Un profundo pesar persigue a cada boliviano que nunca se abstrae de una tarea pendiente de recuperar el mar cautivo de las costas del Pacífico que quedaron enclaustradas luego de quienes ensalzaron y enaltecían la guerra como la Ley suprema de las naciones, es decir, el factun guerrero provenía de las imposiciones imperiales de la geopolítica nazi, con émulos en esta época fatídica para los bolivianos, que tiene su origen en el partero militar nuestro que sus aduladores el calificaron como al “primer soldado americano”, “bravo guerrero de los Andes”, “emulo de Napoleón y Bolívar”, cuyo gobierno fue llamado del sexenio, que se desarrollo en hechos inauditos y aberrantes, nos referimos a Mariano Melgarejo de triste memoria, cuyos hechos miserables fueron aprovechados por la oligarquía del Mapocho.
Gallardo Lozada, nos indica con meridiana claridad “Si la derrota boliviana se debió a la incapacidad moral y material de los mandos castrenses; el manejo, dirección y ejecución de las conversaciones por la paz, es la mejor radiografía histórica de la invalidez de la oligarquía boliviana como clase dominante que sabe ejercer sólo su supremacía solamente al interior del y no frente al asecho de un vecino ladino, prepotente y de aguzada capacidad para consumar, en el texto de los tratados, su geopolítica de potenciamiento económico en desmedro de la desarticulada nación boliviana”.
Un país, huérfano de recursos naturales potenciales, obviamente, siguiendo la tesis de Diego Portales, la única manera de salir de su situación miserable socio económica era su crecimiento hacia el Norte, primero, in viabilizando la Confederación Perú-Boliviana, y luego, mediante la posesión y explotación intensiva de los guaneras bolivianas de Mejillones, del salitre de Antofagasta, que fue el estipendio de Chile, luego de la Guerra del Pacífico “el cobre y otros minerales bolivianos se convertirían en el sueldo de Chile, que financiaría su crecimiento económico para aportar los recursos necesarios a su fortalecimiento político militar con nuevos objetivos de conquista”.
A partir de entonces, fue invariablemente tozuda y terca la diplomacia chilena que de vez en cuando muestra el señuelo de agendar este centenario problema boliviano, pero, que al final quedaba en la nada, y peor aún, cuando se cuenta con agentes diplomáticos y asesores nuestros en las absoluta indigencia dentro las relaciones internacionales, salvo honrosas excepciones, que chocan de manera permanente en la sorda obstinación de que “la guerra otorga títulos”, y que cualesquier solución pasaría por el trueque territorial o de nuestros recursos energéticos.
Por otro lado, el tema de la bilateralidad, Chile-Bolivia, o trilateralidad: Chile, Bolivia y Perú ha sido otro nudo gordiano, que bailotean de acuerdo a la visión de los diplomáticos y gobiernos de turno de los tres países que quiérase o no deslegitiman cualesquier proceso de integración como es el deseo histórico de sus habitantes, hecho demostrado con la recordación del los bicentenarios, donde sus intelectuales lograron un acercamiento muy importante.
“…el reclamo del mar es en la historia de Bolivia uno de los pocos asuntos que consolida la unidad nacional, una aspiración que prevalece siempre sobre todas las divisiones étnicas, regionales e ideológicas entre los bolivianos”... “No sólo el comandante Chávez, yo también iré a darme un remojón en esas aguas heladas del mar boliviano, por él que canté tantos himnos en mi infancia cochabambina”. Mario Vargas Llosa: (Enero 2004).
“…Chile nunca tuvo derecho legítimo a los territorios disputados, que fueron motivo de tres tratados de límites con Bolivia...”. “...las heridas dejadas por la Guerra del Pacífico, una guerra terrible, tal como son las guerras entre hermanos”... sólo cicatrizarán cuando Bolivia tenga una salida soberana al Océano Pacífico. En vano nos adormeceremos con la errónea idea de que a Bolivia nada le debemos. “Le debemos un puerto”. “...Bolivia nació con un Litoral legítimo y soberano. Tuvo mar propio y le fue arrebatado por Chile en un acto de rapiña. Por eso es que Bolivia no abandonará jamás su propósito de recuperar aunque sea una franja o corredor que la conecte con el mar en forma soberana. “Para Bolivia es un asunto de dignidad nacional, de honor patrio”. Cástulo Martínez H., historiador, 1990.
Los altos costos de transporte y servicios que Bolivia debe soportar, le impiden acceder a los mercados internacionales en condiciones similares a otros países con costa marítima, situación que le hace perder competitividad. Las exportaciones nacionales además deben absorber los costos derivados del sistema integrado de transporte para acceder a los puertos, es por eso que decimos “allí donde hay fuerza de hecho se pierden los derechos”, Chile debe a Bolivia un puerto soberano en el Pacífico.
¡GLORIA A DON EDUARDO AVAROA! !GLORIA A DON LADISLAO CABRERA! ¡GLORIA AL NIÑO JUANCITO PINTO! ¡GLORIA A LA NIÑA GENOVEVA RÍOS!
(*) Médico, Vicerrector de la Universidad Técnica de Oruro
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.