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Domingo 08 de mayo de 2011

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Revista Dominical

En el Día del Periodista Boliviano

08 may 2011

Fuente: LA PATRIA

En el último tiempo se ha convertido en una profesión de riesgo • Los periodistas declarados enemigos del “poder político” • Por: Dehymar Antezana - Periodista

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“La necesidad de vivir bajo un régimen de Derecho, en el que se respete el veredicto popular y cada una de las instituciones cumpla el rol que le asigna la Constitución Política. De ahí, la defensa permanente de los derechos de la ciudadanía avasallados por los regímenes despóticos, cuya única misión parecía ser el enriquecimiento personal de sus miembros, y las denuncias de numerosos negociados y atropellos, gracias a las cuales se consiguió disminuir en alguna medida los daños infligidos al Estado o atenuar la política represiva”.

Esa fue la interpretación que le dieron los periodistas a lo que sucedía en el país en la década del 70 y a principios de la década del 80, antes de ingresar al régimen democrático. Una lectura que se estableció en el libro de Mariano Baptista Gumucio titulado: “Última Hora: Un periódico en las encrucijadas de la vida Boliviana”.

Esa lectura hecha en ese entonces, no ha cambiado para nada y estos tiempos se han convertido en la misma cantaleta de siempre, una historia recurrente en el país, que como siempre la retórica es de mejores oportunidades, pero en el fondo es pura demagogia.

Esas interpretaciones de los periodistas ha hecho que en forma constante y más en estos tiempos, se conviertan o mejor dicho, sean denominados “enemigos” y todo por decir la verdad y no estar de acuerdo con las acciones gubernamentales.

Esta reflexión va porque el martes 10 de mayo se celebrará en el país el “Día del Periodista Boliviano”, una fecha significativa para valorar a uno de los trabajadores más importantes del país, obviamente sin discriminar cualquier profesión, porque en el fondo todas son importantes y aportan con un grano de arena al desarrollo de la nación.

Pero, ¿por qué resaltar la tarea del periodista?, porque a través de su trabajo podemos también y con mayor intensidad construir el desarrollo de un país, de una región. Su trabajo es de bastante responsabilidad, ya que con el poder de la palabra, se puede llegar a construir o caso contrario destruir, los cánones establecidos. Dar muerte civil si el caso lo amerita, sin necesidad de tener en la mano un fusil.

Sin embargo, antes de seguir ahondando este tema, es necesario conocer un par de definiciones, que las mencionamos tras haber desarrollado todo un proceso histórico.

Tras la invención de la imprenta por Johannes Gutenberg en el siglo XV, se da una marcada importancia de los manuscritos, que en muchos de los casos eran información valiosa para conseguir la libertad, como ocurrió en la Revolución Francesa de 1789.

Pero esa actividad de informar fue creciendo con mayor intensidad y en forma periódica, por ello y de a poco se va formando para muchos un oficio, sin embargo, consideramos que es más que ello, como es el periodismo.

Como se señala en el libro: “Periodismo en Bolivia” de Casto Millán: “Hubo periodismo desde los más remotos tiempos; periodismo en sí y periódico como medio de comunicación: Los papiros, las estelas, los jeroglíficos del Nilo, las tablas “enseradas” de Nínive y Babilonia, pasando por la Gaceta del Imperio Chino, los “leucómatas” de los griegos, de la “acta diurna populi romani” de los romanos, las “cartas manuscritas” de los tiempos medievales y las “gacetas” en Europa que son los nobles precursores del periodismo”.

Según Albala, el periodismo no es otra cosa que la ciencia de la información. Pero, el periodismo es también una actividad que refleja diariamente la realidad de una sociedad, una región, un país. Uno de sus conceptos más conocidos es que el periodismo “es la comunicación que se realiza por un medio de comunicación, radio, televisión o periódico” que también se denomina, prensa.

Y quienes hacen al periodismo, son los periodistas, considerados aquellos que son la “voz de los sin voz”, “aquellos que tienen el poder de la palabra en sus manos”, “los ingenieros de la información” y otros conceptos populares que da la gente.

Pero creemos que los periodistas son los intérpretes de la realidad, quienes reflejan con veracidad, ecuanimidad, temporalidad e imparcialidad, los acontecimientos que pasan en un círculo social, entiéndase como se entienda este término. De allí en el mundo se fue expandiendo esta profesión tan noble, tan maravillosa y obviamente en Bolivia no fue la excepción, desde que aparecieron los primeros libelos.

Pero, como siempre pasó en la historia de Bolivia, los periodistas fueron en la mayoría de los casos, la piedra en el zapato de los gobernantes, la espina en el campo de rosales, la sombra en un día soleado, o el muro en una carretera de cien mil carriles. El periodista es el que testimonia el desarrollo de la humanidad y de la civilización.

El periodista fue el protagonista principal para la historia del país, porque a través de él se reflejo cada acontecimiento, así este haya sido de mínima importancia. Por todo ese trabajo, algunos gobernantes trataron de congraciarse con los trabajadores de la prensa, como ocurrió a fines de la década del 30 del pasado siglo, supuestamente para taparles la boca.

