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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Embajadores del Perú en Bolivia - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
La República del Perú ha acreditado en los últimos años a personalidades destacadas que han buscado las más fraternales relaciones con Bolivia. Recordamos al distinguido Embajador don Fernando Rojas Samanez que nos honró con su amistad; a don Manuel Rodríguez Cuadros, quien en respuesta a un artículo de nuestra habitual columna en El Diario, nos obsequió con la dedicatoria de su enjundioso libro “La soberanía marítima del Perú, la controversia entre el Perú y Chile”, donde se explaya sobre los aspectos históricos y jurídicos del contencioso limítrofe marítimo que hoy se ventila en el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya y cuyos fundamentos seguramente le darán el triunfo al Perú.
Ahora, se ha presentado como Embajadora del Perú una distinguida dama, doña Silvia Alfaro Espinosa, que a las dotes de su personalidad se añade una simpatía encantadora que con motivo de la presentación de sus Cartas Credenciales, ofreció una recepción en la residencia de la Embajada, donde además de degustar una sabrosa comida y el infaltable pisco sour peruano, pudimos apreciar bailes como la marinera, ejecutados por una pareja de bolivianos de El Alto, con una perfección admirable que nos dejó fascinados.
En fin, son diplomáticos que vienen trabajando por estrechar los lazos de amistad de nuestros países y a través de ellos se ha plasmado la apertura de concesiones del Perú, como son la ampliación de los Convenios de Ilo.
La mayoría de los bolivianos pensamos que nuestras relaciones diplomáticas con la hermana república peruana deben ser más fluidas e intensas, con visión de futuro, para el fortalecimiento de la amistad, cooperación e integración de nuestros pueblos; más aun hoy que se han ampliado las facilidades otorgadas a Bolivia a través de varios convenios del proyecto Ilo que comprende el libre uso de sus instalaciones portuarias y el desarrollo de una zona franca industrial, una zona franca turística en el puerto y playa de Ilo y el funcionamiento de la Escuela Naval de Bolivia en este puerto.
Pero, señores, ¡han pasado 18 años de los Convenios de Ilo y no hemos hecho nada y seguimos engrillados a los puertos chilenos para nuestro comercio exterior!
La mentada carretera interoceánica que se proyecta debe ser diseñada de Santos a Ilo y de ninguna manera hacia Chile, por conveniencias geopolíticas y de dignidad.
La implementación de proyectos en la cuenca endorreica del Titicaca tiene proyecciones turísticas fantásticas para Bolivia, incluidos el desarrollo agropecuario y de la pesca. Sólo necesitamos más imaginación y mayor agresividad para realizar los proyectos.
Bolivia tenía una costa de 400 km. que han sido usurpados del modo más grosero y gratuito por un invasor impávido; que después sedujo a los liberales de comienzos del siglo pasado, con la cantaleta de la libertad de tránsito por Antofagasta y Arica, y con que seamos el tonto útil que contribuya con su comercio exterior, al sostenimiento y financiación de los territorios despojados, porque la enorme riqueza que se extrae de éstos sólo alimenta la soberbia y la ostentación de la burguesía de Santiago y Valparaíso, siendo Bolivia el que da vida al norte chileno. O sea, después de haber sufrido el atroz despojo quedamos con la obligación de sustentar la tierra desmembrada. ¿No es esto una sin razón, mejor dicho una estupidez?
Que hayamos sufrido pérdidas territoriales, vaya. Pero después someterse al usurpador a un “dominio absoluto y perpetuo” para contribuir a su desarrollo con nuestro comercio exterior, no es decoroso. Por eso es que, firmados los convenios de Ilo, el Gobierno y los bolivianos, debemos desviar ese comercio internacional hacia los puertos peruanos y conducirnos por la senda del honor y la dignidad que tienen tanto valor como los recursos arrebatados, para lo cual todos debemos asumir un comportamiento esencialmente patriótico, por una conducta consecuente con el país y por su obligación de contribuir a la construcción de la infraestructura e instalaciones para las que hemos recibido una cesión importante y solidaria del gobierno peruano en Ilo.
En la vida de las naciones no valen solamente los aspectos económicos, rigen normas éticas y de decoro que obligan a una conducta pundonorosa y de integridad moral. Analizada nuestra historia, desde el asalto del Litoral, se advierte la dominación colonial en uno y el sometimiento indignante del otro, ¿por la complicidad de una oligarquía obsecuente, por comodidad de los gobiernos o por cobardía? Todo esto ha concurrido sin duda, pero es hora de cambiar los rumbos, es hora de recobrar la majestad de la altivez, de la honradez y del respeto consigo mismo; entonces todas las empresas bolivianas y personas naturales que utilizamos un puerto para el comercio deben usar puertos peruanos, así costara un poco más dicho desvío. Esa debe ser la consigna.
Si no aprovechamos la concesión otorgada por el Perú, habremos perdido toda noción de integridad y consideración con los valores morales del país, que son muy elevados. Sabemos también que el cambio de ruta beneficiará a la zona sur del Perú que necesita impulsar su desarrollo. En fin, tiene que ser recíproco el beneficio.
(*) bdlarltd@hotmail.com
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