Mujeres y el vaivén de sus polleras en el Carnaval de Oruro

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El vaivén de las polleras, cortas o largas, lujosas o nativas, adornadas o sencillas, de bayeta o gasas de seda, que lucen con coqueta gracia miles de mujeres, se apodera del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, fiesta devocional consagrada a otra mujer, nada más y nada menos que la Madre de Dios, representada en su advocación de la Virgen del Socavón.

En los orígenes de esta fiesta inspirada, dedicada y consagrada a la mujer más admirada en el mundo, la Virgen María, el rol de participación de la mujer en la demostración era nulo, pues la presencia femenina se limitaba a los quehaceres domésticos como preparar los alimentos para los danzarines y en otros casos apoyar a los varones en la confección de sus disfraces y ayudarlos a vestirse antes de la peregrinación o finalmente acompañar su paso llevando sus caretas u otros accesorios que a momentos incomodaban el paso del danzarín.

“Tras la sola figura femenina de la Virgen, entre las comparsas apareció en principio la “china supay” (hembra del diablo) armada de revolver, busto prominente, botines puntiagudos y máscara burlona, pestañas largas y boca roja. Eran algunos varones de la diablada que no dudaron en ponerse pollera para acompañar a los diablos, sin perder empero, su virilidad”, destaca también la publicación de la ACFO, al referirse a acontecimientos posteriores, al referirse a los que eran conocidos como los “machu polleras”.

Los datos recogidos por historiadores y periodistas, señala que la mujer paulatinamente se involucra como protagonista de la celebración traducida en la peregrinación rumbo al Santuario de la Virgen del Socavón y es a partir de los años 70 a 80 que se presenta la incorporación femenina masiva y en con el transcurrir de los años copa mayores espacios.

Precisamente en la década de los 70 a 80 se produjo también el fenómeno de la aparición de los travestis o transexuales, por entonces denominados en forma despectiva como “k’ewas” o maricones, que luciendo novedosos y vistosos atuendos dieron origen a las figuras de la morenada, pues ellos masivamente bailaban luciendo las polleras cortas, con enaguas bien abultadas y blusas con diseños diferentes, además de un excesivo maquillaje para disimular los rasgos masculinos en el rostro. Luego algunas mujeres se sumaron al desafío que luego se iba a convertir en el “boom” de las “mini polleras”.

Pasaron algo más de 20 años y según información proporcionada por el Oficial Mayor de Cultura, Jesús Elías Lucero, durante su permanencia como presidente del Comité de Etnografía y Folklore, el 2010 del total de los danzarines algo más del 64 por ciento eran mujeres, cifra que se estima el 2011 fue superada.

BANDAS Y MACHAS

Si bien la incursión femenina en un principio era en filas de las cholitas morenas, china supay, kullawas, tobas, sicuris, tinkus, potolos, pasaron pocos años y las mujeres cobraron protagonismo en las bandas de música, espacio por años destinado sólo a varones, ahora son decenas de señoras y señoritas que acompañan el paso de los danzarines como platilleras, tamboreras o trompetistas.

Su incursión también fue notoria en danzas como los caporales, siendo esperado el paso de las “machas” que vistiendo buzos, botas con cascabeles, sombreros y blusas, además de portar un chicote llevan el son de la tropa.

No se quedan atrás las mujeres que forman parte de la tropa de diablos, más allá de las femeninas diablesas, así como las morenas o turrilitos que soportando el peso de más de un quintal en ropa, rinden su pleitesía a la Virgen del Socavón.

MUJER INSPIRADORA

“Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo y bendita tu eres entre todas las mujeres”, es parte del cántico religioso que miles de devotos interpretan cuando postrados de rodillas llegan a los pies de la sagrada imagen de la Virgen del Socavón, mujer milagrosa que inspiró en los humanos el mayor sentimiento de fe al extremo que consagrar en su honor la celebración del Carnaval.

Mientras en otras regiones del mundo, el Carnaval tiene un carácter de entera diversión, tal como se define la palabra Carnaval en el diccionario de la Real Academia Española, “fiesta popular que se celebra en tales días, y consiste en mascaradas, comparsas, bailes y otros regocijos bulliciosos”, en Oruro la fiesta está consagrada a la Madre de Dios y en su honor miles de hombres y mujeres peregrinan bailando, junto a músicos cuyas canciones también son inspiradas en la Sagrada Imagen.

El sábado de Entrada, desde el lejano 1789 - hace más de dos siglos-, en que los mineros prometieron danzar en honor de la Virgen de la Candelaria, el Carnaval está preñado de significación religiosa, destaca la publicación de la ACFO distribuida el año 2002.

Fuente: LA PATRIA