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Domingo 08 de mayo de 2011

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Revista Dominical

La mujer en el periodismo boliviano (I)

La inserción femenina en el periodismo desechó una

08 may 2011

Fuente: LA PATRIA

Cupo a la poetisa Mujía la apertura de las redacciones a la mujer • "La Mixtura...", un periódico para féminas fundado por un varón • La fe religiosa apuntala a la prensa católica; una dama directora • "El Álbum", un impreso de dirección y redacción sólo de señoritas • Por: Ángel Torres

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Ninguna mujer se contó entre los redactores del primer periódico boliviano, "El Cóndor de Bolivia" (12-XI-1825/26-VI-1828), ni en los subsiguientes hasta muy avanzado el siglo XIX, en que se dan las primeras tentativas de irrupción femenina en el periodismo; si bien, en el ínterin, algunos órganos de prensa dan paso a colaboraciones literarias y cívicas escritas por mujeres.

Algo semejante ocurre en las demás actividades del quehacer humano, en que el hombre es el gran protagonista; como si la mujer, al igual que el varón, no fuera un ser dotado de inteligencia.

Hubo de transcurrir una centuria de fundada la República para que la mujer boliviana, probada ya, primero como eximia educadora empírica, después, normalista, ganara las aulas universitarias y se profesionalizara en carreras liberales; y un cuarto más de siglo para lograr sitio, de cuando en cuando, en las redacciones de diarios y revistas, inicialmente como redactoras de "noticias sociales"; y ocupar excepcionalmente curul en el Parlamento, en la Magistratura Suprema y en el Consejo de Ministros.

La participación de la mujer en el periodismo responde a dos estados de la evolución interna de este atractivo e intelectivo quehacer:

1.- El que llamaríamos romántico, o cuando el periodismo no es una profesión definida y estable, que es el más prolongado y,

2.- El profesional propiamente dicho, a partir de la apertura de la primera Escuela de Periodismo (1967), es cuando la participación femenina en la prensa se torna plena y numerosa, pasando en corto tiempo de reportera a redactora, de jefe de informaciones a principal de redacción, de editora de suplementos a directora.

“PEDAGOGÍA” DEL

REGLAMENTO

La efectiva preterición de la mujer, o no participación femenina en los serios asuntos de la vida pública, en Bolivia como en otros países, explicase en la inveterada práctica de esa pedagogía de instruirla elementalmente y de educarla socialmente para "Joya de su hogar", cuando era de posición económica solvente; o de abnegada Matrona, si pertenecía a estratos sociales populares; en ambos casos, totalmente apartada de las cuestiones públicas.

Es que la tal educación, de suyo despersonalizante, concebida sólo para formar buenas hijas y mejores madres, dentro de una absoluta sumisión y obediencia, primero, a los padres, después, al esposo, le cerraba todos los caminos y horizontes que podía abrirle su inteligencia.

Dentro de esa realidad social, económica y política, quedaban para la mujer, como actividades complementarias a las hogareñas, la devota práctica de los deberes religiosos y su natural extensión a tareas de beneficencia, quebradas apenas, ocasionalmente, por mujeres de carácter y espíritu que se resistían a aceptar resignadamente ese "destino" deformador de su personalidad, adquiriendo, entonces, conciencia de que como ser humano, debía gozar de los mismos deberes y derechos que los hombres.

DE INSTRUIDAS

A LITERATAS

Aunque el movimiento feminista, como expresión de la doctrina social que reconoce a la mujer la misma capacidad y derechos que a los hombres, data modernamente de 1776, no tuvo forma orgánica en Bolivia hasta la segunda década del siglo XX; hubo sí, mujeres contestatarias que con denuedo reclaman los derechos que la sociedad les negaba (libertad plena, sufragio, profesión, desempeño de altos cargos públicos, etc.), mediante artículos de prensa y escritos literarios, destacando así, por encima del común, como mujeres instruidas y mujeres literatas.

La insurgencia de la mujer periodista lleva más tiempo, debido a la formación hogareña y altruista que recibe y a que el periodismo en Bolivia, durante bastante tiempo, no constituye una profesión segura. A los aprendices de gacetilleros se pagaba con boletos de cine y de teatro; en el mejor de los casos, por producción sólo publicada; es decir, nada mas que por uno dos escritos, de cinco o más entregados a la Mesa de redacción.

