El primer templo de Bolivia construido en 1535 y declarado Monumento Nacional del Estado Boliviano, por Decreto Supremo 08171 del 7 de diciembre de 1967 se desmorona a pedazos por el descuido y falta de atención de autoridades departamentales, municipales y gubernamentales.
Paria ubicada aproximadamente a 14 kilómetros de la ciudad de Oruro es la primera población fundada por los españoles y la primera en tener una iglesia con características coloniales que en la actualidad se encuentra a punto de derrumbarse, debido a la falta de mantenimiento que debió realizarse en su oportunidad.
Además la falta de interés de autoridades gubernamentales provoca que la infraestructura que fue declarada Monumento Nacional, se desmorone poco a poco por la humedad existente en el lugar y la destrucción del techo por donde ingresa la lluvia que corroe las paredes.
Ante este problema los habitantes de Paria, desde hace diez años emprendieron gestiones para lograr que el Estado Boliviano se haga cargo de la restauración de la infraestructura que data de aproximadamente 476 años.
El templo fue construido en el siglo XVI aproximadamente en el año 1535 y declarado como monumento nacional por Decreto Supremo 08171 del 7 de diciembre de 1967.
Según el artículo 2 del mencionado decreto se determina que los templos parroquiales de Paria, Corque y las de Yarvicolla, Sora-Sora, Sepulturas, Caracollo, el convento de San Agustín de Challacollo, el Santuario de Nuestra Señora de Sabaya y el pueblo y parroquia de los Chipayas son monumentos nacionales.
En la actualidad el templo se encuentra desprotegido debido a que el techo tiene un boquete que con el tiempo fue creciendo, por lo que se compró una carpa plástica con recursos asignados por la ex Prefectura en la gestión de Alberto Luis Aguilar Calle para tapar el hueco y proteger las imágenes religiosas, el atrio y el retablo.
La inclemencia del tiempo provocó que la carpa que protegía el techo, quede destruida a causa de los rayos solares, la lluvia, la humedad y otros factores provocando que las imágenes religiosas, cuadros y la misma infraestructura quede desprotegida con la amenaza de un posible derrumbamiento de sus paredes.
Actualmente, el templo se encuentra vacío solo una bandera boliviana y otra del Vaticano permanecen en el lugar debido al temor de que se desplomen las paredes, provocando que los ambientes sean aprovechados por palomas, cuyo excremento es dañino para el patrimonio arquitectónico.
La portada del templo es de piedra y la infraestructura de adobe y al ingresar a la instalaciones también se observa cuatro faros que eran encendidos cuando se realizaba las celebraciones eucarísticas, asimismo continúa una cripta para llevar el santo sepulcro.
Las demás imágenes que datan de la misma época se encuentran resguardadas en otros ambientes improvisados con el consecuente riesgo de ser robadas por ser antiguas, cuadros pintados y otras reliquias que deben ser protegidas.
A pocos metros se encuentra la torre con cuatro campanas la mas grande representa al padre, la segunda en tamaño a la madre y las dos pequeñas los hijos.
La torre que tiene otra historia parecida, asemeja a una persona temerosa que con dolor observa cómo se cae las paredes del templo, puesto que a ella le pasó lo mismo, ya que los pobladores hace muchos años de la misma forma pidieron a las autoridades que realicen su mantenimiento, solicitud que no tuvo respuesta hasta que se derrumbó la misma y sobre los escombros o lo que quedó de ella se construyó una nueva.
La torre actualmente fue convertida en un depósito de basura y casa de las palomas de las cuales sus heces fecales se encuentran esparcidas en todo lugar, asimismo en el lugar se aprecia bancos viejos de la plaza de Paria que fueron sacados para cambiarlos por otros.
AUTORIDADES
Lamentablemente desde hace diez años los pobladores gestionan la restauración sin tener respuesta de las autoridades gubernamentales, incluso aprovecharon la visita que realizó el vicepresidente Álvaro García Linera hace dos años a la población demostrándole el estado del templo, quién se comprometió en diez días a emprender la restauración, promesa que no llega hasta la actualidad.
Los pobladores en una reunión con representantes del gobierno, explicaron que simplemente desean que se concrete la restauración dejando de lado el tema político, puesto que en la misma Constitución Política del Estado se dispone que los bolivianos tengan el derecho de elegir la religión que mejor les parezca.
Es por esta situación que los pobladores y autoridades de Paria piden atención del gobierno nacional para lograr la restauración del templo que esta declarado como Monumento Nacional del Estado Boliviano.
Fuente: LA PATRIA
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