Guillermo y Catalina son los Nuevos duques de Cambridge
30 abr 2011
Fuente: Londres, 29 (EFE).-
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El príncipe Guillermo y Catalina, los nuevos duques de Cambridge, regalaron a la población el momento más esperado al darse hoy (ayer) dos tiernos besos en el balcón del palacio de Buckingham ante miles de personas congregadas en el lugar.
La pareja repitió la escena de los padres de Guillermo -el príncipe Carlos y Diana de Gales en julio de 1981- al darse un beso ante miles de personas que gritaban “Guillermo y Catalina”.
Después de los recién casados, salieron al balcón la reina Isabel II y el duque de Edimburgo; los padres de Catalina, Michael y Carol; el príncipe Carlos y Camilla, duquesa de Cornualles.
El balcón fue adornado por una cortina de color carmesí y contaba con ribetes amarillos, color que sintoniza con los tonos dorados de algunas de las rejas de la residencia oficial de Isabel II.
Tras la aparición en el balcón, el vuelo rasante de varios aviones de la Real Fuerza Aérea británica (RAF) irrumpió en el cielo sobre el palacio, dando punto final a la ceremonia del enlace.
Los aviones utilizados en este vuelo fueron un Lancaster, un Hurricane, un Spitfire, dos Tornado GR4 y dos Typhoons.
El príncipe Guillermo, segundo en la línea sucesoria al trono británico, y Kate Middleton -a partir de ahora Catalina- se convirtieron hoy en marido y mujer en una ceremonia celebrada en la abadía londinense de Westminster con cientos de millones de personas de todo el mundo como testigos a través de la televisión.
Los nuevos duques de Cambridge se dieron el “sí quiero” frente al altar principal de la abadía de Westminster, tras lo cual el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, les declaró marido y mujer.
Todos los ojos estuvieron puestos en una contenida y emocionada Catalina, vestida con un elegante vestido color marfil, diseñado por Sarah Burton para la firma del fallecido Alexander McQueen.
La ceremonia se desarrolló con precisión matemática y solo hubo un momento de duda cuando Guillermo tuvo problemas para poner el anillo en el dedo anular de la mano izquierda de su esposa.
El príncipe Guillermo no llevará alianza de casado.
El “sí quiero” fue recibido con júbilo en todo el país, donde millones de personas han seguido en las calles y en sus domicilios la que ha sido declarada como la primera “boda del siglo XXI”.
A 1.700 kilómetros de distancia de Londres, el príncipe Guillermo y Catalina Middelton también celebraron su particular boda en la residencia del embajador del Reino Unido en Madrid, donde cerca de 300 invitados siguieron con todo detalle el enlace por una televisión de plasma de gran tamaño.
Los asistentes a la fiesta disfrutaron de la retransmisión del evento, saborearon canapés y perritos calientes y acogieron con aplausos los dos besos con los que los novios coronaron su boda en el balcón del palacio de Buckingham.
El festejo tuvo lugar en el elegante jardín de la residencia del embajador, Giles Paxman, donde se instaló la misma carpa en la que el príncipe Carlos y su esposa Camila tomaron un té con la colonia británica en su visita a Madrid a finales de marzo.
Adornada en esta ocasión con banderitas de Inglaterra, la carpa fue punto de encuentro de miembros de la sociedad civil británica residente en Madrid, entregados al amor de Guillermo y Catalina y a lo que representa la Corona.
El primer admirador de los novios fue el propio embajador, encantado de los “jóvenes y normales” que son.
“Es una pareja moderna que quiere tener una relación de interacción con la población”, declaró Paxman a Efe.
En su opinión, el príncipe y su esposa, aspirantes al reinado en la segunda línea de la sucesión, son reflejo de “la creatividad y la apertura al mundo” de su país.
“La monarquía en el Reino Unido tiene algo especial, y los novios traen nuevos bríos”, convino una de las invitadas.
Otra de las asistentes, tocada con una llamativa pamela de color púrpura, también exteriorizó su satisfacción: “Es un día muy feliz. Estamos muy emocionados”.
Después de ver la ceremonia en la abadía de Westminster y el recorrido en coche de Guillermo y Catalina por las calles de Londres, el embajador quiso dar realismo al evento con la aparición de la tarta nupcial, de tres pisos.
El capitán de la Royal Navy ofreció la espada a Paxman, quien, flanqueado por su esposa, Segòlene, hizo el primer corte con un estilo propio de estocada.
En la “boda alternativa” no faltaron otros elementos típicos ingleses, como los combinados de ginebra o la rifa con fines benéficos.
Fuente: Londres, 29 (EFE).-
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