El tema de los impuestos no sale del interés público y cotidiano porque todavía no se ha hecho una rutina en los bolivianos el pago obligado de tributos al fisco, en cambio se ha hecho una costumbre en ciertos sectores tratar de eludir esa responsabilidad, con el consiguiente perjuicio para la economía nacional y la falta de recursos para satisfacer la expectativa de los pocos que tributan.
El asunto actualmente está planteado de ese modo, un contingente ciudadano de relativa importancia que paga impuestos y un conglomerado masivo de personas que pagan mucho menos de lo que realmente debieran contribuir al sistema fiscal para armonizar con la cuantía de sus operaciones comerciales, generalmente vinculadas al contrabando, y que se insumen en el “régimen simplificado” que distorsiona la cuantía de operaciones millonarias, pero minimizadas a la muestra de productos en puestos de feria, mientras grandes lotes de mercadería es almacenada en depósitos especiales.
El resultado del desequilibrio tributario se refleja en la marcada evasión impositiva, dadas las características de un país que todavía no ha logrado concienciar a toda su población para que pague lo que le corresponda en función a sus actividades reales y legales.
Hay varios factores que todavía impiden una aproximación responsable y abierta de gran porcentaje ciudadano al Servicio de Impuestos Nacionales (SIN), por las dudas existentes sobre el destino de los recursos que pagan los pocos contribuyentes que en realidad costean beneficios indirectos para una gran masa ciudadana que no paga impuestos, pero que igualmente demanda del gobierno atención a sus problemas.
Otro aspecto que mantiene alejados a posibles contribuyentes es la “pesadez” en los trámites y el cumplimiento de algunas normas que se exigen a futuros contribuyentes, muchos que no alcanzan a terminar su trámite y otros que habiéndolo hecho abandonan el sistema por las complicaciones que implica pagar una “variedad” de impuestos y ahora tener que hacerlo por el sistema computarizado, cuando centenares de personas del régimen impositivo no tienen o no saben nada del sistema, por tanto son casi seguros ciudadanos para su “baja” en el sistema legal y pasar necesariamente a la informalidad.
Algunas campañas que ejecuta el SIN, sancionando a contribuyentes que no otorgan la “nota fiscal”, no es suficiente acción para sensibilizar sobre la responsabilidad tributaria, al contrario es un motivo más para expresar rechazo en un sistema inequitativo que debería definir estrategias para cumplir ese propósito de “universalizar” el pago de impuestos de manera que todos los bolivianos contribuyan de acuerdo al rango de ingresos que tengan, pero además sabiendo de manera muy concreta que sus impuestos retornan en su beneficio a través de obras y mejores condiciones de vida.
El caso del contrabando y el comercio informal sigue siendo el factor más negativo que afecta al sistema de impuestos ya que pese a denodados esfuerzos, todavía no se encontró la fórmula para que los informales se formalicen y los legales no sigan siendo los que costean la “adhesión obligada” al Erario Nacional.
Fuente: LA PATRIA
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