Sábado 30 de abril de 2011
ver hoy
Muchos pasajes de las Escrituras hablan sobre lo que deseamos en términos de lo que buscamos. “El que temprano me busca, me hallará, y no será abandonado; “…buscad diligentemente los mejores dones”; “…el que con diligencia busca, hallará”; “Allegaos a mí, y yo me allegaré a vosotros; buscadme diligentemente, y me hallaréis; pedid, y recibiréis; llamad, y se os abrirá”.
Reacomodar nuestros deseos para dar la más alta prioridad a las cosas de la eternidad no es fácil. Todos somos tentados a desear ese cuarteto mundanal de propiedades, prominencia, orgullo y poder. Tal vez los deseemos, pero no debemos establecerlos como nuestras más altas prioridades.
Elder Dallin H. Oaks Del Quórum de los Doce Apóstoles/Jason Michel/Santos de los Últimos Días
Fuente: LA PATRIA