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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 EL TAMBOR VARGAS Y GUNNAR MENDOZA (Parte 1) - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Ambos historiadores se encontraron en el camino, pese haber vivido en espacios y tiempos diferentes. El primero escribió un Diario de sus vivencias guerrilleras durante la lucha por la independencia (1814 - 1825). El segundo encontró este diario perdido entre los documentos de los archivos y la biblioteca nacionales de Bolivia y lo dio a conocer.
Los entendidos señalan que es el documento histórico más importante de esa época, porque quien cuenta los hechos es un sobreviviente de esa gesta: El comandante del partido de Mohosa José Santos Vargas. Este nuestro héroe narra en su Diario las acciones guerrilleras en la Republiqueta de Ayopaya y Sicasica, que se desarrolló entre La Paz, Oruro y Cochabamba, cuyos jefes fueron los comandantes José Manuel Chinchilla, Eusebio Liray José Miguel Lanza. Cabe hacer resaltar que esta guerrilla fue la única que se mantuvo incólume hasta 1825, año de la independencia de Bolivia.
Nosotros debemos tener un interés especial en conocer, en valorar su vida y su obra de Santos Vargas, porque nació en nuestra ciudad de Oruro el 28 de octubre de 1796, huérfano de padre y madre a la temprana edad de 8 años, hasta sus 14 años se hizo cargo su tía llamada Condo Goya, que desgraciadamente también murió. Luego se hizo cargo su tutor y albacea de apellido Quevedo, a quien José Santos califica de “déspota”, seguramente por los malos tratos recibidos, De todas maneras, en la escuela ya escuchaba los primeros ecos de la palabra libertad.
Oruro se constituyó siempre en un centro de convergencia revolucionaria, es así, que el 16 de noviembre de 1811, Esteban Arze con su ejército de mestizos e indios, atacó el cuartel de la villa de Oruro, el asalto fue rápido y sorpresivo y cuando huían Santos vio la oportunidad de su propia huida y sin darse cuenta ya se encontraba a muchas leguas de Oruro. Pasó por los valles estableciéndose por un tiempo en la villa de Cochabamba, donde trabajó como secretario de cartas (haciendo cartas).
Posteriormente decidió trasladarse a La Paz y cuando se encontraba en camino pasó por los valles de Ayopaya donde radicaba su hermano, el cura Andrés Vargas, decidió buscarlo encontrándolo en Pocusco. Santos se sintió muy protegido por su hermano y sus incipientes ideas de libertad que había aprendido en la escuela se acentuó bajo la influencia de su hermano, que era un cura revolucionario.
José Santos se incorporó a la guerrilla a los 18 años, cuando el comandante Buenaventura Zárate en 1815, había llamado a una insurrección general que incluía a los indios. Su primera participación fue en un asalto nocturno, al lado del comandante de Mohoza Eusebio Lira. Pero su deseo más íntimo estaba siempre inclinado a ser tambor, a pesar de los peligros que implicaba ese puesto, ya que los oficiales enemigos siempre gritaban primero “tírenle al tambor”.
José Santos conocido después como el “Tambor Vargas” entró a la vida de guerrillero, los peligros, peripecias y sufrimientos que vivió, son narrados en su diario, caminando permanentemente, sin descanso, pasando de pueblo en pueblo, internándose al monte para resguardar su vida en varias oportunidades, subiendo por las colinas más agrestes, por los cerros nevados, pasando hambre y en numerosas oportunidades salvando de milagro su vida.
Tuvo una relación cercana con los jefes guerrilleros, en una ocasión le sirvió a José Miguel Lanza de diestro, para sacarlo del lugar de peligro ante una arremetida del ejército realista. En otra ocasión recibió del comandante José Manuel Chinchilla la misión de guardar armas y pertrechos ganados a los realistas, previsor como era, cambió de lugar oportunamente este material bélico, ya que los realistas sabían de antemano donde se encontraban. Al ir al lugar no encontraron nada.
De ese modo José Santos fue ganando poco a poco sus grados: De soldado distinguido (1814) llegó a tambor mayor (1815), luego Subteniente de granaderos (1816), Teniente de caballería (1819), Capitán (1821), y Comandante en 1823. Un hecho anecdótico es cuando se produjo la invasión del peruano Agustín Gamarra a Bolivia, poco después de lograr nuestra independencia fue apresado y cuando estaba punto de ser fusilado se libró por su coraje y viveza, lo que le hizo decir su consigna que siempre repetía en sus acciones “moriremos si somos sonsos”.
Algo que destacar es que se sentía muy orgulloso de ser orureño, aunque sólo vivió sus primeros 14 años en nuestra ciudad, recuerda en su diario que cuando al sargento Riquelme al oficial Contreras quería quitarle a su mujer escribe: “Como buen orureño Riquelme lo pateó, lo trompeó y llenó de cardenales”. Y cuando desarma a los dos soldados peruanos que fueron a apresarle en 1828 dice lleno de emoción “Me acordé del carácter orureño y como tal me hice conocer”.
(*) Profesor de Historia del Centro Integrado “Carmen Guzmán de Mier”
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