Lágrimas de sangre en Japón

Los últimos acontecimientos en Japón han puesto a ese país en la primera línea de las noticias, y cosa extraña, también, muchos canales televisivos internacionales no confesionales, han ofrecido reportajes y documentales sobre las apariciones de María Santísima a la religiosa Agnes (Inés) Sasagawa, religiosa de las Siervas de la Eucaristía, conversa al catolicismo a sus 25 años.

Desde octubre de 1963, una estatua color caoba de aproximadamente 1 metro de alto se encuentra en un convento femenino de Akita, Japón, tallada por el escultor budista Saburo Wakasa, que la esculpió a semejanza de la “Señora de todos los pueblos” de Amsterdam: María como co-redentora se encuentra con los brazos extendidos sobre el globo terráqueo delante de la Cruz, con rasgos faciales orientales.

Hace casi 40 años que se dio el fenómeno religioso y todavía tiembla de emoción una tierra que no es cristiana, ni siquiera en el 1%, lo que los recuerda la condenación del Antiguo Testamento en el que Dios, por sus profetas, anunciaba a su Pueblo Elegido, que daría la profecía a otros pueblos, a los paganos, en vista de que los hebreos no hacían caso alguno de las revelaciones divinas.

La estatua de Akita ha llorado lágrimas de sangre 101 veces, y ese hecho, ha sido reconocido como sobrenatural por el obispo Juan Shojiro Ito, Obispo de Niigata, quién así lo afirmó por escrito el Domingo de Pascua de 1984, autorizando en toda su Diócesis la veneración de la Santa Madre de Akita. Un análisis de la sangre y las lágrimas de la imagen fue realizado por el profesor Sagisaka de la facultad de Medicina Legal de la Universidad de Akita, confirmó que el sudor, la sangre y las lágrimas eran humanas.

El entonces Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, Cardenal Joseph Ratzinger, (Benedicto XVI), dio un juicio definitivo en favor de la aparición de Akita y sus mensajes, considerándolos auténticos y dignos de ser creídos, afirmando que "El mensaje de Akita es el mensaje de Fátima".

En los documentales televisivos, se puede ver con nitidez, una imagen de María llorando lágrimas ordinarias algún tiempo, y en otras ocasiones, verdaderas lágrimas rojas. El mensaje de María es clarísimo: el mundo se ha apartado de Dios, prefiere el pecado y María avisa a tiempo; aún está la sociedad a tiempo de convertirse de veras a Dios. Llegará la hora y se hará sentir la mano de Dios.

La Virgen ha conmovido a los poquísimos católicos japoneses y numerosísimos budistas del país, que reciben para sí el mensaje válido y piensan en una sincera contrición.

Quien conozca la Biblia, observará que el tema que constituye su columna vertebral es el de la conversión. Los profetas se desgañitan porque los judíos se van fácilmente tras los ídolos de los pueblos vecinos, desdeñando a su Dios; Juan Bautista comienza su predicación resaltando la trascendencia de la conversión desde la vida de pecado a la amistad con Dios. Casi las mismas expresiones están en labios de Jesús al comenzar su predicación: “Conviértanse, porque se acerca el Reino de los cielos”.

Veinte siglos más tarde, es el mismo mensaje de María, porque lamentablemente es también idéntica la conducta de los hombres. Ya en su tiempo lo había anunciado Jesús: “En la venida del Hijo del Hombre, sucederá lo mismo que en los tiempos de Noé. En aquellos días que precedieron el diluvio, los hombres seguían comiendo, bebiendo y casándose hasta el día en que Noé entró en la barca. Y no se daban cuenta hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos” (Mateo 24, 38).

Dice el sacerdote Thomas Teiji Yasuda, S.V.D., capellán de las religiosas donde se dieron los hechos sobrenaturales: “El Padre Celestial, ofendido por la proliferación de los valores inmorales y las enseñanzas teológicas heréticas en el mundo de hoy, aparentemente hizo que la estatua de madera de la Santísima Madre en Akita derramara lágrimas”.

Cuando llora tanto la Virgen, hasta sangre, ¡por algo será! Es que contempla que el demonio se lleva a cantidad de sus hijos que habían sido creados para la felicidad del Reino.

(*) Director Nacional Pioneros de Abstinencia Total