El 3 de mayo de cada año se ha instituido a nivel internacional el “Día de la Libertad de Prensa” con el objetivo de recordar en la fecha los atributos que conlleva desarrollar un trabajo de información, sin trabas ni presiones, sin amenazas o limitaciones.
Esta fecha nos encuentra en el país sorteando algunas alternativas para poder cumplir fielmente los postulados de la declaración internacional que señala de manera contundente el derecho vigente de informar sin limitaciones, pero con veracidad sobre los acontecimientos del diario vivir, de manera que la gente no ignore lo que pasa en su entorno y fuera de él.
Sucede sin embargo que en la actualidad, justamente bajo un sistema democrático, la prensa en su conjunto sufre las contingencias de un proceso saturado de intolerancia en diferentes niveles, lo que se convierte por un lado en una franca amenaza contra la libertad de prensa y por otro afecta el derecho a la libre información limitando también los derechos ciudadanos a recibir toda la información que se origina en la plurinacionalidad que se destaca y no se cumple.
La fecha es particularmente importante para organizaciones internacionales como la Sociedad Interamericana de la Prensa (SIP) que una vez más muestra preocupación por los hechos que se producen en diferentes países, vulnerando las libertades y los derechos ciudadanos, pues coartar la libertad de prensa es directamente afectar los derechos ciudadanos. La Unesco por su parte señala en uno de sus principios, que “el derecho a la información es la base de todos los demás derechos”, por tanto afectar esa condición es simplemente quitar a las personas sus derechos, vulnerando las condiciones democráticas que rigen en nuestro país.
Cuando en el país se han presentado una serie de hechos especiales en los pasados días, con los reclamos laborales por un mejor salario o la dramática marcha de los jubilados reclamando una renta justa, se ha transmitido al pueblo la realidad de un periodo en el que la convulsión estuvo a punto de imponerse sobre la racionalidad y las posibilidades de diálogo y entendimiento.
La calma retornó, pero no la satisfacción que espera disfrutar el pueblo con medidas que solucionen sus problemas. La realidad es que existe inflación, que el aumento de salarios y de las rentas para jubilados no compensa de ninguna manera el desfase que existe con el costo de la canasta familiar.
Para garantizar que los derechos ciudadanos no sean vulnerados se requiere una prensa libre y sin mordaza, que sea además plural, abierta plenamente a la sociedad y crítica en las situaciones que amerite denunciar corrupción, mentira o violencia, esas son las situaciones de riesgo para el desarrollo de un trabajo en beneficio colectivo que puede ser restringido bajo coacción impulsada desde algún nivel del sistema gobernante.
La ocasión es también propicia para que en defensa de los derechos más preciados de las personas, como la libertad plena y con ella las libertades de expresión y de prensa, la de pensamiento y de información, no podrán ser ejercidas plenamente mientras no se deroguen los Art. 16 y 23 de la Ley contra el Racismo y la Discriminación
Los periodistas bolivianos celebramos en la ocasión el Día Internacional de la Libertad de la Prensa con la firme convicción de constituirnos en el país como los últimos bastiones de la credibilidad, después de la Iglesia, por tanto somos responsables de asumir la defensa del derecho a la libertad de expresión y de prensa, base y sustento del resto de las libertades.
Fuente: LA PATRIA
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