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Domingo 12 de junio de 2011

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Revista Dominical

Desde hace 63 años, el ISBA es un semillero de artistas plásticos

12 jun 2011

Fuente: LA PATRIA

Por: Alicia Navía Mier - Periodista

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El pasado viernes 10 de junio, el Instituto Superior de Bellas Artes (ISBA), cumplió 63 años como semillero de artistas plásticos que en la actualidad dan la cara en nombre del departamento de Oruro en certámenes en los que participan a nivel nacional e internacional.

A lo largo de estos años, los egresados se fueron formando como artistas plásticos demostrando su aptitud para la pintura a través de una diversidad de técnicas y estilos que fueron creando de manera individual, lo que les permite realizar exposiciones personales que, según pude apreciar y sentir, es lo máximo para ellos.

Este logro es producto de una lucha constante de estudiantes y algunos maestros que por años tuvieron que luchar por obtener, en principio, dónde pasar clases y realizar sus prácticas, puesto que los primeros artistas para demostrar su arte debieron pasar por muchos conflictos, incluso la muerte de dos estudiantes por mejorar sus condiciones de estudio.

Es por esta razón imperante recordar cómo fue la fundación del Instituto Superior de Bellas Artes que antes era conocida como Escuela Superior de Bellas Artes.

HISTORIA

Según un artículo publicado en el libro de Bodas de Oro de la Escuela Superior de Bellas Artes, el 14 de julio de 1948 a las 18:30 horas, en el Paraninfo de la Universidad Técnica de Oruro, se realizó un acto académico con el objetivo de inaugurar la Escuela Superior de Bellas Artes de Oruro, gracias a la gestión emprendida por Esther Murillo de Puña, presidenta de la Sociedad Femenina 10 de Febrero.

A partir de este logro se fue constituyendo la planta de docente habiéndose nombrado como director a José Rovira Videla, y como docentes a Humberto Portillo, Martha Torrico, Guillermo Moscoso Padilla, Luis Guerra Gutiérrez y Juan Peñaranda.

Las clases fueron iniciadas el 17 de octubre de 1948 en ambientes del Colegio Nacional Simón Bolívar y los primeros inscritos fueron Alberto Troncoso, Alberto Dorado, Mario Lara, Hugo Téllez, Eduardo Reyes, Concepción Hinojosa, Felipe Troncoso, Gustavo Lara, Dora Bustillos, Carlos Luna, Ricardo Durán, Mario Zurita, Ciprián López, Feliz Ayaviri, Bernardo Barriga, Carlos Valera y otros.

Pasaron dieciocho años en los que continuó la capacitación de los alumnos aunque con problemas de infraestructura que les obligó a pasar clases en ambientes de otras instituciones, motivo por el cual los alumnos, decidieron tomar físicamente un predio que actualmente es de propiedad de la Caja Nacional de Seguridad Social.

Esta iniciativa de los alumnos tuvo resultados puesto que se logró que a través del Decreto Supremo No. 6693 se transfirió el vetusto edificio al Ministerio de Educación el 8 de febrero de 1985, el mismo decreto fue elevado a rango de Ley a solicitud realizada por el abogado Lindo Fernández Chile.

Posteriormente el 3 de junio de 1991 se inscribió los ambientes en oficinas de Derechos Reales bajo la partida 1372, en marzo de 1993 se presentó a la Corporación de Desarrollo de Oruro (Cordeor) la solicitud para la renovación de la escuela, el trabajo se inicia el 4 de mayo de 1993 y el 19 de abril de 1994 es recibida la obra totalmente concluida.

El 10 de junio de 1994 se realiza la inauguración oficial de la Escuela Superior de Bellas Artes al obtener un edificio nuevo que tenía un auditorio y una sala de exposiciones.

A pesar que da la impresión que el instituto es de reciente creación por haber sido entregado su edificio hace diecisiete años, cumplió 63 años de vida, un semillero de artistas que actualmente ubican a Oruro en uno de los sitiales más prestigiosos a nivel nacional e internacional, puesto que muchos de los artistas plásticos de Oruro, egresaron del Instituto Superior de Bellas Artes (ISBA).

Este fue el principio de toda una vida llena de aventuras y también de malos momentos en la que los estudiantes junto a sus maestros pusieron su vida en riesgo como cuenta Guillermina Galeas en un artículo del libro “Arte” publicado en las Bodas de Oro del ISBA.

