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Domingo 08 de mayo de 2011

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Revista Dominical

Parafraseando a Ryszard Kapuscinski:

El periodista ante todo tiene que ser buena persona

08 may 2011

Fuente: LA PATRIA

Por: Juan Carlos Treviño Meneses - Periodista

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Ayer, hoy y mañana el trabajo del periodista debe ser indiscutiblemente independiente (ideológicamente hablando), además de ser ecuánime, pero no basta simplemente con serlo, también se debe parecerlo, éste debe ser sobre todo una buena persona, creando condiciones para que la gente crea nuestra verdad, y reclinándonos a la política o al pueblo, esto se complica, por tanto la labor del periodismo como profesión es constituirse en el punto de equilibrio entre el poder, llámese a los Órganos del Estado, sus representantes u otras instancias gubernamentales y el pueblo, la gente de a pie, los ciudadanos y ciudadanos de este país, que necesitan ser informados con responsabilidad. En ese sentido el presente ensayo no pretende ensalzar el trabajo de nuestro gremio, sino contrariamente dar un vistazo a la necesidad de acercarse al núcleo de donde proviene, en base a conceptos del periodista polaco Ryszard Kapuscinski.

Otro de los pilares de esta profesión, que día a día se vuelve más peligrosa, es principalmente la honestidad y el compromiso con la sociedad a la cual se debe un periodista, incluso sobre los dueños del medio en el que desempeña funciones, de este trabajador que día a día en las calles, se encuentra relacionado con la continua búsqueda de la verdad.

En este sentido se configuran dos escenarios, el primero representado por una delgada e imperceptible línea que separa a la política partidaria del periodismo, pero si los directos representantes de este sector, es decir los periodistas, trasponen esta especie de frontera y luego tratan de retornar a ejercer la profesión, lo hacen heridos de muerte, como lo dijo alguna vez Javier Darío Restrepo, destacado periodista colombiano.

En tanto que un segundo espacio es quizás mucho más asequible, pues el periodista en cierta medida retorna de donde proviene, es decir del pueblo, acercarse a él es verdaderamente importante, sentir sus vivencias, sus necesidades, ser el nexo con el poder para que estas carencias sean subsanadas.

Tomando en cuenta estas consideraciones el periodismo resultaría ser el elemento de equilibrio, entre el llamado poder gobernante y la sociedad que se encuentra en el ecuador de este entuerto dinámico y en constante transformación.

En este ínterin, en el que abordamos al poder, se me hace importante aclarar el concepto o la figura totalmente errónea que la sociedad y nosotros mismos en algún momento enarbolamos, en sentido que el periodismo es un poder, que en algunos casos se equipara con los Poderes del Estado y en otros compite con los también llamados Órganos, desde ningún punto de vista coherente.

De hecho lo que se debe privilegiar es en pocas palabras potenciar la palabra de la población, que es nuestro verdadero amo, la sociedad, reitero a la cual nos debemos. Considerando además que en la profesión, más que volvernos cínicos o fríos, el tiempo nos hace más sensibles y vulnerables por las tragedias testimoniadas.

Este giro o cambio de timón en el trabajo periodístico en base a restituir el vigor a la “palabra”, implica en hacer énfasis, en primer lugar el hecho de fortalecer la conciencia de la sociedad y por otro lado, fiscalizar con mayor profundidad el accionar de instituciones públicas y privadas, pero principalmente difundir valores y dar esperanza con su labor, porque el periodista es noble y digno.

Pero contrariamente, hoy en día crece la tendencia de considerar a los políticos como solicitantes de trabajo, principalmente en época electoral y por ende los periodistas se transforman en algo así como jefes o contratantes de estos aspirantes a cargos.

El hecho de difundir valores y educación a la sociedad, tiene que incidir en la comprensión histórica de un estrato cultural elevado y crítico, que en definitiva hacen a la profesión, que en otrora era una misión intelectual practicada por unas pocas personas con amplios conocimientos de cultura e historia. Lamentablemente ahora ha pasado a ser una profesión de masas en la que no todos son competentes. Hoy lo tratan como una carrera más que puede abandonarse mañana si no rinde los frutos económicos esperados, como decía el gran periodista, escritor, ensayista, historiador y poeta Ryszard Kapuscinski, nacido en (Varsovia) Polonia el 4 de marzo de 1932 y falleció el 23 de enero del 2007.

En este punto, al margen de rendir un homenaje a una de las figuras connotadas del periodismo a nivel mundial, me resulta importante destacar uno de sus pensamientos traducidos en uno de sus trabajos bibliográficos, que de manera pertinente sugiero sea leído por todos que ejercen esta profesión, este se denomina: “Los cínicos no sirven para este oficio”, editado por Anagrama el 2003 en Barcelona (España).

La cita dice: “Todo periodista es un historiador. Lo que él hace es investigar, explorar, describir la historia en su desarrollo. Tener una sabiduría y una intuición de historiador es una cualidad fundamental para todo periodista, en el buen periodismo, además de la descripción de un acontecimiento, tenéis también la explicación de por qué ha sucedido; en el mal periodismo, en cambio, encontramos sólo la descripción, sin ninguna conexión o referencia al contexto histórico. Encontramos el relato del mero hecho, pero no conocemos ni las causas ni los precedentes. La historia responde simplemente a la pregunta: ¿por qué?” Conceptos importantes para conocer de la labor de esta noble profesión, últimamente muy golpeada.

Sin embargo quiero cerrar este esbozo de pensamientos a manera de un ideograma, traducido para usted, citando nuevamente a este gran periodista polaco, cuando manifestaba: “En el periodismo, la actualización y el estudio constantes son la conditio sine qua non. Nuestro trabajo consiste en investigar y describir el mundo contemporáneo, que está en un cambio continuo, profundo, dinámico y revolucionario. Día tras día, tenemos que estar pendientes de todo esto y en condiciones de prever el futuro. Por eso es necesario estudiar y aprender constantemente. Tengo muchos amigos de gran calidad junto a los que empecé a ejercer el periodismo y que a los pocos años fueron desapareciendo en la nada. Creían mucho en sus dotes naturales, pero esas capacidades se agotan en poco tiempo; de manera que se quedaron sin recursos y dejaron de trabajar". Con estas precisiones y parafraseando nuevamente a Kapuscinski que recomienda al periodista paciencia y trabajar duro: "Los lectores acaban reconociendo la calidad de nuestro trabajo y asociándola con nuestro nombre. Son ellos los que deciden, no el director", podemos concluir diciendo que el periodista ante todo tiene que ser buena persona.

Fuente: LA PATRIA
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