La COB bastión del movimiento obrero

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Muchos países de Latinoamérica y por no decir del mundo entero, envidiarían tener un movimiento obrero como el que tiene Bolivia. Si bien en el transcurso de su historia, se vivieron momentos amargos, de victoria, de traición de sus dirigentes, de lucha combativa permanente, en ningún momento se creó una entidad paralela o se pensó en su desaparición.

Ese movimiento obrero, bastión de los trabajadores a lo largo del tiempo, ha sido bautizado como la gloriosa “Central Obrera Boliviana”, conocida en el mundo por sus siglas “COB”.

Con excepción de sus primeros años, cuando el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) mantenía la hegemonía política, la COB estuvo de su lado, posteriormente, se desmarcó de cualquier gobierno, para encarar una lucha firme y férrea en defensa de las demandas sindicales, con excepción de lo que sucedió en 1970, con la Asamblea Popular.

Pero, para que la COB tenga esa trascendencia que hoy es reconocida, tuvieron que pasar un sin número de hechos para su nacimiento y fortalecimiento sean el temor de cualquier gobierno.

LOS INICIOS

Antes de la fundación de la COB, en junio de 1944, se creó la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (Fstmb) tras un congreso que se realizó en ese entonces en las minas de uno de los barones del estaño, como fue Simón Iturri Patiño. Dicho congreso de mineros se llevó a cabo del 3 al 5 de junio de ese año.

La importancia de la creación de esta federación, fue darle un poder e instrumento político al movimiento sindical, que aún estaba en pañales. Además que los mineros pasaron a ser la vanguardia del movimiento obrero y la base para la creación de la COB.

Los primeros dirigentes que tuvo la Fstmb, fueron como secretario ejecutivo, el entonces subprefecto de Uncía, Juan Lechín Oquendo y su principal fundador, Emilio Carvajal.

Si bien ese proceso se daba antes de la mal llamada “nacionalización de las minas” en 1952, la Fstmb, necesitaba de ideólogos que planteen un pensamiento político obrero, para que la entidad sindical no sea una mera institución que agrupe a los trabajadores mineros, por el contrario, aporten y sea, lo que hoy falta, una escuela política sindical de lucha por ideales que identifiquen a los trabajadores y no sean mera marionetas manejadas por los gobernantes de turno, como ocurrió en muchos casos.

Allí surge un ideólogo nacido en la misma mina de Uncía, Guillermo Lora, quien a través de su preparación intelectual postuló uno de los documentos obreros más importantes de su época y que a la fecha no ha perdido actualidad y menos vigencia, como fue la denominada “Tesis de Pulacayo”.

En ese documento se plantea que los trabajadores deben tener mejores condiciones de vida y de trabajo. Se establece una postura política de la toma del poder, por parte de los obreros.

También se demandó en la señalada tesis, un salario básico vital y escala móvil de salarios; semana de 40 horas de trabajo; ocupación de las minas que iba más allá de la nacionalización, contratos colectivos, independencia sindical, control obrero de las minas, armas para los trabajadores y otros.

La tesis de Pulacayo indudablemente, tuvo una influencia trotskista, pero que fue un impulso para el movimiento obrero y uno de los temas principales que manejó la COB, tras su fundación.

FUNDACIÓN

Pero, los mineros no podían solos manejar el movimiento obrero, si bien eran parte importante de ello, necesitaban de una entidad matriz que les permita ser su brazo operativo junto a otras federaciones, como fue la de los fabriles, por ejemplo, que tras la Guerra del Chaco (1932 – 1935), fue uno de los primeros bastiones del sindicalismo nacional. Otro puntal fueron también los gráficos por la importancia de su trabajo en esa época.

Entonces, todos esos gremios tuvieron la necesidad de estar aglutinados en una sola entidad, que determine el futuro de sus demandas y luche por sus reivindicaciones. Fue tras la Revolución del 9 de abril, cuando se logró ese propósito.

El 17 de abril de 1952, se fundó la Central Obrera Boliviana (COB), que era la culminación de ese largo proceso de construcción de un movimiento obrero mencionado, que representó a la totalidad de los trabajadores bolivianos, desde principios del siglo XX hasta nuestros días.

La COB logró una conciencia de clase y madurez política, situación de la que carece hoy en día, por falta de una escuela sindical permanente, que se encargue de la instrucción política de los nuevos trabajadores.

Ese aspecto, citado en el párrafo anterior hizo posible la coincidencia entre la revolución y la creación del movimiento obrero de lucha que unificó a los sindicatos bolivianos.

Entre 1952 y 1958 la COB fue totalmente controlada por el poder hegemónico del MNR, Juan Lechín Oquendo fue elegido como su primer secretario ejecutivo, cargo que desempeñó hasta 1987, tras su dimisión.

A lo largo de la historia de Bolivia, nunca, ni siquiera en la experiencia de la Asamblea Popular en el gobierno del Gral. Juan José Torrez, se dio una participación tan directa e inmediata de las organizaciones sindicales de los obreros en el gobierno, como ocurrió en 1952.

En la práctica se trataba de un cogobierno entre la COB y el MNR, cuyas dos cabezas eran Juan Lechín y Víctor Paz Estenssoro.

A partir de la Tesis de Pulacayo, la clase obrera fue mostrando un impulso y denotaba la conciencia revolucionaria, en la que se planteaba en la necesidad revolucionaria de tomar el poder.

La COB tuvo poderes de decisión en el ámbito gubernamental, incluso algunos gobiernos de turno consultaban a los principales dirigentes sindicales, acerca de quiénes ocuparían cargos de ministros y otros importantes en el Poder Ejecutivo, que influyó bastante en la nacionalización de las minas y la reforma agraria de 1953.

A través de la COB se creó el control obrero, que tenía la particularidad de ser individual y no colectivo, y se encargaba de la fiscalización de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) y de otras dependencias del Estado, que nacieron después de 1952.

La COB desde su nacimiento, siempre tuvo una participación importante en las decisiones del país, y también fue partícipe de momentos históricos que cambiaron el destino de la patria.

De los muchos episodios importantes que tuvo la COB, podemos destacar su participación en la nacionalización de las minas, la Asamblea Popular, la lucha permanente en contra de las dictaduras, la marcha por la vida, la guerra del gas del 2003.

Se derrocó a presidentes de turno, se puso en la cuerda floja a muchos gobiernos, se consiguieron logros para los trabajadores; pero también hubo traiciones dirigenciales, fracasos en algunas tomas de decisión que fueron el arrepentimiento posterior de la clase laboral.

Sin embargo, todos esos aspectos lograron el fortalecimiento y engrandecimiento de la COB, que ahora, en estos días, en estas semanas, hace frente a un nuevo gobierno, que con otras connotaciones no responde a las demandas de los trabajadores; que como se planteó en la Tesis de Pulacayo, lo único que se quiere es tener mejores condiciones de vida, un salario digno y una fuente de empleo que permita vivir mejor.

Fuente: LA PATRIA