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Bolivia… mágica y religiosa, ancestral y festiva, alegre y popular, mística y ancestral; rasgos sin ecuanum de la polifacética cultura de esta bendita tierra que encierra en su territorio, bellos paisajes altiplánicos, valles y llanos, también es poseedora de atractivas fiestas carnavaleras, claro está sin comparación alguna al Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
Al igual que en todo el planeta en Bolivia el carnaval, es una celebración pública que tiene lugar inmediatamente antes de la cuaresma cristiana, con fecha variable, desde finales de enero hasta principios de marzo según el año, y que combina algunos elementos como disfraces, desfiles, y fiestas en la calle. A pesar de las grandes diferencias que su celebración presenta en el mundo, su característica común es la de ser un período de permisividad y cierto descontrol.
En este sentido nuestro principal objetivo será recorrer la geografía nacional, para conocer las tradiciones de esta fiesta que es muy esperada por la sociedad boliviana, principalmente por su idiosincrasia.
Empecemos este recorrido en la capital chapaca, la churra Tarija, la capital de la sonrisa, en fin tantos apelativos para un departamento que los 365 días del año encierra a gente alegre y amable.
Esta fiesta está llena de recorridos de comparsas y banda por las calles, que antes de un mes de carnaval explota en júbilo. Faltando dos semanas para el carnaval, el día jueves, hombres y mujeres transitan las calles de la ciudad con hermosas tortas adornadas con fruta de la temporada, dulces y flores, en grandes canastas con globos y serpentinas, fiesta más conocida como “Comadres y Compadres”.
Al igual que otros lugares del país la elección de sus soberanas es una tradición, entre ellas se realiza la elección de la Reina de Carnaval. Los habitantes organizan el Corso Infantil y el Corso de Mayores, el cual está lleno de colorido y alegría y se complementa con el Concurso Folklórico Campesino de Música y Baile. Posteriormente comienza el gran baile popular en la plaza principal en el cual participan las comparsas, la población y los visitantes. Es interesante ir a los pueblos porque cada uno presenta sus manifestaciones folklóricas.
Al comienzo de la cuaresma, se entierra al diablo en una fiesta especial, evento único en el cual los tarijeños usan una máscara elaborada con cuernos de oveja, chivo o vaca imitando al diablo. Mientras un hombre le abre paso al diablo, va detrás la “negra santera” pintándole la cara a los curiosos con hollín. A ellos les sigue el diablo y los grupos carnavaleros.
LA PAZ
El elemento principal es el popular pepino, personaje burlesco, que representa la sátira del arlequín español, es desenterrado simbólicamente antes de carnaval, es poseedor de una matasuegra, chorizo (palo), mixtura, pito, harina y al son de sus alegres cascabeles inunda el ambiente carnavalero de algarabía, sin embargo cubre su rostro en el anonimato. Al concluir la fiesta es enterrado nuevamente y acompañan su entierro unas ridículas plañideras.
Sin embargo también debemos nombrar al Chuta y al Kusillo, que sobresalen por su autenticidad.
El pueblo participa de la farándula el día domingo, dispersos en comparsas por las calles de Chuquiago Marka, donde se acopla otro personaje infaltable del carnaval paceño, el Chuta quien, a diferencia del pepino solitario, se mueve al ritmo de las bandas de música acompañado siempre de sus dos mujeres (representando a la que dejó en el campo y a la que encontró en la ciudad). Lleva máscara de alambre milimetrado prensado en moldes de cobre y bronce, pintadas las mejillas rosadas y los ojos celestes. La ropa es la del antiguo pongo y “lluchu” (gorro) colorido.
El “Kusillo” personaje aymara es representado por un bufón con un traje y careta confeccionados de paño de varios colores. Junto a ellos se presentan otros grupos de disfrazados que dan rienda suelta a la imaginación y diversión con trajes de héroes y personalidades de la política
SANTA CRUZ
Otro de los carnavales que se distinguen en Bolivia, es sin duda alguna el del emprendedor departamento, Santa Cruz de la Sierra, que en realidad refleja el espíritu alegre de su gente, que es denominado como la Fiesta Grande de los Cruceños.
Las precas o precarnavaleras son espacios previos al carnaval, que se desarrollan con un mes de anticipación. El elemento principal de este gran festejo es la belleza de la mujer cruceña, por eso todas las comparsas son lideradas por sus Reinas, que a la vez son dirigidas por la soberana del carnaval.
A partir del atardecer del sábado y hasta el amanecer del domingo de carnaval tiene lugar el deslumbrante Corso en el que “saltan” (nominación que se da al baile) miles de comparsitas. El espectáculo adquiere su máxima fastuosidad cuando ingresa la reina del carnaval cruceño con toda su corte constituida por los integrantes de la comparsa coronadora.
La alegría se prolonga de forma continua desde el sábado al martes, días en los que el cruceño baila y se divierte en las calles céntricas de la ciudad jugando con agua, pintura y espumas, viviendo momentos de total alegría.
COCHABAMBA
El carnaval se diferencia en Cochabamba, en referencia a lo que ocurre en la ciudad y el campo. En este último la música tradicional acompañada de la infaltable chicha, los huevos en lugar de globos con agua, marcan la diferencia junto a las coplas, que son cantadas con en base a frases picantes.
Por otro lado en la ciudad se celebra el denominado Corso de Corsos, que refleja a su paso por las principales arterias de la ciudad como el paseo del Prado, diferentes comparsas y conjuntos folklóricos de los que destacan por número y entusiasmo la danza de los caporales.
Fuente: LA PATRIA