EDITORIAL

Sin querer ser egocéntrica, permítanme en esta oportunidad referirme a la labor que realizan los periodistas, una profesión que hoy por hoy se ha vuelto bastante riesgosa, al punto de recibir agresiones físicas que ocasionan días de impedimento, además de la muerte de varios de nuestros compañeros, que lo único que hacen es presenciar los hechos para transmitirlos a la población, cumpliendo así con el derecho a la información que todo ciudadano tiene.

Muchos piensan que es un trabajo simple, y lo degradan a lo más ínfimo como es el chisme, gracias a algunos programas que más que brindar información, sólo comentan de la vida de los demás, como si a toda la población le interesara que el fulano esté con la zutana, o que lo encontrarán con la mengana.

El trabajo del periodista es vocacional, pues no ve hora, clima, día ni lugar para poder reflejar los hechos más importantes a la sociedad.

Las 24 horas del día está pendiente de lo que está pasando, investiga, busca, conoce y lo transmite, con la mayor claridad posible.

Hoy el trabajo del periodista no es entendido, pues en todo acontecimiento en el que hay dos o más partes, se encuentra al medio, tratando de dar la cobertura a todas las partes en conflicto, lo que molesta a muchos.

Además el periodista es el que abre los micrófonos para que la gente pueda expresar sus preocupaciones y cumplir con el sagrado principio de las libertades de expresión y de pensamiento, inherentes al ser humano.

El martes 10 de mayo, es el Día del Periodista, y se lo conmemorará con la esperanza de que en nuestro país realmente podamos respetar y hagamos respetar el principio de la libertad de expresión y de prensa, de que ya no se quiera acallar la voz del pueblo, porque a través de los periodistas habla el pueblo.

Patricia Barriga Flores

EDITORA

Fuente: LA PATRIA