El periodismo en Bolivia, desde la aparición del primer impreso en noviembre de 1825 hasta los años 40 del siglo XX, es esencialmente de contenido político. Se fundan periódicos para sustentar candidaturas, gobiernos o combatir a algún debilitado régimen, de modo que los órganos de prensa son de existencia relativa, salvo las excepciones de rigor.

En esas condiciones, no había sitio permanente para la mujer en la prensa del país, salvo colaboraciones eventuales de temática literaria, religiosa y cívica.

DIARIO “LA ÉPOCA”,

LA POETISA MUJÍA

En el curso de las dos primeras décadas de vida republicana, la prensa es periódica; los voceros de opinión aparecen semanal, quincenal y mensualmente; en ocasiones de forma inter diaria, sin que ninguno alcanzara los quince años de existencia.

El primero de mayo de 1945 se entrega a la circulación, en La Paz, LA ÉPOCA (1845-1857/1866-1868), como la primera publicación de prensa diaria del país, fundada por un brillante grupo de intelectuales y políticos, entre los que se cuentan varios exiliados argentinos como Bartolomé Mitre; pero ninguna mujer.

Este diario, el más moderno de su tiempo en el país, tuvo el tino de mantener una atractiva sección literaria, en cuyo espacio publicaba poesía, cuento, novelas por capítulos y reseña de libros. Jóvenes poetas y literatos como la chuquisaqueña María Josefa Mujía, el orureño Mariano Ramallo, el potosino Néstor Galindo, los paceños Félix Reyes Ortiz, Ricardo Bustamante y otros, publican con alguna regularidad sus escritos en este cuotidiano de prensa.

Lo de la poetisa Mujía reviste importancia. Nace y fallece en la ciudad de Sucre (25-XI-1812/30-VII-1888). "De clara inteligencia y vocación de estudio", a los 14 años pierde el sentido de la vista, por lo que se reconcentra en la "lectura" de oídas y en la redacción de poemas y cuentos, sin ánimo de publicarlos. Las bondades técnicas y hondura de su poema "La Ciega", junto a otros trabajos, inducen a un hermano suyo a entregarlos a la prensa, a el "Eco de la Opinión", de Sucre, mereciendo singular acogida. Lo mejor, que desde el diario paceño La Época, en su segundo período de ediciones, se solicitase otros trabajos de la poetisa ciega para su difusión.

De esta guisa, María Josefa Mujía deviene en la primera colaboradora de prensa en el país; además, inmersa por esa vía en el periodismo, es corresponsal en Bolivia con sede en Sucre de "El Álbum, Revista Semanal para el Bello Sexo", fundado y dirigido en Lima por la dama de letras y periodista peruana Carolina Freyre de Jaimes, esposa del escritor boliviano Julio Lucas Jaimes y madre del poeta modernista Ricardo Jaimes Freyre.

DESAHOGO ANTE,

LA POLITIQUERÍA

Abiertas en ocasiones las páginas de la prensa para la mujer, en la forma de colaboraciones espontáneas y requeridas, su inserción en el periodismo responde al lento proceso de desarrollo socio-económico del país.

Los escritos femeninos, suscritos raramente con nombre propio y casi siempre con pseudónimo, principalmente durante los primeros cincuenta años de vida republicana, constituyen un desahogo espiritual para los lectores mal acostumbrados a la pugnacidad política de los periódicos.

Desde las páginas de los papeles impresos se sustenta, de una parte, la política e intereses del gobierno en funciones, que siempre los ve acertados; de otra, los de la oposición que todo lo ve mal.

En ese ambiente de controversia, los estados de sitio o limitación de las libertades, son frecuentes, como la clausura de los voceros de prensa contradictora; consecuentemente, la detención, golpiza y confinamiento de los periodistas, abonando el camino para los intermitentes golpes de Estado a título de revoluciones.

