Martes 19 de abril de 2011
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Editorial y opiniones
El problema libio: Un conflicto con más dudas que certezas
19 abr 2011
Por Adhemar Ávalos Ortiz
Es evidente, y muy cierto, que la insurgencia de los pueblos árabes no hubiera sido posible sin la emergencia de un factor externo importantísimo: la perestroika, que llevó a la destrucción del socialismo real en la ex–URSS y otros países de Europa Oriental. Así, el mundo ha cambiado, es prematuro decir que para bien o para mal, y los presupuestos teóricos de hace más de dos décadas, toda una generación, son quizás inservibles hoy. En el tema particular de Libia es pertinente hacerse tres preguntas básicas:
1. ¿El conflicto libio se deberá a situaciones de profunda desigualdad social o a restricciones extremas a las libertades individuales?
2. ¿Tal vez los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Italia y otros, se sentían muy heridos por las posiciones políticas pasadas de Libia?
3. ¿Por qué precisamente en Libia se ha desatado con más furia la oposición a un régimen árabe?
Con respecto a la primera incógnita, Libia tenía hasta hace 3 meses los siguientes indicadores de desarrollo económico y humano: la esperanza de vida más alta de África continental con 74 años, el PIB (nominal) per cápita más elevado del continente africano. Y Libia ocupaba el primer puesto en índice de desarrollo humano de África. Además, este país exportaba por un valor diez veces mayor al de Bolivia e importaba dos veces más en dólares americanos, hecho que garantizaba un alto nivel de vida para su pueblo, el que está constituido por apenas 6 millones y medio de habitantes. Entonces no es la pobreza una causa de cierta de la rebelión.
