El soldado norteamericano Bradley Manning, acusado de la filtración de los documentos secretos al sitio Wikileaks, siendo parte de las tropas de ocupación, estaba estacionado en una base militar a 60 kilómetros de Bagdad en pleno desierto iraquí, analizando información sobre el enemigo para incluirla en las bases de los datos clasificados del Ejército estadounidense.
Manning cuando ingresaba a servicio militar había tenido grandes y positivas expectativas, pero que llego sentir una enorme frustración con la carrera militar en la que se sintió estancado y su vida personal parecía dirigirse en una espiral hacia abajo después de haber sido destinado a Iraq en Octubre de 2009.
En Mayo de 2010 en sus funciones como analista de sistemas Bradley Manning se sentía como una miserable pieza más de los equipos de computación de alta tecnología que utilizaba y percibía que se encontraba abandonado a su suerte con un sentimiento depresivo que en este mundo ya no le quedaba nada más que hacer muy decepcionado con la gente y la sociedad.
Actualmente se encuentra detenido en una base en Quántico, Virginia en un calabozo y sometido a aislamiento durante 23 horas y a tratos degradantes como mantenerlo desnudo durante las noches. Los guardias lo controlan cada cinco minutos preguntándole si está bien, no puede tener sábanas o almohadas ni enseres personales solamente un libro para leer.
El representante demócrata por Ohio, Dennis Kucinich, a quien se le ha prohibido visitarlo ha comparado el régimen de detención al que está sometido el soldado Manning con los abusos en la prisión iraquí de Abu Ghraib y el ex portavoz de Hillary Clinton en el Departamento de Estado, P. J. Crowley calificó de que este trato era “ridículo, contraproducente y estúpido”, tuvo que dimitir tres días después.
El Departamento de Estado, el Pentágono, en lugar de castigar anticipadamente, debería aprovechar para utilizar como objeto estudio a Manning e investigar y desentrañar las causas de semejante conducta. Posiblemente las condiciones durante su permanencia en Irak las percibía como totalmente inhumanas con presiones psicológicas y psíquicas inaceptables, las mismas que contradicen los derechos humanos elementales que tienen todos los ciudadanos norteamericanos.
Es importante diferenciar los tipos de guerras, las de autodefensa ante un ataque externo son bien comprendidas por los ciudadanos de cualquier país, pero las guerras de invasión y ocupación frecuentemente no se las perciben como legítimas y se las confunden con guerras de agresión con las cuales algunos soldados no se identifican y muchas veces reniegan de ellas como ya ha ocurrido con algunos ex soldados norteamericanos que retornaron del Golfo Pérsico.
Están guerras resultan irracionales para muchos ciudadanos porque no las asumen como propias sino como guerra de otros. Por ejemplo los soldados no pueden entender cómo se puede matar a civiles y niños, gente inocente y justificar las mismas apelando al patriotismo norteamericano y otros valores que resultan inconsistentes.
Concluyentemente Estados Unidos no puede saberlo todo, sobre las consecuencias actuales y futuras de las guerras que lleva adelante en Irak y Afganistán y debería repensar seriamente en sus doctrinas de seguridad nacional fuera de sus fronteras y observar que no es posible indefinidamente llevar adelante guerras falsas como en Irak, argumentando que poseía armas de exterminio masivo.
Finalmente, tendrá Estados Unidos la autoridad moral para cuestionarle a la República Popular de China sobre la vigencia de los derechos humanos en aquel país asiático, cuando en su territorio se vulneran los derechos fundamentales del soldado Manning.
(*) Ex corresponsal en Estocolmo
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