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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Identidad - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
"Gobierno del cambio", es el apelativo que el gobierno se endilga y haciendo honor a esto, los cambios vienen y van en diferentes rubros. En algunos casos, hay cambios acertados, en otros hay errores que nos hacen ver que el remedio es peor que la enfermedad y, finalmente en algunos casos los cambios resultan sui generis, curiosos y tal vez contradictorios.
Veamos:
La última noticia de que se viene preparando una ley que permitirá a los esposos decidir quedarse con el apellido de la esposa, por un lado, y por otro que las y los jóvenes mayores de 18 años podrán decidir si llevarán el apellido del padre o de la madre, no deja de causar cierta inquietud.
En el primer caso, muchos esposos cuyos apellidos son originarios, y no muy del agrado de ellos, optarán por cambiar su identidad y negar a sus ancestros al tomar la opción de llevar el apellido de la esposa. De hecho ya ha sido y es práctica común en los ámbitos judiciales el cambio de apellidos que muchas personas realizan cotidianamente, sea por cuestiones discriminativas, por vergüenza o por negación identitaria. El ejemplo clásico de esto lo tenemos en el ex vicepresidente Víctor Hugo Cárdenas, cuyo padre decidió llamarle Cárdenas, según explicó, para evitarle discriminación en la ciudad.
En buenas cuentas la nueva Ley no hará otra cosa que legalizar y dar mayor formalidad al cambio de apellidos, cosa que hasta hoy se viene haciendo más o menos en disimulo y con cierta discreción por parte de los abogados.
¿NEGACIÓN?
El segundo caso es más preocupante. Si bien es cierto que la madre es, acaso, el pilar más importante en la familia y bien merecería el honrarla llevando con orgullo su apellido, como fue el caso del famosísimo don Simón I. Patiño, quien decidió minimizar el apellido paterno de Iturri a una letra y luego hacerla desaparecer, también cabe pensar que muchos jóvenes y señoritas optarán por el apellido materno, no precisamente por cariño y agradecimiento al ser sublime, sino por conveniencias "estéticas" y de "gusto", habida cuenta de que los apellidos, originarios especialmente, parecen estar devaluándose en la modernidad actual, aunque esto no debería darse en nuestra actualidad observando la política y filosofía de rescate de valores del Gobierno, apoyadas con la Nueva Ley contra la Discriminación y el Racismo.
¿IDEA ORIGINAL?
La posible Ley que se avecina, ¿será una idea original de la gente del Gobierno? Al parecer no, pues en Taiwán, por ejemplo, el esposo puede llevar, si así lo desea, el apellido de la esposa al casarse.
Y en otras latitudes, como Estados Unidos, el apellido materno suele anotarse antes del paterno, aunque de manera abreviada. Así, por ejemplo, conocimos al famoso John F. Kennedy, donde la F representaba a Fitzgerald (el apellido materno) o Richard M. Nixon, donde M era Milhous (el apellido de mamá).
A propósito de esto último, sería interesante que se acabe con el machismo y la patriarcalización de los apellidos, quitando el muy posesivo y machista "DE" en la nueva identidad de las señoras casadas, porque aquello de ´´juanita de fulano" o "maría de sutano" tiene connotaciones de posesión material y las muy respetables mujeres del cambio boliviano no tendrían por qué ser objeto de nadie. En esto, seguramente estarán muy de acuerdo las respetables Mujeres Creando.
¿CONTRADICCIÓN?
El Gobierno tiene un discurso, positivo y valioso por cierto, respecto a la recuperación de valores ancestrales, a la revalorización de costumbres, religión e idiomas originarios, todo centrado en una filosofía que engloba la plurinacionalidad, la interculturalidad y el multilingüismo.
Hasta aquí todo muy bien, pero cabe analizar si no habrá algún tipo de contradicción cuando aquella posible ley o reglamentación permita la elección de apellidos por parte de las y los jóvenes y, a la vez permita a algunos esposos "preferir" (o adueñarse) del apellido de la amada esposa.
En fin, esta temática identitaria tendría que debatirse ampliamente, abarcando además los nombres de pila en Inglés (y mal escritos que es una moda impresionante en grandes sectores de la bolivianidad. Hay, pues, todavía mucha tela que cortar. Ojalá y se la corte bien.
(*) Comunicador Social
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