El discurso presidencial del 23 de Marzo, en que agrega el elemento de “acudir ante tribunales y organismos internacionales demandando una salida libre y soberana al océano Pacífico”, está provocando muchas opiniones y seguirá en la preocupación de los bolivianos por mucho tiempo; hay quienes lo han calificado de inoportuno y perjudicial, otros lo desahucian porque nos llevará a una nueva desilusión y un gran porcentaje lo considera la vía adecuada para resolver tan añejo como grave problema. Entre éstas hemos escuchado opiniones acertadas, algunas aconsejando actuar con serenidad.
Se habla de un grupo de personas que sería el que mueve este nuevo enfoque y hasta se dice que ya existe el proyecto de una demanda ante el tribunal internacional e inclusive está diseñada una estrategia con 5 ejes jurídicos en que se sustentaría el planteamiento que, lamentable decirlo, llevarán a Bolivia camino al fracaso rotundo, porque ni el fondo ni la forma tienen sentido; anticipos que resultarían un verdadero desacierto, porque primero, no se puede comenzar por la fase final que es la demanda, en un asunto de tanta importancia y complejidad; en que antes que todo hay que estudiar el problema en toda su magnitud de hechos y antecedentes, y recién, de sus conclusiones derivará el planteamiento de la demanda; por eso no se puede empezar de la última etapa. Quienes le hemos dedicado mucho tiempo a estudiar nuestra relación con Chile, sabemos que el tema es muy ampuloso, escabroso y sorprendente y creemos que nuestros esfuerzos son insuficientes para abarcar tanto fraude, abuso, atropello, latrocinio y violencia con que hemos quedado enclaustrados.
El hecho de existir un tratado de límites arbitrario y contradictorio no selló para siempre esos límites, tenida en cuenta sus antecedentes, sus causas de invalidez jurídica, la forma y circunstancias en que se ha firmado, etc.
Por eso es que vinimos fustigando en la necesidad de constituir una gran Comisión de Reivindicación Marítima que integre a lo más selecto de las personalidades reconocidas por su patriotismo y capacidad, entendidas en las asignaturas involucradas en nuestro enclaustramiento: Abogados, historiadores, economistas, geógrafos, geólogos, ingenieros, hidrólogos, diplomáticos y otros, al margen de todo sectarismo y protagonismo político o personal; porque nos concierne a todos los bolivianos del presente y de las futuras generaciones y porque se trata del más grande problema internacional que tiene Bolivia. De ese estudio surgirá una demanda precisa y una verdadera Política de Estado que nunca hemos tenido en esta materia y que servirá, en su caso, para una adecuada negociación bilateral.
Dejar tan grande problema a lo que hubieran hecho una o grupo de personas, no sólo es desatinado, más, sería una irresponsabilidad, que podemos adelantar, nos llevará a un desengaño. Y en este empeño no podemos darnos el lujo de equivocarnos.
Otra observación que nos permitimos hacer es que una Dirección General es un tercer nivel en la burocracia ministerial, y nos parece dejar en un nivel muy bajo el emprendimiento de tanta envergadura que, además debe tener independencia de gestión, desde luego bajo la tuición de la Cancillería o directamente de la Presidencia; por eso hemos sugerido una estructura autónoma que garantice eficiencia y precisión necesarias en la labor a encomendarse.
La falta de este estudio, que nunca se ha hecho, ha dado lugar a tanto desconocimiento, confusión y contradicciones en el tema. Siempre se ha actuado bajo la batuta del carcelero a quien se ha dejado toda iniciativa, que si el callejón al norte de Arica, que si el trueque con las aguas del Titicaca o si con territorio o energía, que si ésta o tal agenda, pero todas han salido del magín chileno; cuando lo que cuadra es que sea Bolivia quien proponga las soluciones, sin compensaciones de ninguna clase, porque el derecho de Bolivia a la reivindicación marítima, la cual ya dijimos, es prístino, cristalino como las aguas del Silala. El haber aceptado su inclusión en una agenda junto a otras cuestiones de menor significación, ya fue un error. El asunto marítimo debe ser tratado siempre en agenda única, sin inclusión a ningún otro cuaderno. Porque hay que temer todo del astuto chileno que nos engatusó, primero en el Tratado de 1866 incluyendo medianería de explotación de recursos, el de 1874 con la prohibición de gravar con más derechos a la exportación de salitre, cuyos amarres sirvieron a Chile para enredarnos en conflictos posteriores.
