Miercoles 16 de marzo de 2011
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Editorial y opiniones
¿Es o no es verdad?
Más catástrofes
16 mar 2011
Por: José Gramunt de Morgas, S.J.
Usted, paciente lector, quedó impresionado por los desastres que afectaron a la ciudad de La Paz y a casi todo el país a causa de las lluvias torrenciales y persistentes. Apenas usted se había recobrado de su preocupación, se enteró de que el máximo jefe antidroga de Bolivia, general René Sanabria había sido pescado con las manos en la masa y encarcelado en un penal de Miami. La capacidad de usted, de sorprenderse llegó a colmarse al conocer las brutalidades del tirano Muammar Gadafi, masacrando como moscas a los libios opositores. Usted se sorprendió aún más al ver por la televisión cómo el tsunami del Japón arrasaba todo cuanto encontraban a su paso y, para mayor desgracia, se producían explosiones en las plantas nucleares. Todos estos hechos siguen reclamando la máxima atención de los informadores y de los comentaristas. ¿Qué nos queda a los columnistas para escribir algo interesante que no se haya escrito y reescrito ya?
Vamos a ver. En cuanto a los desastres ocurridos en Bolivia, siempre nos queda seguir animando a la solidaridad efectiva. Lo mismo que para los damnificados del Japón, aunque nos pilla muy lejos. Respecto al narco-general, todavía queda mucha tela que cortar. El primer corte es la decisión gubernamental de “agradecer los servicios prestados” al general Óscar Nina, hasta hace unos días comandante de la policía y el consiguiente nombramiento del coronel Ciro Farfán para el mismo cargo. Vaya por delante una pegunta. ¿Acaso la Constitución Política del Estado Plurinacional no establece en su artículo 253 que para ser comandante de la policía nacional es “indispensable” (sic) ser general? ¿Es que ya no quedan generales “limpios”, para que el Sr. Presidente en persona haya elegido por sí y ante sí a un coronel, saltándose el escalafón reglamentario? Porque la justificación que se ha dado es precisamente ésta: que ha sido el Presidente el que ha ordenado ese nombramiento. Esto probaría que sí se está produciendo una restructuración de la Policía Nacional, empezando por arriba. Y si algunos lo cuestionan, no importa, “ya lo arreglarán los abogados, que para eso estudian”. Don Evo “dixit”.