Según cifras del Instituto Nacional de Estadística INE al referirse al segundo trimestre del año pasado, vale decir seis meses, la Población Económicamente Activa (PEA) creció en una proporción del 0,8 por ciento con relación a similar periodo del año 2009, aunque el informe no abunda en detalles, por ejemplo de los sectores en que se habría producido un incremento de empleo seguro.
El crecimiento de fuentes de empleo es realmente mínimo, tanto así que no tiene comparación alguna con el alto porcentaje de desempleo y el incremento paralelo del Comercio informal que se presenta como una solución al drama social de miles de bolivianos que deambulan buscando ocupación que no está disponible en el sistema productivo nacional.
La juventud que pasa a la generación laboral y la que sigue batallando por un empleo digno requiere nada menos que 580 mil nuevos puestos de trabajo y con preferencia el 94 por ciento de los mismos en el sector urbano. Una suma de varios elementos entre los que se toman en cuenta nuevos profesionales, los contingentes que arrastran el problema de hace muchos años y los informales que podrían convertirse en asalariados “legales”.
Estudiosos del fenómeno de desempleo, que resulta la causa mayor del problema social de bolivianos hombres y mujeres, señalan que “el reducir la informalidad en un 50 %, para ofrecer empleo digno es un desafío muy grande y exige mejorar 1.800.000 puestos de trabajo, o sea, 365 mil por año el triple de la cantidad de nuevos puestos de trabajo”.
Los estudios del Inaset incluidos en un libro sobre la temática del desempleo señalan a Potosí como el departamento donde el desafío de reducir la informalidad y mejorar la calidad de empleo es mayor, requiriendo crear o mejorar ocho veces más el número de empleos que su demanda actual. El segundo puesto con mínimas variables ocupa Oruro, distrito en el que se necesitan siete veces más empleos que su demanda actual para eliminar su déficit de desempleo. En el resto de los departamentos el promedio oscila entre los cuatro y dos empleos más, considerando que departamentos del oriente sólo necesitan duplicar su actual requerimiento para compensar empleos versus informalidad.
Lo evidente es que el porcentaje de desempleo es grande en el país y debería ser la mayor preocupación de las políticas de Estado para neutralizar el efecto negativo de un impresionante contingente de bolivianos sin trabajo fijo, que de cualquier modo deben darse modos para sostener sus familias y mantener la integridad comunitaria nacional.
Las cifras que se hacen conocer sobre el crecimiento de empleos están muy lejos de la realidad puesto que se cuentan por miles de miles los desocupados que para vivir deben dedicarse necesariamente a la informalidad a riesgo de poner en peligro la suerte de otros miles y miles de familias.
Es importante que el equipo social del Gobierno trabaje seriamente en el desarrollo de la agenda productiva que significará establecer condiciones favorables para la creación de empleos permanentes, de tal modo que la informalidad se reduzca paulatinamente y la mayoría de los bolivianos puedan enrolarse en las filas del empleo digno, con salario justo.
Fuente: LA PATRIA
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