Mantener el “genio nuclear en la botella” es el objetivo del CTBT
01 may 2011
Fuente: Viena, 30 (EFE).-
El Tratado para la Prohibición Total de Pruebas Nucleares (CTBT), firmado por 182 países aunque todavía no en vigor, ha logrado en sus 15 años de existencia “mantener el genio (atómico) en su botella”, asegura el secretario ejecutivo de la Comisión Preparatoria del mismo, Tibor Toth.
En una entrevista exclusiva con Efe en Viena, este ex diplomático húngaro destaca que desde 1998 se han producido sólo dos explosiones atómicas, efectuadas por Corea del Norte.
Este dato resalta, según Toth, los avances logrados en el campo de la no proliferación nuclear, ya que durante la Guerra Fría las pruebas atómicas se contaban a decenas cada año.
En la década de los años noventa todavía se llegó a hacer más de 50 pruebas en países como Estados Unidos, Francia, China, Rusia, pero también en India y Pakistán.
Tras el lanzamiento del CTBT, en 1996, estas pruebas han casi desaparecido. De hecho, su ausencia sirve como una especie de parámetro para determinar el grado de estabilidad global.
El peor año fue 1962, cuando el mundo estuvo a punto de sufrir lo que Toth califica una “fundición del sistema de seguridad internacional” con la crisis cubana de los misiles.
En ese año se llevaron a cabo 117 pruebas nucleares en la superficie terrestre y otras 61 subterráneas, casi todas en EE.UU. y la entonces Unión Soviética.
“Existe una correlación entre la ausencia de pruebas nucleares y más estabilidad global”, asegura Toth, quien dirige la comisión preparatoria del CTBT desde 2005.
El CTBT no entrará en vigor hasta que no lo ratifiquen todos los países con programas nucleares.
Todo depende de la ratificación de nueve estados: EE.UU., China, Israel, Indonesia, Irán y Egipto, además de India, Pakistán y Corea del Norte que ni siquiera han firmado el documento.
El cumplimiento del tratado es verificado mediante una red global de 337 estaciones de mediciones.
Gracias a la inversión de unos 1.000 millones de dólares se han construido hasta ahora 264 de estas estaciones, suficientes ya para detectar cualquier detonación nuclear.
Así fue en los años 2006 y 2009, cuando Corea del Norte realizó dos detonaciones subterráneas, que fueron registradas en cuestión de segundos y cuyos detalles fueron enviados minutos más tarde a los países adheridos al CTBT.
Desde el año 2000, los expertos de la Comisión han detectado unos 300.000 denominados “sucesos”, en su inmensa mayoría terremotos.
“Debemos encontrar una aguja en un pajar, lo que hemos logrado dos veces”, dice Toth en referencia a las pruebas norcoreanas.
Situado en la sede de Naciones Unidas en Viena, el centro del control del CTBT recibe 24 horas del día los datos de las estaciones de medición, que luego son enviados en bruto a los países adheridos pero también analizadas por sus propios expertos.
Los datos no sólo son sísmicos sino también atmosféricos, con los que se pueden trazar las huellas de rastros radiactivos en el aire, como se hizo tras la reciente crisis nuclear de Fukushima (Japón).
Pero las sensibles estaciones de medición del CTBT también sirven para la alerta temprana de tsunamis.
Según Toth, estos datos llegan tres minutos antes que los demás, lo que “le da a la gente tres minutos más para correr y salvarse”.
Desde el catastrófico maremoto de Indonesia y Tailandia en diciembre de 2004, la comisión del CTBT ha firmado varios acuerdos con centros regionales de altera de tsnuami.
En ese sentido, Toth expresa su esperanza de poder contar pronto con la colaboración de los estados latinoamericanos que todavía no reciben los datos de altera de tsunamis del CTBT.
Fuente: Viena, 30 (EFE).-
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