Se trata de una útil herramienta utilizada por los maestros carpinteros o como en ciertos niveles se califica también a los diseñadores ebanistas, que con el serrucho y otros adminículos crean y concretan una variedad de útiles muebles para el hogar o las oficinas. La profesión data desde A.C. cuando José labraba la madera para entregar sus obras a la comunidad.
Los serruchos son de varias calidades y vienen en variedad de tamaños, color y especialmente calidad. Los hay de reconocida procedencia “de marca”, como también existen los más baratos pero de dudosa resistencia que sin embargo igualmente se utilizan para los fines de ebanistería. Por supuesto que también hay las sierras eléctricas, rapidísimas, pero muy peligrosas.
Estamos rescatando una apología del principal instrumento que usan los carpinteros para desarrollar sus faenas diarias, desde los pequeños talleres hasta las grandes maestranzas, donde el producto terminado sale con brillo.
Así como brillan en nuestro medio los serruchos manejados por hábiles políticos que cumplen otra tarea especial de “serrucharle el piso” al oponente o al que no cae bien en cualquier dependencia. A eso debía llegar para mostrar de la manera más sencilla que el serrucho dependiendo de quién lo maneja sirve por analogía para cortar la base que sostiene a muchas autoridades, que sabiendo de éste método no deberían sentirse muy seguras en un puesto, salvo que tomen los recaudos necesarios para evitar que funcione la sierrita.
En el último tiempo y en los pisos superiores, hay muchos serruchos que se manejan en altos niveles de la Asamblea Nacional, senadores y diputados que están a la pesca de cortarle el piso a sus colegas de oposición, pasa lo mismo en el Poder Ejecutivo, ni qué decir en el Poder Judicial y de la manera más natural en las gobernaciones y en las Alcaldías.
Cualquier motivo es buen pretexto para recurrir al serrucho y tratar de quebrar las bases sobre las que se asientan algunas autoridades. Con inusitada frecuencia trabajan los serruchos políticos en la Alcaldía, otros lo hacen en la Gobernación, no faltan en la Policía y hay otros inclusive en las organizaciones laborales y las instituciones cívicas regionales.
Nadie está libre de ser víctima de un serrucho, depende con quiénes trata y cómo lo hace, pues si su trabajo afecta ciertos intereses es mejor que vaya tomando previsiones para no caer por el círculo que hacen los serruchos cuando son manejados por inescrupulosos operarios del ramo.
Hay peligro del mal uso de serruchos en el Municipio, en algunas dependencias de la Gobernación, en la Policía, en el Ministerio Público, hasta en la COD y en la Universidad, muchas sierras esperando tan sólo ser movidas por los malos carpinteros, esos que no siguen el ejemplo del Maestro San José que trabajaba con sencillez, con honradez y sin hacer daño a nadie.
Parece que en este tiempo creció el número de funcionarios que fuera de las tareas regularmente asignadas para que funcione óptimamente alguna dependencia de la Administración Pública, tienen también la misión de malos carpinteros, serruchando el piso a quienes no piensan –políticamente– igual.
Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.