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Domingo 27 de marzo de 2011

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Revista Dominical

El arte y la ciencia de la historieta

27 mar 2011

Fuente: LA PATRIA

Por: Vicente González Aramayo Zuleta - Abogado, escritor nacional, guionista de cine

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Con ese mismo título, C. Spencer publicó un libro hace más de cincuenta años. Reunió en ese libro todo cuanto existía hasta el momento en revistas, particularmente argentinas, siendo lo más saliente la parte iconográfica. Acopia de cuaditos de las más famosas historietas que aparecían en la revista “Intervalo” “Tony”, “Billiken”, “Aventuras”, “El Gorrión”, suplementos de los periódicos etcétera, de personajes, como Tarzán, de Hoggarth; Mandrake el Mago, el Fantasma, de Lee Falk y Ray Moore; El Príncipe Valiente de H. R. Foster; Rip Kirby y Flash Gordon, de Alex Raymond. A la Conquista del Jastinapur, de José Luis Cortinas, varias historietas de Carlos Clemens, El Vengador, de Alberto Bressia; Superman, el Murciélago; Patoruzu, Patoruzito, Isidoro, Isidorito, de Dante Quinterno, en suma, tantas que llenaríamos varias hojas con títulos y autores. Empero las revista del mundo entero le dieron siempre preferencia y renombre a la historietas de Walt Disney (*). Muchas historietas fueron al cine, porque una historieta buen hecha y con criterio, ya puede ser el guión gráfico (story board) de una película.

Aparte de las historietas creadas por los dibujantes, éstos también eran contratados para ilustrar novelas famosas en el formato de historieta. Probablemente, en lenguaje castellano tienen el mejor nombre: HISTORIETA, porque en inglés se denomina COMIC y en también probable que de comienzo debió aparecer este arte como tiras cómicas con caricaturas grotescas, que causaban hilaridad. Por eso eran “comic”. También se denominaban CARTOON. Walt Disney precisamente era considerado un gran cartonista.

Si tuviéramos de nuevo a la mano uno de los ejemplares de la revista Intervalo, en el que aparecen las novelas los Miserables de Víctor Hugo o El martirio de un genio, de Balzac, en fracciones, es decir, en cada número una parte, quedaríamos admirados por la calidad de dibujos con que ilustró el dibujante argentino D’Adderio, ésas y otras obras. La portada de dicha revista se esmeraba en presentar ilustraciones de gran detalle, porque estaban dibujadas a carbón. Esa misma revista traía al centro una novela completa en historieta de grandes autores aparte de que en otras páginas estaban el Fantasma, Tarzán y Dixie Dugan y otras más. En suma, esa revista, por su calidad de historietas, era famosa y excelente había para todo gusto.

Recuerdo que todo ese mundo de historietas me inspiró para dibujar por mi cuenta creaciones aún infantiles, pero más tarde, ya pude aplicar el formato de historieta a novelas y sobre todo crónicas. Vendí mi primer libro ilustrado así, a la Universidad Tomás Frías de Potosí, siendo aún estudiante del colegio De Pichincha, Me pagaron cinco mil bolivianos, era con tinta china aguada, utilizando la tinta como acuarela, con pincel fino. Después hice otra, basada en una crónica del libro Crónicas Potosinas de Modesto Omiste, la conservo. Tiene casi cincuenta años.

El sistema de historieta, cuando se quiere ilustrar una novela por ejemplo u otra historia o fantasía, debe estar sujeta a los mismos moldes y requisitos que un guión cinematográfico. Los cuadros no siempre pueden ser parejos y uniformes, Más bien deben acomodarse a la forma en que se presenten los personajes en las escenas. Deben conservar los planos, los fondos, los campos y contracampos, los picados y contrapicados. Deben dibujarse dando dinamismo a los personajes con el hilo narrativo y el ritmo, también las transiciones de un cuadro a otro, e incluso sugerir lo que la cámara hace en cine: la escena subjetiva. El Tarzán de Hoggarth es como ver una película por el dinamismo que les da a los personajes y eso es porque los dibuja siempre en movimiento, principalmente a Tarzán, con su anatomía resaltante, en suma, este autor es prolífico en detalles, y las expresiones de los rostros deben tener los cuadros poca literatura explicativa y los diálogos hacerse con globitos. Estos globitos, son los que indican los diálogos de los personajes. Es importante el uso de esos globitos, porque ayudan a mantener el ritmo de la narración y las transiciones. D’Adderio no usa globitos, los diálogos lo colocan en la literatura debajo el cuadrito, como en libros. La generalidad de los historietistas usa los globitos, sobre todo los que se conocen como comic.

Para ser breve, finalmente, depende de cada dibujante para sentir en una narración dibujada en historieta ese dinamismo y ciertos efectos. Por ejemplo un avión al que se cruza con líneas verticales, le dan el efecto de que se frena, y si parejo al avión se colocan líneas horizontales, hacen el efecto que el avión se desliza.

(*) Walt Disney no era norteamericano, ni de origen irlandés, como se quiere hacer pensar. Era español y su nombre verdadero José Rodríguez Zamora. Siendo aún casi niño, salió de España y se fue a la Argentina, donde fue huésped de Dante Quinterno. Se dice que allí creó el Ratón Mickey, con el nombre de Ratón Miguelito. Después, siendo grande su talento como dibujante de historietas, emigró a los Estados Unidos, donde creó su imperio, y, nunca quiso ni quisieron destapar –curiosamente- que hubiera sido de un español.

Fuente: LA PATRIA
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