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Domingo 12 de junio de 2011

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Cultural El Duende

Victorian de Villava

12 jun 2011

Fuente: LA PATRIA

Augusto Guzmán, autor de “El ensayo en Bolivia”, publicado con motivo de sus ochenta años de edad y los cincuenta de su obra literaria en 1983, afirma que “ensayo es un tratado breve o de regular extensión que expone y desarrolla una tesis, un tema, un asunto, una idea central o un grupo de ideas en proceso continuo de reiteración demostrativa, como obra de expresión estática y lógica a la vez”. Para el historiador, la obra no pretende otra cosa que presentar noticia sobre el desenvolvimiento de este género en sus piezas más representativas

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Apuntamientos para la reforma del Reino. Esta obra escrita en 1797 por el Fiscal de la Audiencia de Charcas Doctor Victorian de Villava, es probablemente el único ensayo de nuestra literatura colonial. Se trata de un atrevido proyecto burocrático de tipo constitucional, presentado por un alto funcionario de la administración virreinal, ex profesor de Derecho de la universidad española de Huesca, firme sostenedor de las ideas de Montesquieu y personalmente hombre de convicciones avanzadas. Este trabajo fue publicado por la universidad argentina de Córdoba en 1943 con el titulo de carátula Apuntes para una reforma de España. Una publicación anterior se hizo en Buenos Aires en 1822 con las mismas 35 notas de comentario que figuran en la edición cordobesa. El texto abarca 51 páginas. Villava natural de España, ejerció la Fiscalía de la Audiencia entre 1789 y 1800, habiendo fallecido en Charcas en 1802. Su trabajo fue pues elaborado y presentado en la ciudad de La Plata, Chuquisaca o Charcas. Contiene nueve capítulos en el Libro Primero y ocho capítulos en el Libro Segundo. Vamos a dar una información ordenada y sucinta de todos los capítulos siguiendo sus títulos.

Libro I. 1. De la Monarquía: opina que hay que seguir con ella. 2. De la sucesión a la corona: acepta la sucesión por estirpe y descarta la sucesión electiva. 3. De la familia real: ésta debe organizarse de modo que resulte lo menos gravosa al erario nacional. 4. De la nobleza: es preciso que esta clase tenga más honor, más idealismo y menos concentración de poder y de riquezas. 5. Del Consejo Supremo de la Nación: éste no debe ser constituido por individuos elegidos por el rey sino por representantes elegidos y sorteados en las provincias. 6. De los tribunales: la potestad judicial debe hallarse del todo separada de la Corona y depositada en los jueces elegidos por la misma con formalidades y requisitos. 7. De la milicia: el servicio militar no ha de ser carrera separada de las demás ocupaciones del ciudadano, sino una obligación de todos, desde la juventud hasta la madurez. 8. De los estudios públicos: sueldos competentes para vivir a los maestros, menos estudios escolásticos y más cátedras de ciencias prácticas. 9. De los infinitos empleos que no son militares ni togados: dice que los mayores atrasos de la monarquía española los ha ocasionado el constante aumento de empleos inútiles creados por los ministros.

