Sábado 21 de mayo de 2011
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Mucho se ha relacionado la enfermedad conocida como cirrosis con el consumo de bebidas alcohólicas.
No en balde, el alcoholismo es una de las principales causas de esta enfermedad, pero no la única.
Hay otras causas que inciden en este padecimiento, cuya consecuencia irreversible es una: la muerte.
Aunque la cirrosis es una enfermedad incurable, puede ser perfectamente prevenible si se toman en cuenta algunas medidas que pueden reducir los factores de riesgo.
¿Qué es la cirrosis?
Definir la cirrosis no es algo fácil. "es la degeneración de las células del hígado, las cuales han sufrido daño irreversible y han sido sustituidas por tejido de cicatrización como consecuencia terminal de enfermedades o alcoholismo de larga evolución".
Es una enfermedad crónica y progresiva, el tejido hepático de funcionamiento normal es reemplazado lentamente por tejido cicatrizante, a medida que se pierde el tejido normal del hígado las funciones también se pierden
Esta degeneración puede ser causada por distintos factores, pero el más frecuente es el alcoholismo.
El alcohol una vez ingerido sigue varios pasos en nuestro organismo hasta que es eliminado. El alcohol una vez transformado en el hígado se convierte en sustancias que dan lugar a múltiples efectos tóxicos sobre diversos órganos como el páncreas, músculo, médula ósea, sistema nervioso y el propio hígado. La lesión más frecuente a nivel del hígado es la conocida como esteatosis hepática, y las más graves, la hepatitis alcohólica y la cirrosis hepática. De un 10 a un 35% de grandes bebedores desarrollan hepatitis alcohólica, y entre un 10 a un 20% desarrollan cirrosis.
Fuente: murrasaca.com