El connotado historiador orureño Juan Siles Guevara, mientras cumplía las funciones diplomáticas en la República de Chile (1968) fue notificado para abandonar el territorio del Mapocho. Anteriormente se le había restringido las visitas a las diferentes bibliotecas, ello debido a su acuciosidad en el estudio de documentos históricos coloniales y republicanos referentes a los límites entre Bolivia y Chile.
Al retornar a Bolivia Siles Guevara lo realiza son la compañía de su madre que era de nacionalidad chilena.
Durante sus investigaciones demostró seriedad y contundencia. Sin embargo fue visto como el investigador que dice lo que debe y tiene que decir. Para los chilenos Siles Guevara era la persona que no callaría y escribiría la verdad.
La picardía del diplomático chileno Jaime Eyzaguirre logra que su libro “Chile y Bolivia esquema de un proceso diplomático” (1963) fuera traducido al inglés y al francés. La respuesta de Siles a dichos esquemas de un proceso diplomático”, dando la vuelta al mundo, un gesto de reciprocidad ante el enemigo.
Fue miembro fundador de la Sociedad Boliviana de Historia el año de 1972. “La última misión diplomática chilena y el comienzo de la guerra del Pacífico”, fue su discurso de ingreso a la Real Academia de la Historia de la ciudad de La Paz en 1980, también era miembro de otras academias de Latinoamérica y de la Academia de la Lengua y de la Ciencia.
Esa actitud tan generosa de este patriota boliviano, me emociona y motiva para recordarlo. Irónicamente surge otra figura que connota, un chileno que viene no a buscar justicia sino a escribir su verdad. Ocurre a la inversa, llega Cástulo Martínez a Bolivia para afincarse y desde entonces no ha cesado en su afán de predicar lo que le parece ser cierto a través de sus artículos y de sus libros sobre malas intenciones cuando hace referencia a que Chile agrede a nuestro país debilitando la economía a través del contrabando. En su obra “Chile depredador”, hace un análisis sobre las políticas chilenas que no tiene ninguna intención de cumplir los compromisos acordados. Que los grandes empresarios chilenos quieren gas natural, aguas dulces y la disponibilidad del pueblo boliviano como un inmenso mercado comprador de productos chilenos. Pero sobre todo de una política mayormente comercial. Ilusos los que aún creen que Chile aceptará voluntariamente reparar el daño histórico. Describe las aguas del Silala, que Chile astutamente dilata las conversaciones con una estrategia solapada, que intenta demostrar que es de su propiedad para no pagar el costo de su usufructo y pone al descubierto la historia de los mapochinos al haber usurpado el litoral boliviano. Todavía mantienen intenciones negativas contra nuestro país. Esto me recuerda en cierta ocasión cuando Monseñor Quiroz al encontrarme en una reunión de religiosos y se conversaba el tema del mar y del desvío del río Lauca. Al advertir su silencio le preguntaron su opinión a lo que diplomáticamente y sonriendo expresó: “Laucasión hace al ladrón”.
Bibliografía:
EYZAGUIRRE, Jaime. Chile y Bolivia, Esquema de un proceso diplomático. Editorial Zig-Zag S.A. Año 1963. Santiago de Chile.
SILES GUEVARA, Juan. Ensayo crítico sobre Chile y Bolivia. Esquema de un proceso Diplomático, 5ta. Edic. Impresores Imprenta Universidad Mayor de San Andrés. Año 1993. La Paz- Bolivia.
(*) Poeta, escritora y compositora
Fuente: LA PATRIA
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