Flora Tristán y los derechos de la mujer

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El tiempo, el espacio y la naturaleza distinguen a la mujer que desde la creación juega un papel importante dentro de la sociedad humana. Si fue el principio según el Génesis, la mujer es pilar, es la estructura del hogar. El criterio de los valores ha sido consecuencia de la madurez, que a la llegada de los hijos se ha mantenido incólume por integrar a la familia, por utilizar todos los recursos, para que la imagen de la mujer no solamente sea considerada en la simple labor de ser ama de casa, ha avanzado mucho más en sus objetivos, pero el camino es largo y continuo.

Flora Tristán nació en París el 7 de abril de 1803, cuando gobernaba Napoleón Bonaparte, fue hija del coronel peruano Mariano Tristán y Moscoso, de la armada española, y de la francesa Anne Laisney. De pequeña disfrutó de todas las comodidades de su hogar visitado por Simón Bolívar y su maestro Simón Rodríguez. A la muerte de su padre cuando ella tenía 4 años, su familia asume la pobreza, porque el Estado francés no reconocía la viudez, y porque la boda de sus padres no había sido regularizada.

Entrada su juventud comenzó a trabajar en un taller de litografía y a los 17 años se casó, no por amor sino por hambre, con el propietario de ésta André Chazal, tuvo tres hijos, una de ellas Aline será la futura madre del famoso pintor Paul Gauguin cuyo padre fue el periodista del National, Clovis Gauguin que, en su intento de fundar un periódico en Lima-Perú, fallece en el viaje por una enfermedad cardiovascular.

Contrariada porque el matrimonio comenzó a declinar, y al no contar con un trabajo seguro, que garantice la permanencia de ella, junto con sus hijos se trasladó a Inglaterra en busca de oportunidades. Solicitó la custodia de sus hijos cuyo fallo demoró 12 años. Mujeres separadas de sus cónyuges eran juzgadas por la sociedad conservadora y de prejuicios, ninguna se atrevía a levantar la voz, por temor al hombre, a la Iglesia y a la opresión.

Esa terrible experiencia, provoca que se convierta en la precursora del movimiento femenino, viajó por muchos lugares en busca de trabajo, algunas veces lo consiguió, en otras ocasiones se quedó sin respuesta. En ella habitaban la dignidad y los valores morales que había heredado, evalúa todas sus necesidades y se da cuenta que es paria.

¿Qué hacer contra las leyes que no protegían a la mujer? La discriminación era uno de sus mayores infortunios, sola y con los alegatos de que era del sexo débil, se sentía relegada, fuerte en sus principios, en sus conocimientos, resalta y se enfrenta a la sociedad. Íntegra en su posición como mujer y madre, se pone al nivel del hombre y sabe de virtud. Decía: “Si se reflexiona en el gran número de iniquidades que se cometen cada día y que las leyes no saben impedir, se convencerán del inmenso mejoramiento de las costumbres que resultaría de la publicidad dada a las acciones privadas. No habría ya hipocresía y la deslealtad, la perfidia, la traición no usurparían sin cesar, con apariencias engañosas la recompensa de la virtud. Habría verdad en las costumbres y la flaqueza se trocaría en habilidad”. (1)

El año 1833 viaja sola al Perú y se hospeda en la casa del hermano de su padre don Pío Tristán de Moscoso, para reclamar su herencia y sólo obtiene una pensión mensual, llega en plena guerra civil y compara las clases sociales que dirá mucho para Flora y se erige en defensora declarada de los derechos y libertades de la clase obrera y de la mujer.

A su retorno a Francia el año 1834, encuentra a su marido desempleado y, aferrado al reconocimiento de los escritos de Flora, intenta matarla y la hiere, por lo que es condenado a prisión.

En Londres, Flora recurre a usar ropa de hombre y con apariencia masculina logra ingresar en la Cámara de los Lores, entra en contacto con los obreros que malviven en una sociedad que les da la espalda, decide dedicar sus esfuerzos para conseguir un futuro digno a la clase obrera, esto antes de empezar a gestarse las ideas de Marx y Engels, viaja por toda Francia dando apoyo a los trabajadores de su país. (2)

Afirmaba: “Este escritor es una mujer, no contenta del velo con que ha escondido sus escritos, los ha firmado con un nombre de hombre. ¿Qué repercusión pueden tener las quejas envueltas entre ficciones? ¿Qué influencia podría ejercer cuando los hechos que las motivan se despojan de la realidad? Las ficciones agrandan, ocupan un instante el pensamiento, pero no son jamás los móviles de las acciones de los hombres”.

Las dos principales revistas obreras, L’Atelier y La Ruche Populaire publicaron y elogiaron sus paseos por Londres. Fue llamada pionera revolucionaria, precursora del feminismo, escritora y pensadora. Son muchos denominativos que le han dado, para catalogar a esta mujer que ciertamente lucho arduamente a favor de los obreros y las mujeres.

Mario Vargas Llosa, escribe la obra “El paraíso en la otra esquina”, título de un juego practicado por niños en Francia y por coincidencia también en el Perú. Esta novela está dedicada íntegramente a la ascendencia y descendencia de Flora Tristán como un homenaje a esta meritoria mujer que luchó hasta el último día de vida porque la clase obrera tenga un futuro mejor y a su nieto el reconocido pintor Paul Gauguin que se describió: “Soy un salvaje, y los civilizados lo perciben, porque en mi obra no hay nada que sorprenda o que desconcierte, de no ser este salvaje a mi pesar que, por eso, resulta inimitable”. (3)

Flora, fallece de tifus en Burdeos a los 41 años de edad. Apoyó incansablemente a la Unión Obrera, publicó artículos en defensa de la mujer, entre sus obras las que más se destacan: Peregrinaciones de una Paria, Paseos en París, Selección de Cartas, una recopilación de cartas del Libertador Simón Bolívar, sus dos últimas obras están dedicadas a favor del divorcio.

Desde la partida de Flora Tristán al mundo de paz, a la fecha todo ha evolucionado y ese desafío a la existencia del otro, ha conducido a que la mujer persista, no se rinda en este mundo icónico y fugaz.

Esta mujer, como muchas otras, ha escrito en la historia de la vida un sentido de bien y ha dejado como muestra un escenario para multiplicar que los derechos y la libertad del humano son irrenunciables e imprescriptibles.

BIBLIOGRAFÍA

(1)TRISTÁN, Flora. Peregrinaciones de una paria. Impreso Editorial Distribuidora “Alexis” 2009. Perú.

(2) Idem.

(3) VARGAS LLOSA, Mario. El Paraíso en la otra esquina. Cuarta edición, Octubre 2009. España.

GAUGUIN, Paul. Grandes Maestros de la Pintura. Editorial Sol 90. España.

Fuente: LA PATRIA