A muchas personas nos gusta los finales felices de las películas románticas de Hollywood, pero eso es sólo entretenimiento, en la vida real no es así.
La vida en pareja hay problemas que solucionar, tareas que atender, niños que criar, responsabilidades económicas y laborales.
A pesar que el romanticismo es clave para la vida en pareja, no podemos ir por la vida pensando que todos los días estamos filmando una película de amor, en mi opinión, el amor de pareja se mide en función de los días en que ambos son felices, mientras más días mejor, mientras más momentos juntos mejor, mientras más tiempo para disfrutar de las pequeñas cosas, mucho mejor.
Pero si piensas un poco más sobre la realidad ni siquiera tú eres el mismo todos los días, mucho menos tu pareja.
Ignorar las alarmas
El fracaso en las relaciones de pareja no es algo que ocurre de la noche a la mañana, no es que hoy me levanté y me di cuenta que no amo más a mi pareja.
Existen diferentes alarmas que se activan a lo largo de la relación tales como: Quejas que terminan en críticas, el desprecio sobre la personalidad de cada uno, la actitud defensiva que cada miembro comienza a presentar hasta llegar a la actitud evasiva, es mejor estar en cualquier parte incluyendo en el trabajo que ir a la casa.
Generalmente lo que sucede es que nos damos cuenta de lo mucho que hemos perdido cuando se firman los documentos, se reparten los bienes y se mudan a vivir separados.
Es decir un matrimonio se da por sentado, no se valora y no se le dedica el tiempo, respeto y cuidado que la relación necesita sino cuando ya no hay vuelta atrás.
Falta de Comunicación
Cuando las parejas dejan de hablarse, dejan de saber de cada uno, automáticamente la relación pierde fuerza y sucumbe a cualquier ventarrón, y la razón aquí es simple, si dejamos de hablarnos, dejamos de compartir nuestros sueños e ideas juntos, por lo tanto perdemos el sentido de pertenencia el uno del otro.
Los largos silencios y la incomprensión dan paso a pensar que realmente ya no tenemos nada en común y el camino al divorcio se hace más fácil.
Es importante resaltar que lo que yo he escrito aquí, me refiero a parejas que no tienen problemas de violencia, alcoholismo, drogadicción ni de infidelidades múltiples.
Si tú no estás en ninguna de estas categorías y dentro de tu relación hay un mínimo de cariño y admiración… tu relación puede ser salvada y mejorada, en tanto en cuanto hagas algo para lograrlo.
Recuerda todo en la vida se puede lograr, si uno quiere... el problema radica realmente en “el querer”.
Fuente: enplenitud.com
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