El Papa exhorta a acoger en nuestra vida la voluntad de Dios
21 abr 2011
Fuente: La Paz, 20 (ANF).-
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En el Triduo Pascual, que inicia este Jueves Santo, el Papa Benedicto XVI alienta a los católicos a “asomarse a la intimidad de Jesús” en estos días de la Semana Santa.
Con la Misa de la Última Cena del Señor, concelebrada el Jueves Santo por la tarde, se “inicia realmente el Triduo Pascual” que abarca “los tres días santos en los que la Iglesia conmemora el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Jesús”.
Las explicaciones del Santo Padre fueron realizadas en la audiencia general de este miércoles, en El Vaticano.
JUEVES SANTO
En el Jueves Santo por la mañana se celebra la Misa Crismal, para la renovación de los votos sacerdotales.
En la Misa de Jueves Santo, “con la memoria de la Última Cena, en la que Jesús instituyó el memorial de su Pascua, dando cumplimiento al rito pascual judío”, el Señor “lava los pies a los apóstoles invitándoles a amarse unos a otros como Él los amó”.
“Al repetir este gesto en la liturgia, también nosotros estamos llamados a dar testimonio activamente del amor de nuestro Redentor”, afirmó el Vicario de Cristo.
El Jueves Santo “termina con la adoración eucarística, en recuerdo de la agonía del Señor en el huerto de Getsemaní. Consciente de su muerte inminente en la cruz, siente una gran tristeza”.
Benedicto XVI también se refirió a la somnolencia de los Apóstoles que acompañaron a Jesús en Getsemaní, señalando que “es la insensibilidad por Dios, que nos hace insensibles al mal”. Con su muerte, el Señor “siente todo el sufrimiento de la humanidad”.
En su oración Jesús transforma “la aversión natural, la aversión contra el cáliz, contra su misión de morir por nosotros, transforma esta su voluntad natural en voluntad de Dios, en un sí a la voluntad de Dios”, explicó el Papa.
“El hombre de por sí es tentado de oponerse a la voluntad de Dios, de tener la intención de seguir la propia voluntad, de sentirse libre sólo si es autónomo, opone la propia autonomía a la heteronomía de seguir la voluntad de Dios. Este es el drama de la humanidad”.
El Papa advirtió que “en verdad esta autonomía es equivocada y este entrar en la voluntad de Dios no es una oposición en sí, no es una esclavitud que violente mi voluntad, sino es entrar en la verdad y el amor, en el bien. Y Jesús atrae nuestra voluntad, que se opone a la voluntad de Dios, que busca la autonomía, atrae esta nuestra voluntad hacia lo alto, hacia la voluntad de Dios”.
En Getsemaní “podemos también ver el gran contraste entre Jesús y su angustia, con su sufrimiento, confrontado con el gran filósofo Sócrates, que permanece pacífico, sin perturbación ante la muerte. Y parece que esto es lo ideal. Podemos admirar a este filósofo, pero la misión de Jesús era otra”, señala el Papa, de acuerdo con el informe de ACI Prensa.
La misión del Señor “no era esta total indiferencia y libertad, su misión era portar en sí mismo todo nuestro sufrimiento, todo el drama humano. Y por ello esta humillación del Getsemaní es esencial para la misión del Hombre-Dios”, remarcó el Sumo Pontífice.
“Él carga sobre sí nuestro sufrimiento, nuestra pobreza, y la transforma según la voluntad de Dios. Y así abre las puertas del cielo, abre el cielo: esta tienda del Santísimo, que hasta ahora el hombre ha cerrado contra Dios, es abierta por este sufrimiento y obediencia”.
VIERNES SANTO
En Viernes Santo se rememora “la pasión y muerte del Señor; adoraremos a Cristo crucificado, compartiendo sus sufrimientos con la penitencia y el ayuno”, señaló el Papa.
“Dirigiendo la mirada a aquel que traspasaron, podremos alcanzar el corazón atravesado que mana sangre y agua como una fuente, ese corazón del que surge el amor de Dios por todos nosotros para que recibamos su Espíritu”.
“Acompañemos entonces en el Viernes Santo también nosotros a Jesús en el Calvario, dejémonos guiar por Él hasta la cruz, recibamos la ofrenda de su cuerpo inmolado”, invita Benedicto XVI.
SÁBADO SANTO
“Por último, en la noche del Sábado Santo, celebraremos la solemne Vigilia Pascual en la que se anuncia la resurrección de Cristo, su victoria definitiva sobre la muerte, que nos desafía a ser hombres nuevos en Él”.
“El criterio que guió cada decisión de Jesús durante toda su vida fue su firme voluntad de amar al Padre y de serle fiel”, dejó en claro el Sumo Pontífice.
“Al revivir el Triduo Santo, dispongámonos a acoger en nuestra vida la voluntad de Dios, conscientes de que en ella se halla nuestro verdadero bien, el camino de la vida. Que la Virgen Madre nos guíe en este itinerario y nos obtenga de su Divino Hijo la gracia de poder dedicar nuestra vida por amor de Jesús, al servicio de los demás”.
Fuente: La Paz, 20 (ANF).-
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