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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 La fuerza de la razón - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Las declaraciones del Canciller subrogante de Chile, se constituyen en una abierta amenaza de utilizar sus Fuerzas Armadas, en caso que Bolivia siga con su actual política de revisar el tratado de 1904; eso, no hace nada más que mostrar la verdadera política de ese país, respecto a las expectativas de Bolivia de retornar a los puertos del Pacífico. Es, además, una política de Estado, que Chile mantuvo por siempre.
Todos los acercamientos que mostraban ciertos indicios de apertura, para conversar sobre el tema marítimo y una eventual salida soberana hacia el Pacífico, no era sino- como siempre –una actitud de distracción, utilizada para ganar tiempo en el campo de la política internacional y ganar, además, por cansancio y evitar que Bolivia lleve a instancias internacionales el tema de su enclaustramiento.
La política expansionista de Chile, es parte de su historia de subsistencia y vigencia como país; por lo tanto, siempre ha sido parte de su actitud que viene a ser una especie de necesidad de sobrevivencia. Sus arranques belicistas, no deben extrañarnos, han sido parte de su razón de ser. Si no hubiera sido así, esta es la hora que Chile no existía como país. Sus botines de guerra le han permitido extender sus territorios y conseguir nuevas fuentes de riquezas naturales, como sucedió. Primero, con el salitre y el guano, y luego con el cobre que se ha constituido en lo que ellos mismos definen como “el sueldo de Chile”.
La misma política expansionista y arbitraria ha utilizado para poder regar los desiertos chilenos con aguas bolivianas. Ya sea desviando ríos o utilizando aguas que no les pertenecen, encausándolas arbitrariamente hacia su territorio. Entonces no debiera extrañarnos la actitud asumida últimamente por Chile, la que coincidentemente se exacerba cuando se anunciaba el reencauzamiento de las aguas de la vertiente del Silala, para el riego de las extensas pampas de Potosí.
Las palabras del Ministro de Defensa chileno, podrían ser consideradas como una advertencia para que Bolivia no se atreva a rescatar las aguas del Silala; también, pueden ser consideradas como una provocación que justifique una nueva invasión. Esta vez, ya sea por las aguas dulces que tiene nuestro país, o por las riquezas de la plata y el litio que están muy cerca de la frontera del vecino país.
El lema escrito en el escudo chileno: “Por la Razón o la Fuerza”, es una muestra del espíritu belicista de ese país, mantenido desde siempre, ya sea por costumbre o por la necesidad de expansión de sus territorios en el marco de una geopolítica, convertida en su razón de ser como Estado.
El lema chileno debiera ser contrastado con algo así como “Por la Fuerza de la Razón”, esa que le asiste a Bolivia para reclamar territorios perdidos, sin previa declaración de guerra, con fuerzas armadas preparadas y asistidas por imperios de ultramar, sobre una población civil absolutamente indefensa; es decir, no fue una guerra, sino una abierta invasión a territorio extranjero, sin que medie motivo alguno para justificar esa actitud bélica. Sólo ese hecho puede dar lugar a revisar el tratado de 1904, firmado, además, bajo amenaza. La guerra puede otorgar derechos; pero, una invasión a una población desarmada e indefensa, es considerada una masacre, y no es motivo de tratado alguno.
Todo lo que está sucediendo, en este caso, es resultado de la improvisación en la política exterior de Bolivia y la poca profesionalidad de los recursos humanos de la Cancillería. Los besuqueos diplomáticos con el ejecutivo chileno; luego los gestos de rechazo, terminaron con los exabruptos de un diplomático interino, pero que mostró las verdaderas intenciones de Chile. Si Bolivia recurre a organismo o a tribunales de justicia internacionales, le asiste pleno derecho; pero, en ese caso, tenemos que tomar en cuenta que corresponde ahora a nuestro país y al gobierno del MAS, obrar con absoluta seriedad, con profesionales de amplio conocimiento en las leyes de derecho internacional y la historia. Si, Chile logrará un eventual apoyo o un fallo desfavorable en tribunales internacionales, habremos perdido toda oportunidad de reclamar, por siempre, lo que en derecho nos pertenece: una salida soberana al Pacífico.
Por lo menos… esa es mi opinión.
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