No es un simple papel de periódico

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Como trabajadores de LA PATRIA, muchas veces hemos visto el periódico botado en las calles, utilizado como un simple papel para limpiar vidrios o envolver flores, vasos, ollas o empacar una serie de cosas. O quizás material de reciclaje, en el peor de los casos, los vimos como un papel higiénico.

Pero aquí el detalle a más que la gente lo vea como un simple papel, no lo es desde nuestra percepción, al grado de tener la manía de no ajarlos cuando lo recogemos día a día, porque ese simple papel periódico como la gente lo ve, es un cúmulo de datos que si se los sabe conservar se tendrá con el tiempo un material invaluable y que será muy requerido por quienes les encanta la lectura o investigar.

Ese simple papel, es el resultado de una serie de esfuerzos de varias personas que forman un equipo, para que día a día por lo menos usted tenga la curiosidad de leer algún titular.

Todas las mañanas la jornada se inicia con una reunión de coordinación que es realizada por el equipo de Redacción de LA PATRIA. Si bien antes era con la inclusión de un análisis, hoy en día no perdió su parte básica, como es dar a conocer las previsiones que tiene cada periodista para hacer la cobertura diaria.

Una vez terminada esta labor, el trabajador de la prensa sale a las calles en busca de la información, sin importar el clima, el estado de ánimo de los entrevistados o las circunstancias por las cuales se pueda desarrollar una actividad, sea esta cotidiana, violenta, festiva, cívica o de protesta.

Pero la idea es conseguir la nota, a veces es muy sencillo, porque está al alcance de la mano; sin embargo, muchas veces se tiene que hacer un sinfín de sacrificios para lograr un buen resultado en la cobertura, en una buena cobertura periodística y mientras más datos se tenga mucho mejor será para el periodista.

Recabar la información a veces se torna en una pesadilla, cuando el dedo acusador de los afectados apunta hacia el periodista, como si este fuese el culpable de los errores de la sociedad, cuando en realidad su única misión es hacerle conocer en detalle lo que pasa.

Obviamente, y más en este último tiempo el periodista ha sido desacreditado por el poder, porque como siempre se denuncian hechos de corrupción y las malas intenciones de los gobernantes, la prensa siempre será su mortal enemigo, aspecto que no sólo se contagió en las esferas altas del poder sino también en el “inframundo”.

Pero eso es lo de menos, porque al final, la gente, siempre querrá leerse en el periódico, ya sea para defenestrar a alguien con sus actitudes o elevar su ego, como si fuesen los salvadores o los únicos líderes que pisan esta tierra. Piensen como piensen, el periodista siempre recogerá esas ideas, sólo que no las juzgará, porque no somos dioses para hacerlo. Será la opinión pública la que se encargue de dar un veredicto.

Volviendo a lo que mencionábamos, tras recoger momentos históricos, así estos sean imperceptibles, a futuro se verá que quedará grabado hasta la eternidad.

A veces una nota lleva hasta una mañana completa conseguirla, pero la recompensa se verá al día siguiente, cuando la nota esté impresa y sea comentario general.

Sin embargo, ahí no ha terminado el trabajo, porque continuará con el siguiente paso, que es la redacción de las notas, en nuestro caso, cuatro obligatorias por día y cinco los martes y viernes, aunque para otros ese número no es tan importante ya que si se tienen más notas, se tratará de hacerlas todas, para que nadie se sienta marginado. Aunque algunas veces, el espacio es muy reducido y no se puede complacer a todos.

La redacción implica otro proceso delicado, cuyo centro motriz está en la mente, para enlazar las ideas con mucho cuidado, como si el periodista fuese un cirujano, ya que un movimiento, en este caso, una palabra mal utilizada podría causar la muerte del paciente.

Aunque en algunos casos, sólo nos convertimos en meros repetidores de los hechos, situación que no debería pasar, pero pasa, debido a la formación que en algunos casos deja la universidad. Otro factor es la falta de vocación, ya que siempre vamos quejándonos de todo en cuanto a nuestro trabajo, porque a veces la necesidad es lo único que nos mantiene en esta actividad.

Obviamente, no todos pensamos así, ya que lo más importante es hacer un trabajo que aporte a las soluciones de la región, al desarrollo y que las situaciones sean justas, desnudando los errores de quienes nos gobiernan o nos dirigen.

A las notas, al margen de ponerles un toque de intelectualidad, también hay que poner una sazón de amor a lo que hacemos, a lo que tenemos, a nuestra tierra, nuestro Oruro, nuestro Carnaval, porque si no somos nosotros quienes llevamos la batuta del progreso, jamás tendremos un Norte que nos permita seguir adelante.

Ese plus tendrá sus resultados, pero tardará en llegar y solo el documento guardado, dará la razón de lo que exponemos.

Ese es el trabajo central del periodista, culminar la jornada con el deber cumplido e irse de la sala de Redacción con el corazón alegre de haber hecho una buena labor.

Ahí termina solo un proceso más ya que luego viene la parte técnica, la diagramación, la corrección, el armado y la impresión, que son horas y horas de trabajo, esfuerzos y esfuerzos de muchas personas que día a día al margen de ganarse el pan del día con lo que hacen, hacen posible que usted tenga cada mañana un producto final, que es para muchos un simple papel de periódico.

Cuando en el fondo ha sido el producto de un sacrificio sin límites, por eso muchas veces el trabajador de LA PATRIA, ve con bronca cuando ese simple papel es destinado para otros fines y no para los cuales fueron concebidos, la lectura, la historia, el documento.

En fin, seguramente está nota desembocará en un trágico final y será la mofa de algunos sujetos con vaciedad mental, pero no importa, porque lo dijimos y sin duda alguna este pedazo de papel quedará también en pocos casos, hasta la eternidad. Hemos dicho…

Fuente: LA PATRIA