Según la narración, en 1964 los alumnos se anoticiaron que el ex edificio de la Caja Nacional de Seguro Social (CNSS) se encontraba en subasta, decidieron tomar los ambientes a la cabeza de los dirigentes del Centro de Estudiantes presidido por Mario Córdova, Máximo Murillo, y Gabriel Pérez.

Una vez tomados los ambientes, llegó al edificio una movilidad con un ataúd y varias personas enlutadas pidiendo que se les permitiera realizar un velorio, una vez dentro los supuestos dolientes se convirtieron en feroces lobos ya que arremetieron contra todos los estudiantes sin respetar que eran menores de edad.

La intervención se constituyó en una verdadera batalla campal, puesto que los estudiantes recibieron el apoyo de los dirigentes de la Federación de Estudiantes de Secundaria (FES) que ingresaron a los ambientes junto a los alumnos del Colegio Nacional Simón Bolívar y Juan Misael Saracho, demostrando valentía pero al mismo tiempo, ira, por la paliza que recibieron de parte de los funcionarios de la ex CNSS, provocando la intervención de efectivos policiales que lograron desalojar el lugar.

En la noche los alumnos de la Escuela de Bellas Artes junto al profesor Eduardo Ibáñez Acebedo, retornaron al lugar con alumnos del colegio Olañeta que se enfrentaron contra los policías que utilizaron gases lacrimógenos y armas de fuego que cegaron la vida del estudiante del Colegio Simón Bolívar, Luis de la Barra Oña, y del alumno Reynaldo Parra que quedó herido y del que no se supo nada más debido a que fue trasladado a la ciudad de Sucre.

El enfrentamiento duró por varios días y no recibieron el apoyo ni de los mismos maestros de la escuela y menos aún de la Federación de Profesores Jubilados, quienes al pasar los años se apropiaron de las instalaciones sin haber hecho nada, según Guillermina Galeas.

De esta manera alumnos y algunos maestros lograron obtener un edificio que ahora se convirtió en la cuna y semillero de artistas que son el presente y futuro del arte en representación de Oruro.

Por muchos años, Mario Medina Alarcón, director del ISBA, se encuentra a la cabeza de la institución acompañado de maestros que en su época también fueron estudiantes, quienes instruyen a las nuevas generaciones que lograron constituir grupos de artistas que habiendo adquirido un seudónimo exponen sus obras a nivel local, nacional e internacional.

A partir de la creación de la escuela, surgen varias generaciones de pintores en las que se puede rescatar varios nombres muy reconocidos, por lo que en la primera generación se recuerda a Gustavo Lara Tórrez, Alberto Medina Mendieta, Humberto Jaimes Zuna, Valerio Calles Choque, Raúl Lara Tórrez, Erasmo Zarzuela Chambi, Heriberto Portillo, Mario Vargas Cuéllar, Walter Vargas Zurita, Zoila Mejía de Zapata, Tito Araníbar Ribero y Mario Medina Alarcón, actual director del ISBA.

En la segunda generación de pintores orureños se recuerda a Ricardo Romero (Lugui), Ricardo Rocha Guzmán, Mario Miguez Aguilar, Pastor Berríos, Freddy Murillo, Grover Padilla Durán, Marcelo Suaznábar Solari, Jaime Calizaya Ajhuacho y Gonzalo Cardozo Alcalá.

La tercera generación, actualmente la más reconocida, la constituyen Freddy García Funaro, Raúl Vásquez Zambrana, Wilson Zambrana, Ramiro Zambrana, Alberto Valdez Puma, Jesús Céspedes Mérida, Taré Coria, Fernando Cayola Mollo, Percy Flores Loroño y Cristian Araníbar.

Los mencionados artistas plásticos lograron contagiar la motivación que tienen y en Oruro actualmente existen estudiantes dedicados a este hermoso arte de la pintura que continúan siendo parte del instituto y, otros, que tras haber egresado realizan sus primeras armas exponiendo sus obras en exhibiciones colectivas aunque algunos ya se lanzaron a realizar una muestra de forma individual.

Pero algo que también se debe tomar en cuenta es que el ISBA es semillero de artistas plásticos, pues también se enseña en la casa superior del arte: dibujo, modelado, escultura, caretería, tejidos, moldeado en cerámica y otros que hacen que los alumnos puedan escoger un estilo propio según sus dotes.

Fuente: LA PATRIA
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