Los periódicos, empero coinciden en la postulación, desde su óptica de oficialistas o de oposición, de valores inmanentes como Libertad, Justicia, Verdad, Orden legal, alistados en torno a caudillos antes que a partidos políticos de doctrina coherente. Los tirajes de edición oscilan entre los 200 a los 400 ejemplares. Ante la falta de publicidad comercial e industrial, los impresos que apoyan al gobierno se mantienen de subvenciones fiscales; los de oposición como pueden, fincando su futuro en un eventual cambio de la realidad política.

Hay razón, pues, para que las notas y notículas, poemas y comentarios suscritos por mujeres, llamen la atención y hasta se los reclame; tanto más si a algunas autoras distingue cultivado intelecto y sensibilidad en el desarrollo de los temas por ellas elegidos.

UN PERIÓDICO

PARA FÉMINAS

Desde la fundación de la República, la ciudad de Sucre es el centro neurálgico de la vida del país, como lo fue durante el coloniaje con los nombres de Charcas, La Plata y Chuquisaca, sede, desde entonces de la afamada Real y Pontificia Universidad de San Francisco Javier; del tiempo que nos ocupamos, también del Gobierno Nacional.

Hasta allí acuden jóvenes de diferentes distritos, ávidos de profesión en Derecho y de culturización, como medios para acceder a los sitiales de la alta administración del Estado, la Judicatura y la diplomacia.

El periodismo banderizo local es intenso; desaparecen unos periódicos y se fundan otros, formándose combativos pendolistas que dan a los impresos interesantes formas de expresión, explotando siempre lo político. En los escritos pasan de lo seriamente político a lo festivamente político, con gala de ironía y sarcasmo; también de virulencia y polemista.

La perspicacia masculina de que el mundo femenino constituye un interesante conglomerado lector, hace posible la aparición en el exterior de periódicos destinados a las mujeres, redactadas por varones, puestos en el difícil trance de interpretar las aspiraciones y gustos femeniles; lo que no demora en Bolivia.

El primer caso que al respecto se registra en los anales del periodismo boliviano, débese a la iniciativa y talante de un joven tarijeño residente en Sucre, Tomás O´Connor D´Arlach, al entregar a la circulación, el 5 de febrero de 1873, un periódico para las mujeres con el logotipo de LA MIXTURA PARA EL BELLO SEXO, de salida eventual que, como su nombre lo sugiere, tratase de una publicación de miscelánea femenina, a lo que parece, sin tener acogida entre sus destinatarias, puesto que a los tres meses, el gacetillero funda otra publicación también especializada: "La Colmena Literaria".

La desairada "Mixtura...", empero, abre insospechadas posibilidades de periodismo entre el bello sexo.

O´Connor D´Arlach (1853-1932) había emprendido su aventura de hacer prensa femenina a sus 20 años, diríamos, como una anécdota de su larga carrera. Tratase de una de las personalidades más señeras del periodismo boliviano al que dedica la mayor parte de su existencia. Funda, redacta y dirige once periódicos en las principales ciudades del país y es corresponsal de impresos del exterior. Su mayor logro se da con la "Estrella de Tarija", cuyo primer número sale el 14 de septiembre de 1876 y lo mantiene hasta 1905, entre ligeros o largos paréntesis debido a cuestiones políticas.

LA PRENSA CATÓLICA

Y MODESTA SANJINÉS

En 1844 suscríbese un Concordato con la Santa Sede que el Congreso lo refrenda en 1851, de regulación de las relaciones del Estado Boliviano con el Vaticano, indefinidas desde las postrimerías de la lucha por la independencia y agravadas en 1825 y 1826, ya en República, con la supresión de conventos, la concentración de religiosos de hábito en determinadas ciudades del país, la incautación de bienes eclesiales y otros extremos.

Al tenor de lo estipulado en el Concordato, la iglesia en Bolivia readquiere plena vigencia y recupera bastante de su antigua preeminencia. Se restablecen varias Órdenes religiosas y se organizan cofradías sin ninguna limitación.

