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Jueves 09 de junio de 2011

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Ecológico Kiswara

Más allá de lo meramente económico y político

Nacionalización de vehículos “chutos” incrementará la contaminación ambiental

09 jun 2011

Fuente: LA PATRIA

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Más allá de temas financieros, en el tema de la Ley de Saneamiento de Vehículos indocumentados, como el incremento de la subvención y otros detalles conexos a este o por ejemplo que el mercado de coches se sature, el hecho de la contaminación atmosférica y acústica, es lo verdaderamente preocupante, pues el país va en dirección contraria a otros que optan por reducir el número de movilidades, utilizar energías alternativas o como en el caso de varias ciudades japonesas, optar por movilizarse a pie o en las ecológicas bicicletas.

En referencia al tema ambiental, esta norma contradice lo planteado por el actual Gobierno en cuanto a la defensa de la Madre Tierra, además del costo económico para el Estado, es una medida que se opone las políticas para eliminar la subvención a los hidrocarburos, sin embargo este problema, no es el que abordaremos ahora, lo que nos importa es lo meramente ambiental.

El año 2003 el país contaba con 440.000 unidades automotrices, en la actualidad la cantidad supera los 940.000 vehículos en todo el territorio nacional, hecho que demuestra que en menos de una década el parque automotor en Bolivia se incrementó en más del 100%.

Pero lo alarmante es que los datos mencionados no contemplan los vehículos ilegales que se encuentran en territorio nacional, situación que incidirá principalmente en la congestión vehicular en las ciudades capitales y sus consecuencias medioambientales, pues los coches que serán “nacionalizados” ingresarán al país, sin importar el año de su fabricación.

Estas secuelas, sin duda alguna incidirán en dos tópicos de contaminación; la atmosférica por la emisión de químicos que dañan la salud de los estantes y habitantes de las ciudades y la acústica por la saturación vehicular, tema latente también en la ciudad de Oruro, como en el resto del país.

Los contaminantes más usuales que emite el tráfico son el monóxido de carbono, los óxidos de nitrógeno, los compuestos orgánicos volátiles y las macropartículas. Por tanto el gran volumen de movilidades que ya cuenta Oruro, más las que ingresarán a consecuencia de la Ley, junto a los peatones, producirían un caos en la circulación, pero más en la degradación de nuestro medio ambiente.

Según estudios realizados en urbes con alto tráfico vehicular, las concentraciones son más elevadas en las calzadas por donde circulan los coches, o cerca de éstas (es probable que el máximo se alcance de hecho dentro de los vehículos, donde las entradas de aire están contaminadas por los vehículos que van adelante) y se reducen con rapidez incluso a poca distancia de la calzada sobre todo si sopla el viento. Sin embargo, aparte de los efectos directos sobre la salud de las personas que respiran los humos del tráfico, los productos químicos interactúan y producen ozono de bajo nivel, que también contribuye al calentamiento global.

Por otro lado también se produciría una contaminación acústica mayor de la que ya sufre la ciudad de Oruro y otras de Bolivia, por el excesivo nivel de decibeles, a causa de las irritantes bocinas, y otros ruidos que se adhieren a los ya mencionados, que sin duda alguna se verán reflejados a la larga en la salud de la gente y del planeta.

Por tanto esta norma tiene otras implicancias que afectarán el hábitat, no solo de las ciudades del país, sino de la totalidad de territorio, para ser más claros y remitiéndonos a las ciencias exactas, podríamos decir entonces, emisión de gases contaminantes más ruido desenfrenado, igual a problemas de salud y destrucción de nuestra casa, el planeta tierra.

Fuente: LA PATRIA
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