Estamos de acuerdo con el planteamiento del señor Presidente de ir a tribunales internacionales para resolver nuestro forzado encierro, pero este procedimiento muy serio, tiene que hacerse bien, siguiendo etapas imprescindibles en este procedimiento: 1º La selección de los entendidos que integrarán la Comisión, repetimos, entre lo más capacitado y patriótico del país; 2º El estudio minucioso de todo el problema de nuestro enclaustramiento, sus antecedentes históricos y jurídicos; la época y circunstancias en las que se asestó la agresión por el enclaustrador; las bases y causas fraudulentas esgrimidas para justificar la agresión; la nulidad de la resolución del Tratado del 6 de agosto de 1874 y la nulidad de la consiguiente reivindicación del territorio entre los grados 23 y 24; las apropiaciones ilegales de otros territorios, como los del arco del río Loa y a lo largo de la frontera actual; los recursos minerales bolivianos explotados por el invasor en su provecho; los recursos patrimoniales del Estado boliviano apropiados, muebles e inmuebles; los rendimientos y utilidades percibidas indebidamente por el usurpador como efecto de las arbitrarias ocupaciones; cuanto beneficio obtuvo Chile desde el inicio de las ocupaciones y durante la larga tregua; la exigua liquidación del impuesto de 10 centavos que generó el conflicto; los perjuicios y pérdidas infligidas al Estado boliviano durante las ocupaciones unilaterales forzadas; los actos de violencia y fuerza bajo las cuales se firmaron los pactos con Chile; las causas, validez y efectos del Tratado de 1904; sobre el incumplimiento de estos pactos incurridos por Chile durante toda su vigencia; y muchos otros aspectos más que aquí los citamos enunciativa y no restrictivamente; 3º Paralelamente hacer el estudio de toda la legislación internacional, el funcionamiento de los tribunales internacionales, estudio de casos precedentes y de la jurisprudencia internacional; elección del foro al que se acudirá, etc.; 4º También paralelamente realizar una intensa campaña interna para concienciar el problema entre los bolivianos y en todos los países del mundo sobre el derecho que le asiste a Bolivia para reintegrarse a la comunidad de los pueblos del mundo, porque al presente, muchos países sólo conocen las falacias que Chile ha propalado; y 5º Recién entonces, en base de todos los antecedentes estudiados y acumulados, se preparará la demanda fundamentada, precisa, contundente e irrefutable que contendrá lo que debe acusarse y pedirse al juez internacional.
Como tan delicada y compleja cuestión no se puede manejar con criterios personalistas, es recomendable actuar con el más amplio sentimiento y convicción patriótica, con la seriedad, prudencia y sagacidad que aconseja la gravedad de la cuestión y sin perder el equilibrio y la mesura y, dentro de la mayor serenidad.
Desde luego que Chile repite que “no tiene cuestiones pendientes con Bolivia”; la verdad, la justicia y el derecho, nos muestran que existen no una sino muchas cuestiones pendientes de Chile con Bolivia, que se demostrará por la fuerza de la razón y que antes de ahora no se formuló, por la complicidad traidora de gobernantes y oligarcas que renunciaron al comportamiento digno y decoroso de un país vilmente enclaustrado.
Los chilenos que recibieron hospitalidad generosa de Bolivia, le asestaron el corvo de la traición en los momentos más trágicos de su historia; que reclamando 90.000.- Bs. de impuestos legales, se cobraron con extensos territorios y fabulosa riqueza “milyunanochesca”, enclaustrando a toda una nación, por lo que Bolivia acudirá al tribunal de la justicia universal buscando su reparación. Éste es un propósito que tiene que ser realizado del modo más eficaz, sin politizarlo y debe ser factor de unión entre los bolivianos de todos los confines.
(*) bdlarltd@hotmail.com
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.