Es novedad que dentro de ese ambiente de distensión, en las principales ciudades capitalinas, los párrocos se dieran a la edición semanal y quincenal de boletines de catequesis, allanando el camino para la aparición de la prensa católica. A partir de 1857 aparecen y mantienen hasta finales de siglo, infinidad de periódicos y revistas confesionales con los logotipos de El Católico, La Fe Católica, El Sacerdote, El Feligrés y así otros; llegando en casos a controvertir doctrinariamente con periódicos de tendencia liberal y otros decididamente antirreligiosos, tornándose activa la participación del clero en política interna. El periódico “La Capital”, en Sucre, era propiedad de Mons. Santos Taborga.

En 1873, en Sucre, aparece una hoja parroquial con el risueño nombre de "El Jardincito de María" que, a corto tiempo, pasa a denominarse "Semanario Católico" y durante dos años (1874-1876) lo dirige la ilustre dama paceña Modesta Sanjinés Uriarte, siendo éste el primer caso en el país en que una mujer desempeña la dirección de un impreso.

La directora de ese vocero de prensa católica recibe y se da una esmerada educación que hace de ella una mujer cultísima para su tiempo. Cultiva las bellas letras y la música; domina el castellano, el quechua, el inglés e italiano. Como católica practicante, alterna su tiempo de periodista, escritora y música con labores de beneficencia. Socorre a huérfanos, a mujeres abandonadas, presos en la cárcel y a los siempre postergados nativos.

Nace en La Paz, en 1832; fallece en Pau, Francia, en 1887.

“EL ÁLBUM”, PRIMER

PERIÓDICO FEMENINO

Durante el último cuarto del siglo XIX, vívese en Bolivia tremendas remezones ideológicas, políticas y conflictos armados, cual indicadores de la necesidad de asentar definitivamente la institucionalidad republicana.

Es el tiempo de sonadas polémicas laico-religiosas; de la ocupación chilena de las costas marítimas del país y guerra por recuperarlas, terminándose por perderlas; de la fundación de los primeros partidos políticos doctrinarios: El Liberal y El Conservador; del ingreso a la era del ferrocarril; del dominio en el poder de los conservadores y su caída, dentro del auge y declinación de la minería de la plata; y de una corta guerra civil llamada federal que determina la radicatoria de los Poderes Legislativo y Ejecutivo en la ciudad de La Paz.

En esos cinco lustros, la participación femenina en el periodismo, siendo esporádica como en el pasado (colaboraciones), tórnase eventualmente "normal", dentro de la tónica del predominio ideológico y político del conservantismo y su profesión de fe católica.

En 1889, la ciudad de Sucre es sorprendida con la circulación del periódico EL ÁLBUM, dirigido y redactado totalmente por mujeres y destinado a sus congéneres; fue su fundadora y directora la señora Carolina Freyre de Jaimes.

La sorpresa es comprensible. Se trata del primer órgano de prensa del país confeccionado por mujeres para mujeres, sin haberse requerido asesoría masculina (el trabajo de imprenta siempre estaba a cargo de varones).

Ni falta que hacía la asesoría. La fundadora-directora, una cultísima dama peruana y experimentada periodista, casada en Tacna con el escritor boliviano Julio Lucas Jaimes (1840-1914), desde pequeña habíase familiarizado con el ajetreo manual de tal oficio. Sabe de la redacción de los textos para un impreso, corregirlos y titularlos, diagramar las páginas; conoce también la artesanía de la composición de los materiales en tipos de imprenta, el armado y justificado de las ramas (páginas), la destreza de la impresión y distribución de los ejemplares para la venta, gracias a que su padre, Andrés Freyre de Andrade, era propietario del periódico "El Tacora", en Tacna.

Ese excepcional conocimiento adquirido de joven, se manifiesta, primero, en notículas para el mismísimo Tacora; más tarde, en colaboraciones para otros impresos locales y limeños, como "La Bella Tacneña", "El Parnaso Peruano".

Trasladado el matrimonio Jaimes-Freyre a Lima, la activa mujer de prensa funda en 1872 la "Revista Semanal" y, a los dos años, "El Álbum, Revista Semanal para el Bello Sexo"; de la que es corresponsal en Bolivia la poetisa María Josefa Mujía.

Andando los años, el feliz matrimonio se establece en Sucre, ciudad en la que la ilustre mujer de letras reanuda su quehacer periodístico: funda "El Álbum", a secas, que sorprendió en su aparición y existencia por ser redactado sólo por mujeres intelectuales.

