El Señor de Chiripujio

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En la zona Sudoeste de la ciudad de Oruro se encuentra la propiedad comprendida desde el Puente Español hasta las faldas del cerro Itos perteneciente a la familia Ocampo Yung, terrenos que recibieron por sucesión hereditaria de la Familia Fricke.

Al mismo tiempo la Compañía Minera de Oruro de la Empresa Hochschild y Cia., reclamó la limitación definitiva de las colindancias de ambas propiedades. Este juicio duró mucho tiempo hasta que el año 1952, como consecuencia del Decreto Ley de Nacionalización de Minas de Bolivia (gobierno de Víctor Paz Estenssoro); se soluciona, quedando a favor de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) la explotación del subsuelo y de la superficie la familia Ocampo Yung.

El TEMPLO

Tiene una fachada muy sencilla, la portada es de piedra, en cuyo dintel de entrada se puede leer un dato esculpido que literalmente dice: “A DEVOCIÓN DE LORENZO CORTI Y GUADALUPE PÉREZ. CHIRIPUGIO 3 DE MAYO DE 1926” También se observa una ventana a manera de óculo. Ostenta también una torre adosada a la nave, con un cubo de base cuadrilátera de un solo cuerpo, con vanos de medio punto para el campanario, rematando en una cúpula de media naranja. En el otro lado del templo se encuentra la Capilla de Velas (de reciente construcción).

Internamente podemos apreciar la cubierta acabado por par hileras y posee sacristía en el presbiterio, que limita de la nave mediante una baranda. En la parte posterior observamos el coro, al que se llega por medio de una escalera de madera.

El retablo de reciente elaboración posee un sagrario que se encuentra en el centro de las gradillas. Y en una especie de urna, se encuentra una rústica cruz en el altar mayor, con una escultura representativa del rostro de Jesucristo en una pequeña urna de cristal, la que está adherida a la cruz. Esta cruz, está flanqueada por la Dolorosa, Madre de Jesús y San Juan, con el cáliz de la Eucaristía en sus manos.

BREVE HISTORIA

El término de Veracruz proviene de la leyenda histórica de la época del apogeo romano, cuando Constantino es nombrado Emperador el año 330; antes de la batalla del Puente Milvo, en las afueras de Roma, contra las tropas de Majencio, que presentaba un ejército mayor al suyo. Entre sueños se le aparece Jesús, diciéndole “con este signo vencerás”, entonces manda a realizar los escudos de su tropa pintados con una Cruz y con esa fe, Constantino triunfa y desde entonces el pagano romano se convierte en cristiano.

Por otra parte, le nombra a su madre Elena, como Emperatriz quien viaja a Jerusalén y se dedica a excavar en el Gólgota en busca del Santo Sepulcro. Existiendo en ese lugar un templo pagano de Venus, que fue destruido por orden de Elena, encontrando sin embargo, tres cruces: la de Jesús y de los dos ladrones. Y para saber cuál era la cruz de Jesús trae a una enferma, posando las cruces en su pecho, solo la de Jesús la hace sanar, encontrándose entonces lo que conocemos como la Cruz del Señor.

Esta versión se complementa con la visión que tuvo Santa Margarita María Alacoque, monja de la Orden de Visitación y hermana salesa en 1673, en Francia, cuando muy enferma se le aparece Cristo a la vidente y ella dice: “…Se me presentó Jesús bajo la figura de un Ecce Homo cargado de una cruz cubierto de llagas y heridas…” sanándose de su dolencia y este prodigio se produce un primer viernes del mes. De esta manera se convirtió en trasmisora del mensaje divino, que pide a los cristianos un mayor acercamiento mediante la Eucaristía y desde entonces se determinó que quién comulgue los primeros viernes de los nueve meses del año ganara indulgencias para la salvación de su alma.

Como corolario decimos, que la VERDADERA CRUZ DEL SEÑOR encontrada por la emperatriz Elena, complementada con la visión de Santa Margarita María Alacoque, se convierte en SANTA VERACRUZ y por un proceso de folklorización, en nuestro medio también es conocida como el Señor de SANTA “VELA” CRUZ.

De este modo el 3 de mayo se celebra la fiesta del Señor de Chiripujio en honor a la Santa Cruz, la misma que es visitado por fieles y devotos todos los primeros viernes de cada mes. Sin embargo, por tradición lugareña popular, ese día es dedicado a sus propios dioses, como la Pachamama, equivalente a la Madre Tierra. Por coincidencia de componentes, se realizan ofrendas ceremoniales en la denominada boca de la víbora, situado algo más arriba de ese escenario religioso, determinando una especie de religión ecléctica que se encuentra vigente en el espíritu del Hombre Andino.

Fuente: LA PATRIA