Aunque ya todo está arreglando, oleado y sacramentado, para la designación de candidatos a Magistrados del Poder Judicial, acudí a la invitación que recibí del Ateneo Pericles que agrupa a cochabambinos inteligentes que asisten habitualmente al Bar Comercio de Cochabamba para colaborar al país en la búsqueda de los mejores, mejor dicho: de los menos malos.
Ilustres pensadores del valle dirigidos por el egregio filósofo y futbolista greco-cochabambino Aristóteles Giorgiadis Quiroga nos dieron la bienvenida al Barco (Bar Comercio), produciéndose un murmullo general cuando ingresé al salón acompañado de mi comadre Macacha quien se encontraba muy guapa y emperifollada. Escuché que algunos preguntaban quién era esa chola tan simpática, mientras otros respondían “es la comadre chola del periodista que anda en mala situación…”
El tema central de la reunión fue ¿Qué podemos hacer para elegir a los menos malos?
Un ilustre punateño sugirió invitar a los candidatos masistas a magistrados a presentarse en el Bar Comercio un sábado a mediodía para saber cómo es después de haber bebido diez chops de cerveza Taquiña porque para conocer a una persona hay que observar cómo es cuando está “mameid”. Algún parroquiano preguntó qué pasaría si el candidato a magistrado no quiere beber. La respuesta la dio el punateño cuando exclamó solemnemente: “Desconfía del hombre que no bebe”.
Un quillacolleño anciano y que había pertenecido a la juventud del Partido Liberal sostuvo que había que examinar la genealogía de los candidatos, repitiéndonos el viejo dicho: “Cholíbides nunca bonus, y si bonus nuncan perfectus, perque cholíbides semper cholíbidis”. Felizmente fue rechiflado por la mayoría que puso sus ojos en mi comadre Macacha, noble cholita cochabambina. Ella se puso de pie y agradeció la condena al anciano liberal.
Un pensador citadino de “la down town boliviana” se refirió a la necesidad de contar con magistrados de probada virtud para no sucumbir ante las tentaciones del sexo en el momento de dictar una sentencia, poniendo como ejemplo al presidente del Fondo Monetario Internacional quien había violado a una camarera de un hotel de New York, oponiéndonos a cualquier magistrado que tratara de hacer lo mismo con alguna ciudadana que por impetrarle justicia pudiera ser víctima de delitos parecidos. En frase histórica nos dijo: “Más que hombres sabios queremos magistrados virtuosos”.
Otro orador, esta vez aiquileño, apoyó la moción anterior citando el caso del ex Gobernador Schawaseneger quien había tenido un hijo con una sirvienta californiana, pero fue interrumpido por un inteligente mizqueño quien le dijo que su ejemplo no nos servía de mucho porque entre los candidatos masistas a Magistrados no hay ni habrá ninguno que apellide o se pareciera a Schaseneger.
Se enviarán invitaciones a los candidatos masistas a Magistrados para ser observados en el Bar Comercio antes de votar, si es que votamos, lo cual no está seguro.
PAULOVICH
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