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Domingo 03 de abril de 2011

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Revista Dominical

La Ciudad de los Diablos

03 abr 2011

Fuente: LA PATRIA

Un deber cívico con Oruro y con Bolivia, para dignificar el Título Patrimonial Mundial conferido por la Unesco • Por: Elías Delgado Morales - Periodista Profesional

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Cuando ya asomaron las primeras gélidas noches otoñales a Oruro – la ya antigua Capital del Folklore Boliviano – el pasado sábado 26 de Marzo la internacional Fraternidad Artística y Cultural La Diablada, cerró con “broche de estaño” sus actividades del último Carnaval Patrimonial, que como siempre, fue atractivo no sólo nacional, sino mundial, toda vez que la Unesco hace 10 años se encargó de elevar a ese rango, a la expresión más concentrada de la Cultura Tradicional y Popular del continente.

La numerosa agrupación diablesca (que el pasado 25 de Febrero cumplió 67 años de existencia), obsequió a su pueblo con la tradicional Demostración Nocturna por calles y plazas del centro histórico de la cuatricentenaria capital, ante un abigarrado público que no cesó de corresponderle cariñoso aplauso, rubricando aquel convencimiento de que la Fraternidad, está en la íntima entraña de la orureñidad.

La añeja Avenida Cívica “Sanjinés Vincenti”- a los pies del Santuario de la Virgen de la Candelaria, en la falda misma de la argentada montaña del “Pie de Gallo”- de súbito acunó iridiscentes fluorescencias, así como las oscurescencias avernales de casi un millar de cabriólicos diablos regidos por Lucifer y Satanás, coloridas legiones de diablesas y china supays, y cientos de graciosos osos, todos conducidos por la espada flamígera del mensajero celestial, el bondadoso Arcángel Miguel.

Esa noche la explanada de la Avenida Cívica, era el centro de confluencia infernal con sus misteriosas reconditeces de tinieblas, por la invasión de aquellos supuestos Hijos del Mal, que con su atlético y brioso trajinar excitaron a los presentes, provocando evocaciones figuradas de que estaba presente la legendaria y colonial CARRETA DE FUEGO, o que la vieja ciudad estaba poseída por los Siete Pecados Capitales, con ese estupendo marco musical de nuestra prehistórica Diablada, cuyo pegajoso ritmo, aún no ha sido clasificado en ninguna escala armónica universal.

Figuras fantasmagóricas, cabriolas por doquier, máscaras y caretas “horriblemente hermosas”, junto a primorosos recamados de oro, plata y variada pedrería, con el bullanguero tintineo de espuelas y roncaderas; activaron las fibras más sensibles del alma humana, permitiendo al imaginario que acaso asistía a una noche de aquelarre… Pero se recobró el sentido y la racionalidad, y una vez más los orureños ratificaron que estaban nada más y nada menos, que en la CIUDAD DE LOS DIABLOS, singularmente única en el planeta.

Las marciales bandas de música de la Internacional “10 de Febrero”, Fabulosa Gran Poopó, Tricolor y la novísima Pendek’s, perfectamente uniformados con trajes blancos, celestes y rojos, enmarcaron con precisión aquella polícroma explosión de arte popular y también de religiosidad, persuadidos de que todos son impenitentes devotos de la Santa, razón suficiente para demandarle su protección y amparo.

Mientras transcurría la impresionante serie dancística, con los aderezos dispuestos con anticipación por los directivos y expertos en tal demostración, atronaban los cielos, multicolores juegos pirotécnicos, destacando en el cénit una suerte de enorme cascada luminosa, de la que surgían con estentóreas carcajadas cientos de diablos en loor de la Patrona, a cuyos pies cayeron rendidos días antes, cuando teatralizaban los episodios de la Lucha entre el Bien y el Mal, o más popularmente conocida en el medio como “El Relato”, cuya versión dieciochesca se debe a una cura, que logró unimismar belleza y significación de esta danza ignota, que arranca su génesis en la prehistoria, a decir de la Tesis del Itu y el Tiw, esbozada con ciencia y saber por el intelectual más grande con que contó este suelo, el recordado antropólogo e historiador Dr. Ramiro Condarco Morales, fallecido hace algo más de un año.

La fiesta de profunda raigambre orureñista transcurrió por cerca a tres horas, culminando con el emotivo huayño y carnavalito de despedida epilogando finalmente con la emotiva cueca de “La Huérfana Virginia” del celebrado Maestro potosino don Simeón Roncal, coreada con fuerza, convicción y hasta lágrimas de emoción por hermosas muchachas y apuestos danzarines, que la unísono cantaban su parodia adaptada en la década de los 60 del siglo pasado: “Si alguien te ha hablado de amores negra// en el Carnaval// acordate negra de este diablo // de la Fraternidad.

Es de justicia aclarar que la Danza de la Diablada desde sus lejanos orígenes, al presente ha recibido el invalorable aporte de la MUJER BOLIVIANA, que se adecuó a la musicalidad, brío, energía y dinamismo, alcanzando una cuota relevante que nunca más será modificada, tanto que sostuvimos en foros, disertaciones y conversatorios, que el traje del Diablo y la Mujer Diablesa, alcanzaron con el tiempo, el más alto grado de perfección, equilibrio y estética, que nadie podrá discutirnos.

Y aprovechamos la oportunidad para señalar que La Diablada de Oruro está camino de su universalización porque así lo quiso la Unesco. Sin embargo debemos criticar también, que ha sido trasplantada y copiada- a veces burdamente – en latitudes del extranjero y también del interior, porque hoy por hoy, diablos se presentan con uno y otro motivo en los Estados Unidos, Suecia, Alemania, España y en algunos núcleos del Asia. Ni qué decir de los vecinos o países limítrofes.

Está bien, se dirá que todos tienen derecho a bailar, como se baila un tango, un vals o una cumbia, pero está mal que no se mencione el lugar de procedencia de cualquier baile. Nosotros lo único que postulamos y exigimos, es que se diga y subraye que la DIABLADA ES DE ORURO Y BOLIVIA.

Por algo la Unesco nos confirió como a ninguna, la alta condición de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

El robo, la suplantación arbitraria y la apropiación indebida, seguirán siendo delitos penados por las leyes internacionales y convenios de rango mayor. Y es de muy mal gusto de algunos promotores, reinas internacionales de belleza y también de algunos gobiernos, pretender apropiarse de algo que es ajeno y que fluye transparente y cotidianamente, como fluyó esta Demostración de Arte Vernacular la semana anterior, por la inconfundible Fraternidad Artística y Cultural la Diablada, que marcha en el sendero cierto de SALVAGUARDAR, PRESERVAR Y DEFENDER algo que viene de los ignotos ancestros.

De todo ello se desprende que esta institución se ha propuesto asumir su legitimación y preservación, en estricto respeto a usos y costumbres, estilos de baile y una alta estima por los valores cívicos nacionales, creyentes concentrados como son de la Santísima imagen del Socavón, Rectora de la vida misma de nuestro pueblo…

¡Hasta el año Carnaval Patrimonial!

Fuente: LA PATRIA
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