Libro II. 1. De la necesidad de la religión: la moral y las leyes sin su apoyo serían muy débiles y los vínculos que nos unen en sociedad se quebrarían de continuo sin ella 2. De la verdad de la religión revelada: los cinco libros del Pentateuco contienen la verdad revelada por Dios a Moisés. 3. De la verdad de nuestra religión: Jesucristo es la revelación personal y divina de las verdades que contiene el Nuevo Testamento. 4. Del gobierno eclesiástico: expresa que la iglesia tiene un gobierno monárquico electivo a cuya cabeza está el Papa cuyos ministros son los obispos y los curas en sus parroquias; critica el predominio de los canónigos que sólo buscan el lucro personal. 5. De los regulares: en ninguna ciudad por grande que fuera debería permitirse más que un convento de una misma orden. 6. De las ventas eclesiásticas y mantención del clero: no parece justo que el labrador solo pague a la iglesia supuesto que las demás clases disfrutan del mismo modo que él de los auxilios y socorros del sacerdote. 7. Del culto divino: las fiestas y los espectáculos de nuestra religión son graves, decentes y puros; pero la ignorancia y la superstición a veces mezclan indecencias o ridiculeces que mueven más a desprecio o risa, que a respeto y veneración. En un país generalmente inclinado a la holgazanería es donde conviene menos el gran número de días de fiesta. 8. De la América: escribiendo en la más extensa y más bella parte del universo, permítaseme dedicar en un capítulo mis reflexiones a mejorar la suerte de sus infelices habitadores… Como la América se ha mantenido con el gobierno despótico de los virreyes, se ha creído que así convenía para tenerla sujeta sin reflexionar, que las causas que facilitaron su conquista, subsisten para facilitar con cualquier gobierno su sujeción; pero que cuando no subsistan será el mejor gobierno para perderla como súbdita y como amiga. Digo como súbdita y como amiga, porque del primer modo algún día se ha de verificar, pues la América por su magnitud, por su distancia y por sus proporciones no está en un estado natural mandada por la Europa; y porque del segundo podrá haber gran diferencia entre echarnos como tiranos y echarnos como remotos, pues la misma lengua, las mismas costumbres, la misma religión podrá hacer que conservemos su comercio, tal vez más útil que su dominación. Procuremos mientras los americanos se mantienen nuestros vasallos, darles el mejor gobierno y las mejores leyes sin cuidarnos de lo que sucederá por nuestra propia conveniencia. No seamos como aquellos amos ingratos y crueles, que porque un criado les sirve bien le imposibilitan los medios de su independencia, temerosos de perderlo“. En términos concluyentes propugna la idea de acceder pacíficamente a la independencia de las colonias americanas a cambio de obtener junto con su amistad política y cultural las más amplias relaciones comerciales y económicas.

Por cierto que para nosotros la parte sustancial del ensayo político y constitucional de Villava está en el último capítulo dedicada a la América. El proyecto reformista se perdió sin duda, fácilmente, en las instancias burocráticas del reinado de Carlos IV lo cual no quita que el fiscal defensor de los mitayos y del buen derecho administrativo, tuvo pensamientos prácticos y generosos para evitar la guerra que estalló, precisamente en la Audiencia de Charcas, con el pronunciamiento de 1809. Por otra parte, las causas ideológicas y prácticas de la independencia americana, en la fecha de los apuntamientos, estaban en pleno desarrollo. No en balde habían sucedido la Revolución Francesa; la Revolución de las Trece Colonias Americanas y su constitución federativa; las rebeliones indígenas del siglo XVIII.

El texto no es solamente legislativo como pudiera pensarse sino también considerativo y de exposición reflexiva. Su estilo, si bien forense, es elegante y lleno de recursos persuasivos. Tratándose de una obra rara, fuera de circulación, para terminar este estudio elegimos un fragmento del capítulo de la milicia:

Como no hay monarquía en el universo que pueda mantener un ejército en pie numeroso y bien dotado, se sigue que la carrera militar es pobre: como tiene en su mano la fuerza, se sigue que es opresiva y orgullosa: como por su uniforme, por su distintivo, por su aparato se embebe en máximas de honor mal entendidas, se sigue que es vana y presuntuosa: como se dedican a ella por lo común aquellos jóvenes con quienes sus padres no han podido hacer carrera en los estudios, evoluciones, centinelas y demás fatigas corporales, se sigue que es ignorante: como en la ociosidad de las guarniciones pasan su tiempo en cafés, paseos, bailes y cortejos, se sigue que es relajada. Del conjunto de todas estas prendas se ocasiona que quieren lucir, y no tienen con qué pagar: que deben y desafían al que les pide: que insultan y desprecian al paisano porque no lleva su misma casaca: que no pueden tener mujer y corrompen las ajenas: y finalmente, que cuando se destinan a los empleos políticos se ven precisados a gobernarse por otros: y como la ignorancia no sabe estimar ni conocer los talentos, y por lo común éstos son los menos aduladores y entremetidos, mandan con los militares los abogados charlatanes, pedantes, condescendientes o venales.

Fuente: LA PATRIA
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