otro
nos ponemos de pie,
no es la propia boca
aquello que queremos,
sino la intuición
de que lo propio vuelve
sólo desde lo ajeno
La mañana de invierno
acuna, la palabra
saciada en el silencio
habla, pero no si antes
no pasa por el trueque:
¡lindo el día!, ¿un mate?,
hasta la vuelta, siempre
Río abajo
Íbamos por el canal
Rampani con agua alta
y un sol que rojeaba copas
de los fresnitos después
de tres días sin parar
la lluvia. Contentos íbamos
mirando alrededor. Cuántas
casas se están haciendo
dije, y él me contestó:
Si duran... Tras el silencio
completó la frase ...¿sabe
de qué están hechas? No...
Containers de esos autos
importados. Si nos vende
hasta la sobra quien tiene
tanto, para ellos lujo
pa’nosotros rancho... y vi
la liviana maderita
arqueándose bajo un sol
que rojeaba fresnos jóvenes
tras varios días de lluvia
Mucho pique este verano
vio?, mandubíes y bogas
a granel... Hasta dorados
dije y él, mirando fijo
agregó: ayer, la hélice
del motor cortó un precioso
doradito en dos, pena
me dio... y así charlamos
cuando el sol se va cayendo
por el Gambado Roque y yo
Fuente: LA PATRIA