Como muchos hombres inteligentes, don Porfirio Díaz Machicao estuvo casado con una mujer cochabambina quien a lo largo de su vida matrimonial se encargó de recordarle mucho el valor de las Heroínas de La Coronilla hasta que un día el escritor e historiador dijo a la señora Marujita que la valentía de las heroínas cochabambinas ya le llegaba a la coronilla.
Cierta o no la anécdota, la verdad es que a lo largo de mi vida conocí a muchas cochabambinas valerosas que me hicieron temblar ante sus “makanas”, siendo la más reciente mi comadre Macacha quien tuvo el valor de convertirse en mi protectora oficial y financista ocasional, siendo yo un periodista pobre y un empedernido romántico, aclarando ante mis lectores que empedernido no es lo mismo que “empiernado”.
Esta heroína cochabambina tiene aún un pie puesto en el siglo XX, y el otro en el siglo actual al igual que yo, llegó a mi casa blandiendo un hermoso garrote era una copia fiel de las “makanas” que utilizaron las Heroínas de la Coronilla aquel 27 de mayo de 1810 y lo utilizará en defensa de la Alcaldesa de Oruro señora Rossío Pimentel quien a los masistas pretenden separar del cargo habiendo sido ella elegida mediante una votación popular.
Reconocí el gesto valiente de mi comadre cochabambina y traté de encontrar una excusa para no acompañarla en una misión tan peligrosa, pero ella se adelantó a mi disculpa temerosa y me dijo: “No se preocupe, compadre, yo iré a defender a la Alcaldesa Pimentel armada de mi “makana” y usted permanecerá en La Paz escribiendo macanas”.
Contagiado de su valor reaccioné como varón que soy y dije a mi comadre que yo iría con ella pero como veo poco marchaba detrás de ella. Subimos a mi motocicleta Harley Davidson que ella conduciría y abrazando fuertemente su cintura iniciamos nuestra marcha a Oruro en un raid que bautizamos como “Polleras al Viento defendiendo a la Alcaldesa Pimentel”.
Durante nuestra corta travesía a la ciudad del Señor Pagador los vehículos que venían en sentido contrario se apartaban de la ruta para dar paso a nuestro vehículo al ver que iba conducida por una descendiente de las heroínas de la Coronilla armada de su terrible “makana” y así llegamos en u tris tras y Macacha me dijo al ingresar a la ciudad de Pagador: “Aquí debería haber nacido usted, compadre, así habría sido mejor pagador de lo que actualmente es…”, palabras que no entendí mucho porque me considero un buen pagador, aunque un poco lento.
Después de haber ingerido unas “colitas de cordero” en el restaurante “Nayjama” donde saludamos a la propietaria, Macacha me dijo que había llegado la hora de ir a luchar por una causa justa como es la de la Alcaldesa Rossío Pimentel y enarbolando su “makana” me ordenó avanzar sobre la Alcaldía de Oruro. Yo siempre cortés y educado con las damas, le contesté cual un caballero “primero las damas” avanzando ella seguida de este periodista que admira no sólo a las legendarias Heroínas de La Coronilla sino a sus directas descendientes que despliegan toda su valentía para luchar enarbolando sus makanas y protegiendo a los periodistas inteligentes y valientes, aunque a su manera.
PAULOVICH
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