Morales recurrió a un juez español en tema marítimo
22 may 2011
Por: Edmundo Rocabado V.
Causó sorpresa en el ambiente político nacional e internacional, especialmente en el sector opositor, la ocurrencia de nuestro Presidente, Evo Morales, tentar un contrato con el ex juez español, Baltasar Garzón, como cabeza de un grupo de personalidades que tendrán a su cargo el litigio que tiene Bolivia con Chile en el problema marítimo, después que el Gobierno nacional pretenda recurrir su demanda al Tribunal Internacional de La Haya como lo hace Perú, pero sin recurrir a cuñas extranjeras. Menos mal que el jurista español rechazó la petición porque tiene varios compromisos, sino porque está ligado fraternalmente a Chile.
Bolivia tiene como profesionales de prestigio a destacados profesionales juristas que, junto a ex presidentes bolivianos conocen de cerca y con amplitud el problema marítimo, los mismos que fueron invitados por Evo Morales para conocer el criterio de estos en conversaciones sobre el tema que arrastramos por más de siglo y medio. En aquella reunión fueron analizados con mesura y total convicción lo que se debe hacer en futuro la demanda ante Chile, país que se mofa de las inquietudes de nuestro Presidente.
La posición de Evo Morales era una afrenta a la capacidad intelectual de nuestro juristas y destacados internacionalistas que, en diferentes foros expresaron opiniones valiosas sobre el problema marítimo desde la Guerra del Pacífico, el Tratado firmado en 1904 y otros antecedentes que han sido analizados reiterativamente durante la larga peregrinación de nuestro enclaustramiento que afecta a la economía boliviana, pero que proporciona réditos a Chile, especialmente a regiones de Antofagasta, Mejillones, Calama, Iquique y otras que fueron bolivianas.
El pasado 23 de Marzo, el Gobierno, al conmemorar el 132 aniversario de la pérdida del Litoral, Morales pese a tener parte activa en el diálogo con autoridades chilenas con la agenda de 13 puntos, lanzó su amenaza de recurrir a un juicio internacional, juicio que aún no tiene idea cómo comenzar la guerra legal esgrimiendo legalidades que le abran camino para llegar al Tribunal de la Haya.
Con vaivenes en diferentes direcciones sobre el intrincado problema, el Gobierno de Morales no puede hilvanar su demanda, menos encontrar el norte, cuando hace más de un año tuvo coqueteos con la ex presidenta Michelle Bachelet para desmenuzar la famosa agenda que nunca avanzó, aunque nos hicieron vivir de esperanzas de proporcionarnos una salida al mar con soberanía, intentos que fueron borrados con la ascensión de Piñera a la presidencia, hombre que se mantuvo más cauto dejándonos en la nebulosa, porque así es el temperamento araucano, pese a que uno que otro legislador chileno nos lanza lisonjas.
(*) Periodista
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