"El Álbum" capitalino circula hasta 1895 en que los Jaimes-Freyre deciden marcharse hacia Buenos Aires, desde donde envían escritos de prensa a periódicos de Sucre y de Lima.

CIERRE DEL CICLO

FEMENINO DEL XIX

La caducidad de las ediciones de El Álbum en 1895, parece señalar a la mujer boliviana el retorno a las simples colaboraciones de prensa, sin mayor responsabilidad directriz; en 1896, empero, en la ciudad de Cochabamba, un grupo de señoritas da forma y lanza una nueva gaceta femenina: LA ROSA, llamada a perdurar hasta mediados de 1899.

Nadie ha recogido la identidad de la fundadora ni de las redactoras, pero sí que alcanza a 67 ediciones. En el número 58, de 28 de julio de 1899, según registro del historiógrafo Eduardo Ocampo Moscoso, “La Rosa” da noticia y tendencia ideológico-política de los seis periódicos que entonces se editaban en Cochabamba: El Heraldo, El Comercio, El Siglo XX, El Progresista, El Deber y El Fígaro.

Esta gaceta femenina, pues, cierra el ciclo iniciado por la poetisa Mujía como colaboradora del diario "La Época", de La Paz, y corresponsal de "El Álbum, Revista Semanal para el Bello Sexo", de Lima.

Ciclo que comprende la aparición de "La Mixtura para el Bello Sexo", fundada por O´Connor D´Arlach y que adquiere verdadera expresión de prensa femenina con las publicaciones de Modesta Sanjinés, Carolina Freyre de Jaimes y de las anónimas señoritas del periódico "La Rosa", de contenidos moralistas, religiosos, educativos, solidarios, de unidad nacional y de cuanto podía interesar a la mujer.

Al tiempo de la desaparición de La Rosa, en lo político, el país estaba enconado por la prédica y acciones de políticos que profesan el federalismo y el liberalismo, como contrarios del conservantismo.

En diciembre de 1898 estalla en La Paz una Revolución federalista que deriva en corta guerra civil hasta abril de 1899, que da fin al ciclo de gobiernos conservadores y encumbra en el poder al Partido Liberal, cuya primera consecuencia es la fijación en La Paz de los Poderes Legislativo y Ejecutivo, en Sucre permanece el Poder Judicial.

CADUCIDAD DE LA

PRENSA FEMENINA

Y DE LA CATÓLICA

La ascensión del Partido Liberal al poder coincide con el comienzo del siglo XX y el desarrollo de la minería del estaño, y conlleva el lógico predominio de las ideas liberales con sus improntas de agnosticismo y anticlericalismo; también de la difusión de las ideas positivistas, modernistas y naturalistas, que tienen la consecuencia para el país de señalar un inusitado movimiento de renovación en el pensamiento.

En ese ambiente de mutación intelectiva, hay necesidad de conocimiento humanístico, científico y de cultura general; de estudio, explicación y probables soluciones a la compleja problemática nacional. En fin, de que "Bolivia se conozca a sí misma". Lo más saliente de la juventud se torna iconoclasta.

En las principales ciudades se fundan periódicos de ideología liberal, como EL DIARIO (1904), en La Paz (ahora el más antiguo del país); dejan de circular los voceros de expresiones religiosa y femenina, aunque persisten contados órganos de prensa del conservantismo caído que asumen posiciones legalistas.

La mujer que brilla es Adela Zamudio, poetisa, prosista y colaboradora de prensa, quien publica libros desde 1887.

UNA POLÉMICA

QUE CONMOCIONA

A LA NACIÓN

Dentro de las reformas liberales en curso, en 1907 se funda la primera Escuela Nacional de Maestros del país, en Sucre, a la que acuden jóvenes de ambos sexos desde diferentes distritos en procura de ciencia y profesión.

A poco se suprime la enseñanza religiosa obligatoria en los colegios e instituye la educación laica que hiere las fibras más sensibles de la sociedad mentalmente estratificada en el pasado. En ámbitos católicos no se tarda en reaccionar. Ya en enero de ese año, en Potosí, el fraile franciscano José Zampa funda, el periódico "La Propaganda" y la primera de las Escuelas de Cristo; al año siguiente, el presbítero Avelino Costas edita "La Abeja" y así otros voceros religiosos en otras ciudades, suscitándose un ambiente de controversia religioso-laica, agravado por la institución del matrimonio civil y debate sobre el divorcio absoluto.

