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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Individuo y política internacional - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Sostiene Arthur Schopenhauer, que la realidad está conformada inexorablemente mitad objetividad y la otra subjetividad. Ambas constituyen lo presente. “Como el hidrógeno y el oxígeno en el agua”, manifestaba. Así, cualquier menoscabo de la subjetividad quedó refutada más de dos siglos
En efecto, la individualidad, el proceso interior, la acción personal (hoy en desmedro por la excesiva “modernidad” o por “títulos” absurdos), constituye la realidad, aun la honestidad; pues en el fenómeno interior y exterior del Ser encuéntrase el descubrimiento de la verdad, aun de la productividad. Su antípoda equivale proliferar la falsía, la decadencia humana. La historia, otra vez, lo ha demostrado; Sócrates, ejemplo de ciudadano y de moral, Platón, paradigma de filósofo y humanista, Aristóteles, mentís de la pseudo política, Schopenhauer ya citado, Jorge Luis Borges el escritor o la ética, Fernando Diez de Medina o el deber; también.
El acaecer de la política internacional (e interna) de Bolivia me ha impelido a sentenciar esa verdad por quien quisiere comprobable.
He de referirme a un caso preciso en nuestra diplomacia, don Eduardo Diez de Medina. Quien, según Luis Fernando Guachalla:
“Para Eduardo la patria era todo. La patria boliviana estaba en su mente, estaba en su corazón, estaba en su sangre. La sirvió con honor y con esa mesura propia de su inteligencia tan equilibrada que tornaba tan sencillo para él cualquier sacrificio que, para otros, hubiese resultado penoso o imposible. Yo estuve a su lado en más de una labor de Cancillería y puedo atestiguar que nadie le superaba en talento, en sagacidad y en disciplina en el manejo de nuestras cuestiones internacionales”.
Y, su biógrafo e hijo Fernando, escribía en la página 133 de la tercera edición “Thunupa”:
“Un detalle significativo: Sin formación universitaria pues no llegó a terminar sus estudios de abogado, sólo a base de investigación y meditación personales, El llegó a convertirse en uno de los primeros jurisconsultos del continente”.
Cierto es que Eduardo Diez de Medina fue auténtico paradigma en la escritura, periodismo y diplomacia boliviana. Redactor de “El Diario” en los inicios del decano nacional, fundó diarios y revistas: “La Tarde”, “El Comercio”. Creó dos grandes revistas: “Literatura y Arte” y “Atlántida”, editó “Pan-América”, revista de asuntos internacionales. Treinta libros publicó: 10 de poesía, 12 de cuestiones internacionales, 2 de prosa literaria, 4 didácticos, 1 de polémica y otro de memorias, refiere el biógrafo.
Nacido en 1882, en 1899 se iniciaba como Oficial Segundo del Ministerio de Relaciones Exteriores, hasta ser Oficial Mayor, alcalde, prefecto de Oruro, subsecretario, asesor, plenipotenciario, ministro de Estado, embajador y Canciller de la República. El escritor respiraba por sus venas; su “opus magna”: “El Problema Continental”, sirvió de alegato ante la Liga de las Naciones. Desinteresadamente contribuyó prolíficamente a la causa marítima, en 1923 daba al mundo “La Cuestión del Pacífico y la Política internacional de Bolivia”, en cuyo inicio reza: “Refutación de la obra ‘La cuestión del Pacífico y las nuevas orientaciones de Bolivia,’ recientemente publicada en Santiago por don Luis Barros Borgoño, ex –Ministro de Relaciones Exteriores y Candidato a la Presidencia de la República de Chile”. En la que expone los antecedentes del Tratado de 1904. Y que es un documento invalorable para el problema del Pacífico.
Hacia los 50 años de “El Diario”, le fue encomendado escribir su historia. Espíritu inquieto, forjó prosa y verso, tradujo “If…”, de Kipling en versión impecable.
Acción individual, que es testimonio de las limitaciones y los alcances del Ser, es lo que críticamente falta a Bolivia, de ello adolece el mundo.
Es fama la visita del ministro de Defensa de Irán, Ahmad Vahidi, acusado de coautor ideológico por un atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) del 18 de julio de 1994 en Buenos Aires, Argentina, con 85 muertos, según informa LA PATRIA. Las gestiones marítimas no han sido mucho más felices, Bolivia se ha desprestigiado ante la Argentina y la comunidad internacional. No es cuestión de “profesionalismo”, pues bien, sabido es que copiosos “asesores” abundan en el Ministerio de RR.EE. ¿Cuál la falla? Individualidad. Esa que mostró el Canciller Diez de Medina, falta filosofía, humanismo, política; esas grandes y trascendentes precisiones. La acción libre, no manejada por intereses pecuniarios. Porque esa es la única acción provechosa.
En la página XIII de “Jahre der Entscheidung” (años decisivos), de 1933, el filósofo de la historia Oswald Spengler, al observar el advenimiento nacionalsocialista alemán, escribía: “Este apoderamiento del Poder, veo con recelo que se celebra diariamente con mucho ruido. Sería mejor guardar eso para un día de real y definitivo éxito, esto es: En asuntos extranjeros. No hay otros”.
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