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Jueves 17 de marzo de 2011

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Ecológico Kiswara

Mal momento para las aspiraciones nucleares de Venezuela, Uruguay y Chile

17 mar 2011

Fuente: Infobae.com

Sus autoridades se replantean proyectos para construir centrales atómicas, pero tienen escasez de energía y buscan diversificarse. Cuba quiere pero no puede

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América Latina utiliza energía hidroeléctrica y gas como sus principales fuentes de energía eléctrica. La energía nuclear en términos de generación total es exigua, alrededor de un 2% y se concentra en sólo tres países: Argentina, Brasil y México.

Sin embargo, se han anunciado planes para ampliar la capacidad nuclear de estos países, y otros gobiernos de la región están considerando la alternativa nucleoeléctrica para satisfacer sus crecientes necesidades.

Entre ellos figuran Venezuela, Chile y Uruguay, que ahora quedaron en medio de la polémica tras el temor que genera la explosión los reactores en Japón.

Sebastián Piñera es el más comprometido en el corto plazo. Este viernes 18 de marzo, los gobiernos de Chile y los EE.UU. firmarán un convenio sobre energía nuclear, 48 horas antes de la visita que realizará a este país el presidente estadounidense Barack Obama.

Se trata de un memorándum de entendimiento sobre cooperación en energía nuclear que contempla la capacitación y entrenamiento de ingenieros y profesionales chilenos del área en entidades de Washington.

El objetivo del acuerdo es establecer las bases de una nueva institucionalidad en Chile para que en el largo plazo se adopte una decisión respecto a la posibilidad de instalar en este país al menos una central nuclear para producir electricidad.

El presidente Piñera aseveró hace unas semanas que la decisión sobre la posibilidad de construir una central nucleoeléctrica no será adoptada durante su gobierno, aunque avanzará en la capacitación de profesionales y estudios respecto a este tema.

Esta alternativa fue muy cuestionada por diferentes sectores chilenos tras los problemas que sufrieron al menos tres plantas en Japón tras el terremoto de nueve grados Richter del pasado viernes.

Chile posee una sismicidad análoga a Japón, razón por la cual los detractores señalan que sería un peligro instalar una central en este país debido a la gran cantidad de movimientos telúricos que se producen cada año y la memoria fresca del terremoto de febrero de 2010.

Para no generar más ruido político, el ministro de Energía y Minas Laurence Golborne, que meses atrás visitó instalaciones nucleares en Bélgica y Francia, salió al cruce. "No hay posibilidad de instalar una planta nuclear en el país", afirmó el funcionario.

De todas maneras, Piñera ya avanzó en la creación de un organismo regulador independiente, separado de la actual Comisión Chilena de Energía Nuclear. Y también firmó un convenio con Francia para la cooperación de ambas naciones en actividades de tecnología nuclear, en aspectos como reactores de investigación y sus usos; la producción de radioisótopos y sus reacciones en la industria, agricultura y medicina; la ciencia y la aplicación de neutrones. Un problema para el país es que no tiene no tiene legislación para el manejo de residuos nucleares.

Sin embargo, Chile sufre la escasez energética. Este año espera crecer al 6 por ciento. Pero para no frenar la producción el gobierno tuvo que decretar la racionalización en el uso de la electricidad en los hogares. La matriz energética del país se concentra en el gas y en el combustible líquido. Argentina, otrora su principal proveedor de fluido, recortó sus exportaciones porque necesita más gas para su propia industria y consumo doméstico.

Venezuela está en la misma encrucijada. Como depende mucho de la hidroelectricidad, la sequía de comienzos de 2010 obligó al país a cortes rotativos del servicio y la economía del país se desplomó aún más de lo esperado, porque se cayó el consumo y la actividad de las empresas. De allí que busque nuevas fuentes de energía.

El presidente Hugo Chávez firmó con el premier ruso, Vladimir Putin, un convenio que contempla el desarrollo conjunto de un programa nuclear con fines pacíficos en 2008. El gobierno, además, hasta ahora sin éxito, buscó obtener tecnología nuclear de varios países, tales como Argentina, Brasil, Irán y Francia.

Uruguay es el tercer país de la región que analiza instalar una planta de energía nuclear. El anterior gobierno de Tabaré Vázquez realizó una visita oficial a Finlandia para buscar información sobre el tema. El Tratado de Libre Comercio entre ambos países favorecería la llegada del capital extranjero.

El proyecto, ya presentado oficialmente ante la Agencia Internacional de Energía Atómica, no tiene lugar establecido y se le presentan dos obstáculos. Los más de $us 2500 millones de inversión necesarios y el marco legal local que prohíbe el uso de la energía nuclear.

Al igual que en Chile y Venezuela, el crecimiento económico y poblacional requiere de más energía. Uruguay depende fuertemente de energía hidroeléctrica, de importaciones de petróleo, así como de gas y electricidad suministrada por Argentina.

Cuba es otro país con serios problemas de suministro eléctrico que alguna vez pensó en la energía atómica como alternativa. Avanzó en varios proyectos con sus socios rusos pero los recurrentes problemas de financiamiento -hoy más graves que nunca- frenaron las iniciativas. El recelo de los EE.UU. sobre lo que podría hacer Cuba con el uranio y la energía nuclear hicieron el resto.

Fuente: Infobae.com
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