En ese contexto de confrontación, en 1913, en Cochabamba la poetisa, prosista, profesora y colaboradora de prensa Adela Zamudio salta al plano de la actualidad nacional. Entrega a la circulación su novela epistolar "Íntimas", editada en La Paz, y sostiene una vehemente polémica con el sacerdote franciscano Francisco Pierini, que involucra de inmediato a la prensa, a la intelectualidad y a vastos sectores de opinión del país. Prácticamente nadie permanece indiferente.

La controversia se origina en un atinado comentario crítico de prensa de la educadora al desliz o atentado a la moral de hacer interpretar a niños de corta edad, roles inapropiados a su minoridad en una función teatral, cuya recaudación estaba destinada a sostener un Curso Superior de Religión, patrocinado por la Liga de Señoras Católicas, al margen de la política estatal de educación.

El comentario de la Zamudio, intitulado "Reflexiones", se publica en el periódico "El Comercio”, que el padre Pierini replica con "Reparos" en El Ferrocarril, en términos nada adecuados para con la cuestionadora. Enseguida, diarios y periódicos de otras ciudades reproducen el comentario crítico de la educadora y se ponen de su lado; notables intelectuales de La Paz, Oruro y Potosí se solidarizan con ella. Otros órganos de prensa e intelectuales sucrenses hacen lo propio con Fray Pierini.

La polémica se prolonga hasta principios de 1914, año en que la polemista entrega a la circulación su libro intitulado "Ráfagas”, editado en París.

La controversia Zamudio-Pierini fue una consecuencia incidental de la supresión de la enseñanza religiosa que, en su momento, La Liga de Señoras Católicas había representado ante el Congreso de la nación.

Los términos denigratorios de Pierini contra la educadora cochabambina tenían el antecedente de que ella, años atrás, publicó su celebrado poema "Quo Vadis", en el que criticaba la desvirtuación de la doctrina cristiana y el fanatismo religioso*, por lo que se la motejaba de atea, siendo que íntimamente era una fervorosa creyente.

Pasado el tiempo, la literata, educadora, periodista y polemista, es laureada en Cochabamba por el Presidente de la República, Dr. Hernando Siles, ante la flor y nata de la intelectualidad boliviana (1926); en tanto que a Fray Pierini se promovió a Obispo de la Diócesis de Cochabamba.

Adela Zamudio falleció en su tierra natal, Cochabamba, el 2 de junio de 1928. Entre 1887 a 1914 publicó seis libros y la obra que dejó inédita y dispersa en periódicos se publica entre 1943 a 1974.

LA MUJER EN

UNA NUEVA ERA

El liberalismo retiene el poder durante veinte años, transcurso en que el país experimenta cambios en todos los órdenes de la vida; se da una gran producción bibliográfica, aunque con escaso aporte femenino. Las pugnas ideológicas y de religión de la época, parecen retraer a la mujer a la vida hogareña, religiosa y de obras pías. La caída del liberalismo débese a la acción de un insurgente Partido Republicano, a mediados de 1920.

La ascensión del republicanismo coincide con otro movimiento de renovación en las esferas del pensamiento. La mujer adquiere un excepcional protagonismo, consciente de los derechos que le asisten como a ser humano en sociedad, como no ocurrió antes.

Desde el comienzo de la década de los años veinte, la mujer organiza centros de estudio, edita hojas, revistas y periódicos, desde cuyas páginas reclama la igualdad de derechos y deberes con el hombre.

En ese período se gradúan las tres primeras profesionales en ramas antes impensables: la potosina Amalia Villa de la Tapia obtiene en el Perú su Brevet de piloto de avión, en 1922; la también potosina Amelia Chopitea Villa, en Sucre, el título de Médico-cirujano, en 1925, y, el mismo año, en La Paz, María Josefa Saavedra se recibe de abogada.

Fuente: LA PATRIA
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