Domingo 17 de abril de 2011
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Ni duda cabe realmente el país está pasando por un periodo difícil debido a ciertas fallas de estrategia en la administración del Estado, empezando por un primer periodo de intensa actividad política - partidista, posponiendo por mucho tiempo el tratamiento de una agenda económica y social que evite el reclamo de una comunidad que todavía vive con signos de miseria y que está esperando ansiosa que se cumpla el proceso de cambio.
Se pasa a una nueva gestión, la que estamos sopesando actualmente, y en los primeros intentos de cambiar el sistema financiero, se intenta eliminar la subvención a los carburantes aplicando una fallida ley que tiene que ser retirada muy de prisa para frenar el descontento popular, sin embargo su efímera aplicación produce un efecto contrario a la idea de nivelar precios y los encarece desorbitadamente, al punto que la inflación –hasta ahora– se hace verdaderamente insostenible.
Las circunstancias obligan a tomar más en serio la responsabilidad de gobernar “escuchando al pueblo”, el soberano que quiere mejores condiciones de vida, empezando por tener más fuentes de empleo seguras y con salarios justos, lo que es difícil satisfacer en las actuales circunstancias. Sin embargo, no se podía evitar un incremento salarial, por tanto los sectores sociales del país exigieron un incremento que compense la pérdida del poder adquisitivo de los salarios. Y el aumento fue establecido en un 10 % que ha sido rechazado y que originó una reacción en cadena de todos los sectores de asalariados, incluso los que están entre la decisión original.
Fuente: LA PATRIA