Los movimientos sociales que en abril estuvieron muy activos, reclamando un nivel más elevado de incremento salarial sobre el 10% ofertado sólo a ciertos sectores, terminó aceptando un punto más oficialmente y otro que todavía sigue en análisis, por tanto la reivindicación salarial está trunca y tal parece que se reactivará como consecuencia del descuento que efectuaron a trabajadores de salud y magisterio que se movilizaron más de seis días.
Lo de seis días tiene relación con una norma establecida en la Ley de Trabajo que determina un retiro directo por ausencia indebida al trabajo por más de seis días, situación que se maneja como “amenaza legal” contra los manifestantes que “corretearon a policías” en las calles paceñas, y en otras ciudades, durante un periodo mayor a 6 días.
El hecho es que se está procediendo al descuento de días no trabajados y por lógica consecuencia los afectados anunciaron nuevas movilizaciones, eso quiere decir que otra vez faltarán a su trabajo y tendrán otro descuento que a su vez será rechazado con nuevas medidas de presión y la espiral “social” seguirá creciendo en un ámbito de confrontación y alteración del orden público.
Hay que entender que el pedido laboral tiene justificativo en el reclamo formal de buscar un equilibrio entre los gastos para llenar medianamente la canasta familiar con un salario que, pese al incremento, no repone la pérdida de su poder adquisitivo es que la inflación persiste, aunque hay quienes afirman que ha disminuido y posiblemente hacia fin de mes las cosas mejoren en materia de precios y en economía familiar.
Los problemas se presentan de tiempo en tiempo en función a la crisis que por determinados periodos se desata justamente porque el Gobierno carece de una adecuada estrategia productiva, que no puede implementarse porque a su vez faltan políticas coherentes socio económicas que permitan avanzar en el objetivo de satisfacer las esperanzas de miles de bolivianos que todavía no sienten los efectos del fuertemente promocionado “cambio para vivir mejor”.
Expertos en economía observan el panorama financiero nacional y señalan que gran parte del problema reinante tiene que ver con un desordenado manejo del gasto público, que desde el 2006 y ya estamos en 2011 muestra una serie de incongruencias que afectan directamente a la economía nacional
Uno de los consejos, que lamentablemente no se toma en cuenta, es el de reducir los gastos innecesarios y mostrar al país inversiones de orden productivo que permitan el retorno de capital y utilidades, mientras que los recursos mal empleados son parte de una peligrosa posición arbitraria que dilapida los fondos públicos para favorecer a ciertos sectores en perjuicio de las grandes mayorías empobrecidas del país.
Si no se aplica de una buena vez, una estrategia productiva real y eficiente con pleno y absoluto respaldo financiero del Estado, con el objeto de crear más fuentes de empleo y mover los engranajes del desarrollo nacional, seguiremos con el sistema cíclico de las demandas, las marchas, los descuentos y otra vez las manifestaciones. Hay que cambiar este cuadro con una estrategia de alta responsabilidad financiera concretando proyectos de rentabilidad, antes que gastar nuestros fondos en aviones o satélites o favoreciendo tan sólo a sectores privilegiados.
Fuente: LA PATRIA
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