DÍA DEL PERIODISTA

En homenaje a la Ley de Pensiones, Jubilaciones y Montepíos otorgado para el ramo de la prensa durante el gobierno de Germán Busch, se declara Día del Periodista.

En sentido amplio, dice Mario Coronado Orellana en su libro: “Cronología de Fechas Históricas”: “Periodista es la persona que escribe en los periódicos y en sentido intrínseco; los periodistas son los trabajadores de la prensa que reportan cotidianamente al público el acontecer social, político, económico y cultural mediante la noticia, el reportaje y el comentario, a través de los medios de comunicación escrito (periódico), oral (radio) y de la imagen (televisión)”.

Celebran su día el 10 de mayo y los pocos datos que se poseen para determinar la fijación de esta, refieren que en 1937, Frontaura Argandoña dirigía la Asociación Nacional de Periodistas y que coincidentemente se construyó e inauguró el primer barrio del periodista.

En la misma fecha, dictó la Ley de Pensiones del gremio que nunca funcionó. El día del periodista se instituyó mediante Ley del 16 de Noviembre de 1938.

Sin embargo, nunca se cumplió esa Ley y solo fue un gesto que quedó en el papel, otra promesa gubernamental sin cumplirse, pero eso fue lo de menos, porque los periodistas continuaron luchando y escribiendo la historia del país, a cambio de nada, sacrificando el tiempo, a su familia e incluso arriesgando su propia vida.

Ese argumento de antes no cambiará y no cambiará nunca, porque los trabajadores de la prensa seguirán en la brega, cueste lo que cueste, persiguiendo el principio de la verdad y derrocando a cualquier inoportuno ser, que trate de afectar los intereses de una comunidad.

Coronado señala que “a la prensa y a los periodistas se les conoce, en la categoría de “Cuarto Poder”, en la alusión a los poderes que forman el Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial; ello debido a la enorme influencia que ejercen en la opinión pública y por consiguiente sobre la sociedad”.

Es un buen criterio, sin embargo, no lo compartimos del todo, ya que el periodismo es el “primer poder”, si bien no se puede actuar como las funciones que tienen los poderes del Estado mencionados, se puede labrar un país a través de la denuncia, de la orientación, de la fiscalización, y quizás de otros elementos más.

Contemplando esta realidad, el periodista, debe estar dotado de ciertos atributos y valores éticos, como son: La veracidad, la honestidad y la ecuanimidad, que se traducen en la regla de oro del periodismo.

Otro elemento clave es la imparcialidad que permite la vigencia de la regla de oro, principio fundamentalmente la Libertad de Expresión y por consiguiente la Libertad de Prensa.

El poder es tan inmenso del periodista, que puede derrocar gobiernos. El periodista no es Dios, pero puede lograr cosas imposibles. Causa miedo, sin el afán de ser verdugo, en jueces, fiscales, autoridades de todo rango, dirigentes y otros, que cuando se equivocan tiemblan al ver una reportera o una cámara filmadora. Su presencia envalentona al pueblo, que lucha por sus reivindicaciones.

El periodista no es Juez, pero se logra con su trabajo la justicia y en muchos casos la paz social.

No queremos ser “zalameros” con esos conceptos, pero es la experiencia vivida a diario, que hace esa descripción.

Pero así como se tienen esos poderes, el periodista hoy en día está desnudo, desprotegido y señalado con el dedo, como “el malo de la película”; porque afecta intereses de grupo, de sectores que solo ven para sí algún beneficio o de gobiernos que nos pintan “vivir en el país de las maravillas”, cuando en la realidad, padecemos todos una injusticia social, en el que las “minorías” mal llamadas “mayorías”, una vez más someten al pueblo, por el poder efímero que tienen.

Periodistas víctimas de agresiones psicológicas, vejámenes, discursos, coimas y muerte, situación que si bien es preocupante y alarmante, pero nunca lograrán callarnos con una mordaza, sea esta a través de la ley, amenazas o golpes o la muerte.

El periodista seguirá ahí, siendo fiel soldado de la defensa nacional, de los intereses colectivos del país y luchando por las reivindicaciones de los desposeídos, del pueblo y de su Patria.

Puede ser que nos maten, puede ser que nos encarcelen, pero jamás matarán o encarcelarán nuestro trabajo, nuestras ideas y nuestra defensa por la libertad.

Aquellos que no se identifiquen con estos preceptos, consideramos que son serviles a cualquier gobierno, a cualquier interés y como siempre lo hemos dicho, serán juzgados con el peso de la ley moral, la ley Divina.

Nacimos para ser periodistas y volveremos para serlo, porque es la vocación que Dios nos dio, y a quien le damos las gracias, por elegirnos como un elemento fundamental en esta interacción humana.

Una nueva celebración, un nuevo compromiso de seguir construyendo el país, unir a los bolivianos y desafiar a cualquier gobernante que se atreva a atentar contra las libertades del hombre.

Fuente: LA PATRIA
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