Miercoles 16 de marzo de 2011

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La nueva física enseña que nuestro mundo no se compone de materia. La sustancia sólida no es una aglomeración de partículas, sino una red de intercambio de impulsos y vibraciones de un campo energético invisible.
Einstein: “Los átomos que nos parecen materia son una concentración de energía”. Max Planck: “Toda materia se forma y se mantiene sólo gracias a una fuerza, que mantiene los átomos como al más diminuto sistema solar. Pero como en el espacio no hay ninguna fuerza entre sí, suponemos tras esta forma de energía a un Espíritu consciente e inteligente. Éste es el origen primario de la materia”.
Hans Peter Dürr: “Al final de la realidad no está la materia, sino un campo que no es material que representa un de potencial con facultad de materializarse. En el fondo todo es Espíritu”. Dürr objeta a los teólogos: “La física moderna se aparta completamente del Dios externo, pues en las nuevas ciencias prevalece el pensamiento de que todo está interrelacionado y donde no hay nada separable, se llega a otra imagen de Dios. No puedo imaginarme a Dios como algo externo. Para mí sólo es válido un Dios del que yo formo parte”.